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columna

Coronavirus, efectos y sus lecciones

por: - 31 de Diciembre 1969

Oficialmente el COVID-19 fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019. Han pasado tan solo 78 días del nuevo año y sus efectos sobre la población mundial han sido inimaginables, y en la economía mundial devastadores. Pero no todo es negativo.

Escribía yo, hace cerca de un mes, y ante su rápida expansión en el continente europeo, que la única forma de contener un virus con tal crecimiento exponencial era que el mundo coordinadamente detuviera su actividad por 14 días. Una propuesta salida de la lógica de mercado pero que solo unas semanas después diferentes gobiernos se han visto obligados a implementar.

Seguramente los Chicago Boys hoy no estarían felices, y tratarían de sostener el mercado a cualquier costo, pero efectivamente son las personas las que hacen los mercados y es a ellas a quienes se debe defender.

Pero si bien la problemática sanitaria es de la mayor atención, en el entorno económico la incertidumbre ha ocasionado grandes lesiones, empezando por el precio del petróleo, el cual se derrumbó ante la menor demanda de combustibles y al no alcanzar un acuerdo en el recorte de su producción.

Tal situación también produjo efectos en el dólar ante las expectativas de mayor riesgo económico, y se crea el ambiente para que la especulación se pasee, como ya se nota con el precio de ciertos artículos en determinadas regiones.

Para nuestro sector ganadero ciertas variables, en apariencia, podrían ser beneficiosas como es la alta cotización del dólar. Hoy por ejemplo la depreciación del peso ha hecho que el precio del novillo gordo en pie sea de USD1,1 por kilo, lo que hace más competitivos nuestros productos a nivel de exportación. Sin embargo, la depreciación de las monedas locales es un fenómeno global, por lo cual, dicha ventaja es relativa, pero algo se puede aprovechar.

Pero un beneficio que podría ser más tangible para nuestro sector es que con el precio actual del dólar las importaciones de leche podrían limitarse. Sin embargo, el precio de la leche en polvo tiene un comportamiento de correlación con el del petróleo, es decir también viene para abajo ante la posibilidad de menor demanda al caer el ingreso en los países petroleros, lo que nos indica que no estamos blindados frente a la importación de lácteos, aunque sin duda habrá una ralentización.

Si la economía mundial va mal, la posibilidad de contagio en la nuestra está a la mano, y si a nuestra economía le va mal a nuestro sector también. Es preciso mantener la mirada en cuidar la salud propia pero no dejar de hacer nuestras actividades productivas diarias. Para eso existe la tecnología y la creatividad.

Al respecto, el mercado interno típicamente ha sido nuestra prioridad. Hay que cuidarlo, y más en tiempos de crisis, en donde la mayoría de los países se está aislando. Es foco de interés la seguridad alimentaria.

A su vez, la situación actual es la oportunidad para llegar con alimentos a países en donde su aparato productivo puede terminar muy lesionado luego de esta dificultad mundial. Lo que hará que de este tiempo de Covid-19 saquemos réditos es que logremos mantener como sociedad dos cualidades: cooperación y disciplina.