La escasez de pasto para bovinos durante las épocas secas es un problema que tiene muchas causas y que requiere de una estrategia integral para ser resuelto. Este fenómeno no solo afecta la productividad y la salud de los animales, sino que también impacta negativamente en la rentabilidad del negocio ganadero. (Lea en CONtexto ganadero: Claves de manejo para reducir las pérdidas ganaderas por la sequía)
Pero, ¿por qué ocurre esto? De acuerdo a Leopoldo Viteri Velasco, ingeniero zootecnista con maestría en Producción Animal, explica que existen tres verdades por las cuales los productores no tienen pasto en su temporada seca.
Falta de planeación
Según Viteri Velasco, este es el problema principal de los productores en todo el mundo. Muchos ganaderos no implementan estrategias de manejo adecuadas para asegurar la disponibilidad de pasto durante todo el año.
La falta de un plan de manejo forrajero, que incluya la rotación de potreros y la siembra de cultivos forrajeros resistentes a la sequía, resulta en una dependencia excesiva de los pastos naturales.
“Si no planeamos no podemos lograr los resultados que necesitamos”, asegura Viteri Velasco. Por ero para evitar que se presenten problemas en la época seca con los alimentos, el productor debe prepararse con la principal herramienta, que es el alimento.
El profesional destaca que “nunca se tiene la misma cantidad de animales ni la misma cantidad de forraje”.
Existencia de potreros grande
El profesional asegura que a pesar que se le ha enseñado al ganadero sobre la división de potreros para un mejor maneko y aprovechamiento de los recursos, la realidad es que aún existen fincas con potreros muy grandes.
Para Viteri Velasco, “la mentalidad del productor es tener potreros grandes con pastoreo continuo y, de esa forma no se va a lograr nada”.
Los bovinos tienden a sobre pastorear ciertas áreas mientras otras quedan subutilizadas, sino que también impide el crecimiento de nuevas plantas. Una estrategia de subdivisión de potreros y manejo rotacional puede ayudar a mantener un suministro constante de forraje, permitiendo que el pasto se recupere adecuadamente entre períodos de pastoreo.
Monocultivo
Viteri Velasco sostiene que es muy común que se tenga “una sola especie de gramíneas en los potreros. Se tiene un desierto verde y eso no debe ser así”. En muchas ganaderías, se cultiva únicamente una especie de pasto, lo que aumenta la vulnerabilidad a las condiciones climáticas adversas.
La diversificación de cultivos forrajeros, incluyendo especies que sean más resistentes a la sequía, puede mejorar la resiliencia del sistema de pastoreo. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Desafío verde! Estrategias para enfrentar la sequía en el sector agropecuario)