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columna

¿Dónde está la riqueza?

por: José Félix Lafaurie Rivera- 31 de Diciembre 1969

Si preguntan en La Habana les dirán, como hace cuatro siglos, que en la tierra, y que unos malvados terratenientes la concentran, y que detrás de esa concentración están todos los males del país: el abandono del campo, que no es culpa de los gobiernos ni de un modelo de desarrollo inequitativo y antirural, sino de los terratenientes.

La pobreza rural, la violencia y el narcotráfico, que tampoco son culpa de ese infame abandono y de la falta de oportunidades en el campo, sino de esos malvados terratenientes que, además, controlan al Congreso y al Gobierno.*

Por eso hay que redistribuir esa tierra y todos los problemas del campo y gran parte de los del país se solucionarán como por ensalmo. Esa es, de hecho, la razón para que el Gobierno rompiera su compromiso de no negociar el modelo de desarrollo y terminara negociando con las Farc el desarrollo rural, lo cual es otra demostración del menosprecio por la vida rural y la producción agropecuaria.

Pero si consultan al DANE, o si preguntan en la Bolsa de Valores y en las Cámaras de Comercio, que es donde hay que preguntar, les dirán que no son esos terratenientes los concentradores. Les dirán que la riqueza del país no está en el campo; allá están son los intereses de las Farc y, por eso, le impusieron al Gobierno negociar el desarrollo rural a su acomodo.

Les dirán que hay que mirar hacia otros lados: las comunicaciones –los grandes medios, la telefonía celular–, la hoy venida a menos industria extractiva, la generación y conducción de energía eléctrica, los silenciosos constructores urbanos y la ingeniería nacional de gran infraestructura, entre otros.

Y por supuesto, el sector financiero, que devoró los ahorros de la clase media cuando los gobiernos le metieron la mano al UPAC; el que tuvimos que salvar entre todos hace quince años con un temporal “2xmil”, que no solo se convirtió en “4xmil” sino en permanente. Sí, el mismo sector financiero, ese sí muy concentrado. ¡Solamente dos grupos poseen más del 50%!, y de los $8,8 billones que ganaron los establecimientos de crédito en 2014, el 37%, es decir, $3,3 billones llegaron a manos de un solo grupo.

Es el mismo sector financiero que piensa que la mirada redistributiva de una izquierda amiga de la riqueza ajena, no fijará en ellos su atención mientras ostentan sus utilidades crecientes. Durante 2014 fueron $11,4 billones, 24% más que en 2013, en tanto que el PIB total se incrementó en $46 billones. Es decir, el 25% del crecimiento de toda la economía, pública y privada, terminó en manos del sector financiero.

Esas utilidades equivalen al 26% de lo producido por el sector agropecuario durante 2014, cuyo PIB ascendió a 44 billones. Con ellas bastarían 10 años para adquirir toda la tierra rural –incluida la de los malvados terratenientes–, avaluada catastralmente en $139 billones.

Ni qué decir de las empresas de tecnología. Solo como un referente de reflexión sobre la tierra como factor de riqueza: el avalúo catastral del país -urbano y rural- suma $1.016 billones, unos 400 mil millones de dólares, y Apple solamente vale 741 mil millones, es decir, la empresa de la manzana vale casi dos veces el territorio colombiano, incluida su casa, amigo lector.

Entonces, ¿dónde está la riqueza?, ¿en la tierra? Valoricemos de verdad la tierra, pero no en el papel para cobrar impuestos, sino con seguridad, vías decentes, vivienda, servicios, colegios, hospitales, crédito y asistencia. Convirtamos a Colombia en potencia exportadora de alimentos y, entonces, volvamos a hablar de riqueza.

@jflafaurie