Con el apoyo del Tecnigán, más de 100 productores de esta región han aprendido a implementar estas prácticas en sus fincas para defenderse de los vaivenes climáticos, aprovechar los espacios y ofrecer mejor alimentación a los bovinos. Estas estrategias ya han mostrado resultados, fortaleciendo la sostenibilidad ganadera en una de las regiones más golpeadas del país.

Los ganaderos del Catatumbo están transformando sus fincas tras recibir capacitación técnica de Fedegán a través del Centro de Servicios Tecnológicos (Tecnigán). Con tres brigadas tecnológicas ganaderas realizadas en Norte de Santander, más de 100 personas —entre productores y estudiantes— han aprendido sobre ganadería sostenible basada en sistemas silvopastoriles.

“La convocatoria es realizada a través de una asociación o comité de ganaderos que sea líder de la región o de la comunidad”, manifestó Anais Hernández, secretaria técnica ganadera de Fedegán en esta zona del país. (Lea en CONtexto ganadero: Del conflicto al desarrollo: el Catatumbo apuesta por la ganadería)

Los talleres abarcan temas como el manejo del suelo, aforos de pasturas y sanidad animal —incluyendo enfermedades de control oficial como la fiebre aftosa, brucelosis y rabia de origen silvestre—. También se promueve la siembra de árboles.

“Obsequiamos algunas especies para que los siembren en sus fincas y damos indicaciones de cómo se deben sembrar. Dependiendo en dónde nos encontremos, los sembramos con ellos”, agregó.

La tercera brigada se llevó a cabo en la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña en su granja experimental. Participaron 37 productores de la región del Catatumbo, de los municipios de Ocaña, La Playa de Belén, El Tarra, Ábrego y Gonzáles, población del sur del Cesar.

Replicar lo aprendido

Uno de los asistentes fue Brayan Sanguino, productor y estudiante de zootecnia, quien declaró: “Fue una experiencia de gran impacto. El enfoque silvopastoril que me enseñó la brigada, lo estamos poniendo en práctica en la finca y comenzamos con la recuperación del suelo”.

Desde entonces, comenzó la rotación de potreros: “Observamos el cambio y vimos que la comida rindió el doble. Vamos a aumentarlo y estamos todavía en el montaje de las cintas eléctricas”.

Sanguino trabaja una ganadería de doble propósito en el municipio de El Tarra, y ahora planea enfocarse en producción de carne. Además, quiere aprovechar mejor los recursos hídricos: “En la finca llamada San Martín, ubicada en el municipio del Tarra, tenemos mucha agua. Hay varios nacimientos, incluso vamos a implementar un diseño que permita mayor precisión en su uso”.

Innovar frente al clima

Davinson López Lemus, gerente de la finca Vetica de Ocaña, también aplicó los conocimientos recibidos. “La brigada nos enseñó el tema de sostenibilidad sobre todo para defendernos del cambio climático que en esta zona del país afecta la actividad ganadera”, dijo.

Desde entonces, implementó pastoreo por franjeo, “para que los bovinos consuman más pasto y se alimenten mejor. Mejora el tema de espacio y ofrece mayor comida a los animales”. (Lea en CONtexto ganadero: Del Catatumbo al Guaviare: ¿improvisación o estrategia?)

Aunque al principio las vacas no respetaban las cercas, “toca darles un tiempo para que se adapten al nuevo esquema”. López también aprendió a usar árboles nativos como cercas vivas.

“Acá tenemos el problema de que hay profesionales pero no tienen experiencia para enseñar las prácticas ganaderas. La asesoría permanente que nos ofrece la secretaria técnica de Fedegán, nos genera confianza y aprendemos de su conocimiento y experiencia”, puntualizó.