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¿Para quién es el forraje que se produce en la finca?

Por - 28 de Febrero 2023

La respuesta puede resultar sumamente obvia, pero los ganaderos están equivocados si creen que obtienen pasto para las vacas o demás animales de pastoreo. En realidad no son para ellos, sino para sus huéspedes estomacales.


La respuesta puede resultar sumamente obvia, pero los ganaderos están equivocados si creen que obtienen pasto para las vacas o demás animales de pastoreo. En realidad no son para ellos, sino para sus huéspedes estomacales.   Aunque la pregunta pueda parecer algo obvia, un análisis profundo de ella y de su aplicabilidad en campo les permitiría a los ganaderos vislumbrar una de las más importantes claves de sus negocios. Cuando se ignora o pasa por alto, es cuando se le da un pésimo manejo a la nutrición de los animales que se crían o manejan en las ganaderías, y en consecuencia, no se logran resultados positivos en materia de productividad, y por tanto tampoco de rentabilidad. (Lea: Claves para tener una siembra exitosa de pastos)   Y eso incluye no solo a los ganaderos que realizan un pésimo o un regular manejo de los pastos y forrajes que producen (y hasta de los que están convencidos que los están haciendo bien), sino también a todos los productores que han caído en el error de casi reemplazar la dieta forrajera por una de alimentos balanceados.   Suponiendo que estos por ser ricos en nutrientes (concentrados) podrían ser suficiente garantía de éxito en sus programas de alimentación y nutrición, aun cuando está claramente identificado que son alternativas económicamente insostenibles, ya que no siempre se usan las mismas materias primas para su fabricación y estos cambios resultan trascendentales para un óptimo funcionamiento del estómago de los rumiantes, y en consecuencia, afectan también su fisiología y su productividad)   Incluso los ganaderos que han ido adoptando un manejo racional del pastoreo a través de la implementación de PRV, les pasa con relativa frecuencia que por suponer que con el solo hecho de ofrecer a su ganado pasto abundante y de aparentemente óptima calidad, ya están garantizando una nutrición satisfactoria para cubrir las demandas o requerimientos nutricionales de sus animales al 100 % y esperar de vuelta un óptimo desempeño y productividad de estos animales, se pueden estar llevando frustraciones porque no logran tales resultados positivos. (Lea: Estas son las enfermedades de los pastos que existen en Colombia)   Eso no solo les está pasando a quienes al inicio de sus proyectos no tienen pasturas establecidas, y empiezan con gramas y pastos nativos en convivencia con una amplia variedad y cantidad de arvenses, también a muchos que ya teniendo pasturas tampoco logran positivos resultados en términos de litros de leche o kilos de carne producidos a base de tal alimentación y nutrición a pesar de hacer PRV.   Visto de una forma más ilustrativa. Resulta que un sinfín de ganaderos, y los que hacen PRV no se están escapando de ello, se enfocan en sembrar pastos y leguminosas en sus potreros bajo el argumento aquel de que necesitan ofrecerle a su ganado mucha proteína para que así puedan producir mucha carne o leche, o mantener una óptima eficiencia en indicadores de reproducción del rebaño.   Incluso, cualquier cantidad de ganaderos preguntan constantemente cuáles plantas arbustivas o arbóreas pueden o deben cultivar en sus potreros que sean ricas en proteína para sus sistemas silvopastoriles, y en muchos casos se están equivocando con esta manera de aplicar estos sistemas productivos.   Y los errores en este sentido son múltiples, pero hay 2 frecuentes: el primero es, que así como no solo de pan vive el hombre, tampoco de solo proteína se nutre un rumiante; y lo segundo es, que los ganaderos se están equivocando tremendamente por estar pensando que los alimentos que le ofrecen a los animales son los que se convierten directa y proporcionalmente en la carne, la leche o las preñeces o crías que esperamos producir con nuestro ganado. (Lea: La lista de pastos tolerantes a los diferentes tipos de suelos)   Volviendo a la frase, los rumiantes no se nutren de pastos y forrajes como tal, pero si se alimentan de ellos, debe conectarse con la pregunta sobre ¿Alimentar o Nutrir?). Y lo primero que hay que comprender es que hay una gran diferencia entre alimentarse y nutrirse.   El ganado se alimenta de pastos y forrajes (porque es lo que cosechan e ingieren), pero no se nutre directamente de todos los nutrientes que hay en ellos. Quienes hacen uso de tales nutrientes son los microorganismos (bacterias, hongos y protozoos) que habitan en su estómago, quienes como producto de la digestión (fermentación) de los pastos y forrajes, especialmente en la cavidad ruminal, sintetizan los denominados ácidos grasos volátiles (AGV) principalmente a partir de la grasa y los carbohidratos contenidos en los alimentos, y la denominada proteína microbiana (PM) principalmente a partir de las fracciones de nitrógeno. Estos son absorbidos por las paredes del rumen e intestino, y pasan al torrente sanguíneo y luego a otros órganos para complementar su metabolismo y luego si ir a los órganos destino (cerebro, tejido muscular y glándula mamaria, entre otros) para poder producir carne, leche, y preñeces.   En otras palabras, los rumiantes (vacunos, búfalos, ovinos, caprinos, etc.) no se nutren como tal de los nutrientes contenidos en los pastos y forrajes que cosechan durante el pastoreo, sino de los que producen los microorganismos que se hospedan en su estómago, como resultado de los procesos digestivos o de fermentación de estos vegetales. (Lea: Ganadero, ¿conoce los pastos que siembra en su finca?)   Estas bacterias huéspedes del aparato digestivo del rumiante son un colectivo de intermediarios de la digestión de los alimentos de origen forrajero, y en tal sentido, son quienes propician la nutrición de los animales de pastoreo con los que se producen la leche, carne y crías para el comercio.   Por lo tanto, desconocer la forma como este proceso se lleva a cabo, y/o no entenderla o mal interpretarla y no saber cómo aprovecharla de la manera correcta, es lo que finalmente nos conlleva en un sinfín de casos de campo a obtener resultados insatisfactorios en materia de productividad y rentabilidad en las ganaderías.   * Por Michael Rua Franco Zootecnista y especialista en nutrición animal Experto en ganadería racional

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