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columna

El mal momento económico del país

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

¿Qué está mal? ¿En 2024 se recuperará lo perdido o la tendencia seguirá siendo de desaceleración e incluso recesión? La creciente incertidumbre y el empobrecimiento saltan a la vista.

El año anterior la economía colombiana solo creció 0,6%, la peor cifra desde la crisis de 1999; el sector agropecuario lo hizo en un marginal 1,8%, pero otros sectores tuvieron una lamentable caída: industria manufacturera -3,5%, construcción -4,2% o comercio -2,8%.

El indicador de comercio es especialmente lamentable pues al fin y al cabo está mostrando que el bolsillo de empresas, y sobre todo de familias, no está nada bien; lo que resulta paradójico frente a una economía que en teoría está mostrando control en el desempleo.

¿Qué está mal? Sin duda la aun elevada inflación de 2023 y las altas tasas de interés han pasado factura. Además, con un alto costo de vida el salario mínimo de los últimos años también ha sido fuente de elevado costo, pues este indexa una gran cantidad de tarifas que deterioran el poder de compra y de endeudamiento de los agentes económicos.

Sin embargo, no todo puede atribuirse a variables macroeconómicas. Es claro que hacer negocios es cada vez más difícil en el país, empezando por el tema de seguridad y orden público, afectando no solo al productor rural sino también a comerciantes, industriales y actores económicos en áreas urbanas.

De allí que en días recientes FEDEGAN, acertadamente, haya puesto en marcha los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, articulándose con la fuerza pública en comunicación y alertas tempranas, con el ánimo de mitigar la grave situación de inseguridad que se registra a lo largo y ancho de Colombia.

Adicionalmente muchos inversionistas han decidido dar espera a sus decisiones con el ánimo de evaluar qué pasará con diferentes reformas que han generado afectación al clima de inversión. De hecho, en los primeros nueve meses de 2023 la inversión extranjera decreció 79% frente a igual periodo de 2022. Incluso sectores como el de explotación de minas y canteras desinvirtieron en 2023 alrededor de USD230 millones ante la creciente incertidumbre.

Sin embargo, sí existe una percepción general de “entorpecimiento en los negocios”, es decir, solo falta que algo vaya bien para que la normatividad empiece a no dejarlo progresar. Solo para no ir muy lejos, veamos lo que pasa en nuestro sector con las exportaciones de bovinos en pie. Estas han sido fuente de mejoramiento del ingreso de los productores en estos últimos cuatro años y lo que se busca ahora es hacerles perder dinamismo a cuenta de “mejorar el bienestar animal” que a propósito es muy bueno.

Ahora la pregunta es si en 2024 se recuperará lo perdido o la tendencia seguirá siendo de desaceleración e incluso recesión. Si bien la inflación ha cedido sigue siendo alta, las tasas de interés tardarán en ajustarse al 1,75% en el que se mantuvo durante un año hasta octubre de 2021, y dependerá del Gobierno Central definir estrategias adecuadas de seguridad, lo que seguramente también tardará. Pero lo más importante: se requiere hacer atractivo al país, incluso para los mismos colombianos que ya empiezan a notar mayor empobrecimiento.