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Etapas de los cafetales

Foto: sqm.com

Desde el inicio del ciclo, el éxito del cultivo depende de decisiones técnicas bien fundamentadas.

agricultura

La guía que todo caficultor necesita, de semilla a floración sin perder calidad

por: Angie Barbosa- 31 de Diciembre 1969

Conocer el desarrollo del cafeto y aplicar buenas prácticas agrícolas en cada etapa es esencial para asegurar una cosecha rentable y un café de alta calidad. Una adecuada fertilización, basada en análisis técnicos, mejora el rendimiento y eleva los estándares del grano.

Conocer el desarrollo del cafeto y aplicar buenas prácticas agrícolas en cada etapa es esencial para asegurar una cosecha rentable y un café de alta calidad. Una adecuada fertilización, basada en análisis técnicos, mejora el rendimiento y eleva los estándares del grano.


Mileisy Agudelo Benjumea, ingeniera agropecuaria y representante técnico comercial de Agrocafé, explicó que el ciclo de vida del cafeto en condiciones comerciales puede extenderse hasta los 25 años, aunque su pico de productividad se da entre los 6 y 8 años.

“El cafeto comienza su desarrollo con una fase vegetativa que incluye tres etapas: germinación a trasplante (2 meses), almácigo (5 a 6 meses) y de siembra definitiva en campo a primera floración (12 a 18 meses)”, detalló Agudelo.

Luego, la planta entra en su fase productiva, donde florece y da fruto mientras continúa su desarrollo vegetativo. Esta doble actividad se mantiene durante el resto de su vida útil. (Lea en CONtexto ganadero: Las claves para lograr la mejor taza de café desde el cultivo)


Cuidados desde el inicio


Desde el inicio del ciclo, el éxito del cultivo depende de decisiones técnicas bien fundamentadas. Elegir una semilla de alta calidad y preparar adecuadamente el suelo son los primeros pasos obligatorios. Además, se deben manejar factores como la densidad de siembra, el control de arvenses, la sombra, la fertilización y el manejo de plagas.

Según Agudelo, “es clave adaptar las prácticas de manejo a la edad del cafetal, su estado y el entorno”. Añadió que una de las intervenciones más relevantes para estabilizar la producción es la renovación o poda, que debe hacerse en función del ciclo productivo y no como respuesta reactiva a la baja productividad.

El éxito del cultivo depende de ¡una semilla de alta calidad y una preparación adecuada del suelo. Foto: Juan Antonio Sanchez - elcolombiano.com


Errores al nutrir


Un área crítica donde suelen cometerse errores es la fertilización. Muchos productores aplican fertilizantes sin un diagnóstico técnico, lo que compromete tanto el rendimiento como la calidad del café.

“Uno de los errores más comunes es no hacer análisis de suelo, lo que lleva a aplicar fertilizantes de forma incorrecta, en exceso o en el momento equivocado”, advirtió Agudelo. También señaló el uso de fórmulas pensadas para otros cultivos y la falta de atención a la humedad del suelo al momento de aplicar los fertilizantes, lo cual impide su correcta liberación.

Para obtener una cosecha saludable y rentable, la nutrición debe adaptarse a la edad del cultivo y a los requerimientos específicos de cada lote. El manejo adecuado de los nutrientes puede marcar la diferencia entre un café corriente y uno de calidad superior.


Nutrición define el sabor


La calidad del grano no se construye en el beneficiado ni en el tostado, sino desde el campo. La nutrición del cafeto tiene un papel protagónico en el sabor, el aroma y la textura de la bebida final.

“La disponibilidad de nutrientes influye directamente en el crecimiento, la producción y la calidad de los granos”, explicó Agudelo. La experta destacó que un balance correcto de nitrógeno, potasio, fósforo y micronutrientes como magnesio, zinc y boro favorece el desarrollo fisiológico de la planta y mejora las propiedades del grano.

Un cafetal bien nutrido produce frutos con más azúcares acumulados, un color intenso y una actividad enzimática que se traduce en una taza más aromática y limpia.


Recuperar suelo tras la cosecha


Después de la cosecha, el cafetal entra en una fase donde necesita recuperar energías y prepararse para la siguiente floración. La reposición de nutrientes es una tarea indispensable.

“La cosecha extrae una gran cantidad de nutrientes del suelo, por eso es necesario aplicar fertilizantes ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, siempre y cuando las condiciones de humedad sean óptimas”, dijo Agudelo.

Además, la especialista insistió en que esta fertilización debe hacerse de forma técnica, considerando el desgaste del suelo y la necesidad de mantener el equilibrio nutricional. Solo así se puede garantizar un rendimiento constante y una calidad que responda a las exigencias del mercado.