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El desangre del sector lácteo

Por Andrés Jaramillo Bernal - 07 de Febrero 2013

Procedemos de una raza pujante y emprendedora, nos enseñamos a sobreponernos a los obstáculos de las montañas andinas, a los largos recorridos por caminos adustos y empinados en donde las mulas y bueyes fallecían en el largo recorrido, no obstante nuestros antepasados colonizaron las montañas del occidente colombiano, dando lugar a valientes familias trabajadoras e incansables.

Nuestros medianos agricultores buscaron nuevas alternativas y comenzaron a desarrollar focos industriales que consiguieron aumentar el empleo, mejorar las condiciones económicas y generar bienestar social. Buena parte de ellos se trasladaron a las ciudades generando riqueza industrial.

Algunos de ellos entendieron lo primordial de la producción primaria de la economía y aunque diversificaron sus actividades, fortalecieron la producción agropecuaria, dedicando buena parte de sus recursos a mejorar las actividades productivas con café, caña, plátano, cítricos, ganado de carne y ganado de leche. Mientras tanto los campesinos un poco rezagados debido a su menor capacidad económica, con ayudas del Gobierno y de los comités de cafeteros y ganaderos han tratado de buscar alternativas productivas que les permitan vivir dignamente. (Lea: En más de $70 pesos bajó el precio del litro de leche pagado al productor en Colombia)

Sin embargo hoy debemos hablar claramente de la situación actual del sector lechero colombiano , la cual no es menos atemorizadora que la ya pronosticada por el Gremio ganadero regional hace tres años, cuando salimos a las calles a manifestar nuestra preocupación por el advenimiento de situaciones que NO permitirían la viabilidad del sector, si no se tomaban medidas urgentes y extremas para desarrollar el campo, que permitieran el crecimiento sostenido de una producción eficiente y eficaz, competitiva en condiciones adversas como las que se presentan hoy en el mercado nacional.

Tenemos excedentes de leche generados por la importación masiva de lácteos y la incapacidad del Estado colombiano, por controlar cantidades mayores a los contingentes asignados: 28 mil 500 toneladas legales en solo el año 2012 (369% 2012 vs.2011) sin entrar en vigencia el TLC con UE, el mayor productor del mundo. Y para que se sorprendan, se hicieron importaciones hasta de países con menor estatus sanitario que Colombia, como Ecuador y Bolivia.

Recordemos que tenemos mínima admisibilidad sanitaria con los países desarrollados y así va a ser imposible conquistar los mercados, ejemplo claro con el TLC con USA en el cual en sus primeros 8 meses de vigencia USA aprovechó el 33% de los contingentes asignados y Colombia apenas pudo comercializar el 4.2% de sus cuotas. (Lea: Gobierno busca frenar la entrada masiva de leche en polvo al país)

Lo anterior todo en detrimento del productor colombiano, basado en la incapacidad del Estado Colombiano y de sus instituciones, como la DIAN para certificar y controlar los contingentes en las fronteras, el ICA y el INVIMA para legitimar la calidad sanitaria y composicional del producto que llega a nuestras fronteras y la calidad de las plantas donde se procesa.

Lo único que queda claro es que las promesas del Estado, como los famosos Conpes Lácteo y Conpes Sanitario pasarán a la historia como decálogos de buenas intenciones, sin recursos del anterior Gobierno, ni del actual, los cuales en conjunto con las ayudas prometidas por el parlamento Europeo ( 30 millones de Euros ), son totalmente inocuas frente a la competencia de la producción internacional subsidiada y proteccionista como la europea con contribuciones de 91 mil 300 millones de euros en los últimos siete años. (Lea: Importaciones de leche aumentaron 198% en 2012)

Ahora, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, sale a promulgar como medida salvadora del sector el aumento de los aranceles a la importación de leches argentinas, cuando ello no impacta más del 5.2% de los contingentes, medida totalmente anodina, realmente un “engaño mediático” con los productores que conservaban la esperanza en un Gobierno que se ha olvidado totalmente del desarrollo y de la seguridad del campo colombiano, y de un ministro que ha estado obsesionado por la restitución de tierras, olvidando la famosa locomotora agrícola, la cual carretea por inercia y la tenacidad de los productores agropecuarios, más que por las acciones de un Gobierno centralista y de un ministro que deambula con rumbo errático.

En su momento el candidato Santos personalmente nos prometió que se revisaría el tema de los tratados que amenazaban el sector y el ministro como columnista criticaba en forma vigorosa los TLC y advertía de sus grandes riesgos, sin embargo apropiados en las cómodas oficinas del Palacio de Nariño han olvidado totalmente la importancia del sector, la seguridad alimentaria del país y el desarrollo y bienestar social de 350.000 familias campesinas que comprometen sus ingresos.

Derivado de la invasión del mercado colombiano ahora los productores nos vemos abocados a una sensible disminución de precios, que fluctúa entre $40 y $180, o sea buena parte del margen operativo de las empresas agropecuarias productoras de leche, las cuales han hecho un esfuerzo muy grande modernizándose, capacitando el personal, instalando la red de frío y las plantas eléctricas y consiguiendo las certificaciones de Brucelosis, Tuberculosis y Buenas Prácticas ganaderas. (Lea: Conozca las diferencias entre los diferentes tipos de leche que hay en el mercado)

La realidad es que el desangre apenas comienza, vendrán tiempos más difíciles; la revaluación de la moneda, los precios internacionales, la voracidad de la multinacionales, la desidia gubernamental y la competencia desleal y subsidiada de productores foráneos atentarán contra la estabilidad y el esfuerzo de miles de productores nacionales que NO hemos tenido los recursos para reconvertir o para generar competitividad en nuestras empresas.

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