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Orejero, árbol estratégico para sistemas silvopastoriles

Neife Castro 21 de Mayo 2025
Orejero, el árbol clave para sistemas silvopastoriles sosteniblesFoto: telemedellin.tvEste árbol ofrece un follaje denso que proporciona sombra abundante para el ganado y tiene la habilidad de resistir fuertes sequías.

Esta especie nativa tiene gran potencial para fortalecer estos arreglos forestales en el trópico bajo, gracias a sus beneficios ecológicos, productivos y nutricionales. Con cualidades como fijación de nitrógeno, resistencia a suelos pobres y sequías, y aporte nutricional al ganado, se posiciona como un aliado clave para una ganadería más sostenible y resiliente.


El orejero (Enterolobium cyclocarpum) es un árbol nativo de Colombia y de varios países de Latinoamérica, lo que lo convierte en una especie especialmente adaptada a las condiciones del trópico bajo.

Esta característica, por sí sola, representa una ventaja frente a otras especies foráneas que pueden requerir mayores cuidados o no adaptarse con facilidad a los ecosistemas locales.

Ricardo Arenas, médico veterinario y Profesional Ganadero Amigo, explicó que “el ser nativo nos confirma que tiene una capacidad de crecer y de estar en los ecosistemas nuestros. Más allá de los árboles o los pastos, lo nativo tiene esa ventaja: va uno a la fija de que sí se va a dar”.

Además, destacó que el orejero ofrece un follaje denso que proporciona sombra abundante para el ganado, embelleciendo los paisajes ganaderos y contribuyendo al bienestar animal.

Otro aspecto ecológico relevante es su capacidad para resistir las sequías, ya que pierde sus hojas en condiciones extremas y rebrota rápidamente cuando las condiciones climáticas mejoran. Asimismo, sus hojas se degradan con facilidad, enriqueciendo el suelo con materia orgánica de forma natural.


El orejero (Enterolobium cyclocarpum) es un árbol nativo de Colombia y de varios países de Latinoamérica.


Aliado del suelo


El orejero actúa como un verdadero fertilizante natural. Al igual que otras especies leguminosas, sus raíces presentan nódulos que albergan bacterias fijadoras de nitrógeno, lo que permite transformar este elemento del aire en un nutriente aprovechable por las plantas. Esto se traduce en suelos más fértiles y con menor necesidad de fertilización externa.

Arenas resaltó este punto afirmando que “se necesita menos fertilización en los potreros si así lo llegara a requerir el productor”. Además, la interacción del orejero con hongos micorrízicos en el suelo facilita la degradación de nutrientes, lo que favorece su absorción incluso en terrenos de baja calidad.

Por estas razones, esta especie es una alternativa ideal para suelos pobres, como los que se encuentran en muchas zonas de la Costa Caribe colombiana. Aunque no se adapta igual de bien a suelos excesivamente ácidos, como los de los Llanos Orientales, su resistencia a la salinidad y su capacidad de mejorar la estructura del suelo lo hacen valioso en diversos contextos ganaderos.


Recuperación de ecosistemas


Más allá de sus aportes al suelo y al microclima del potrero, la planta también ofrece beneficios nutricionales directos. Su fruto, consumido tanto por el ganado como por la fauna silvestre, es una fuente importante de proteínas, carbohidratos y energía. Esto lo convierte en un suplemento natural que contribuye al rendimiento animal.

“El fruto también es de buena calidad nutritiva. Al ganado le aporta una proteína importante y carbohidratos, y también es de buena energía”, explica Arenas. Este valor añadido fortalece su rol en sistemas ganaderos integrales, donde se busca reducir costos y depender menos de insumos externos.

Finalmente, cumple una función clave en la restauración ecológica de los paisajes ganaderos. Al atraer aves, micos, iguanas y otros animales silvestres, contribuye a recuperar la biodiversidad y a consolidar corredores biológicos, lo cual es esencial en una ganadería verdaderamente sostenible.

Esta especie es un componente estratégico de los sistemas silvopastoriles que ayuda a regenerar suelos, alimentar al ganado, atraer biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático. Su uso creciente en zonas como la Costa Caribe demuestra que la sostenibilidad en la ganadería comienza desde las raíces.

El orejero actúa como un verdadero fertilizante natural, lo que se traduce en suelos más fértiles y con menor necesidad de fertilización externa.

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