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Mujeres crearon un modelo de economía solidaria a partir del abono orgánico

Por - 26 de Diciembre 2022

En el Meta, un grupo de mujeres crearon una granja autosustentable con ganadería bovina, avícola, y porcina. CONtexto ganadero le cuenta la historia.


En el Meta, un grupo de mujeres crearon una granja autosustentable con ganadería bovina, avícola, y porcina. CONtexto ganadero le cuenta la historia.

La Asociación de Mujeres Campesinas de Piñalito (Asomucapi) es un grupo de 25 mujeres de Vista Hermosa, Meta, que se han unido desde abril de 2016 con el objetivo de crear una granja autosostenible a través de la economía solidaria. La granja cuenta con tres sistemas productivos: bovino (ganadería), avícola (gallinas ponedoras) y porcino (cerdas de cría), y se basa en la producción de abono orgánico.

El abono orgánico es una opción atractiva para Asomucapi porque se generan residuos agrícolas a través de la actividad principal del grupo, la ganadería, y porque es una respuesta a las preocupaciones ambientales actuales. Además, es barato para el productor y puede ser utilizado en cultivos de pancoger, evitando así el uso de químicos dañinos.

Asomucapi cuenta con una hectárea de tierra, y sus planes incluyen expandir la granja para poder producir más abono y aumentar su impacto económico y social. También quieren trabajar en la conservación del medio ambiente y en la promoción de la agroecología.

Paola Madrid, representante legal de Asomucapi, explica que la meta es demostrar que es posible crear un modelo de economía solidaria que permita "mostrar que uno no necesita grandes extensiones para producir, sino que, de una manera organizada, se puede lograr". Además, quieren que las integrantes de Asomucapi vean sus fincas como agroempresas que generan ingresos sin depender de una sola economía.

El proceso asociativo de Asomucapi ha tenido un impacto positivo en la vida de sus integrantes, ya que les ha brindado seguridad en sí mismas y ha mejorado sus relaciones personales y familiares. Además, Paola cree que el proyecto ha contribuido al tejido social del municipio al fomentar la productividad y las buenas relaciones sociales y comunitarias.

“A veces la gente se enfoca solo en ejecutar algún proyecto, pero puede que no funcione porque, aunque se cuente con lo necesario, en el tema de las relaciones sociales y comunitarias estamos mal. El tejido social y la productividad tienen que ir de la mano” dice.

La asociación ha enfrentado algunos desafíos a lo largo de los años, como la falta de financiamiento y la dificultad de acceder a la información y el conocimiento técnico necesarios. Sin embargo, han logrado superar estos obstáculos gracias al trabajo en equipo y al apoyo de organizaciones y entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

“vemos un futuro muy promisorio para esa actividad, porque está cambiando un modelo de uso y ocupación del territorio insostenible, uno basado en deforestar, sembrar pasto y tener ganadería extensiva. Todo esto entonces, se encamina a medidas construidas desde las mismas comunidades para aportar a un modelo sostenible de uso, ocupación y beneficios del territorio”.

Este proyecto busca propiciar un manejo agroecológico de los componentes de producción agrícola, “y qué mejor para eso que tener una fuente de abonos orgánicos local. Y esto es lo que quieren las mujeres de Asomucapi” dice.

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