Muchos de los argumentos que critican la ganadería, cuestionan modelos de ganadería industrial, donde los animales están estabulados y su dieta se centra en el consumo de granos.
Son innegable los efectos adversos que tienen la deforestación de selvas nativas y lo perjudicial que es la ganadería extensiva. Pero, cuando se mejora la técnica de producción en pasturas, hacia modelos de rotación de praderas y conceptos de poca ocupación, aumento de la carga animal y adecuada recuperación de praderas, las cosas cambian sustancialmente.
En efecto, los sistemas pastoriles se convierten en sumideros de carbono (Extracción de carbono de la atmosfera y depositarlo bajo el suelo), lo cual hace que los sistemas ganaderos en base a pasturas no solo sean menos contaminantes, sino que son un arma solida contra la mitigación del cambio climático.
Los sistemas ganaderos en base a gramíneas, con adecuada gestión de pastoreo captan de media 4,3 toneladas de carbono por hectárea por año.
Incorporando sistemas de recuperación mediante la implementación de silvopastoriles (gramíneas + leguminosas + arboles productivos y protectores), se captan 7,5 toneladas de carbono por hectárea por año. En la recuperación de bosques nativos se pueden captar 6,3 toneladas de carbono por hectárea por año (Amezquita, 2018).
Recurriendo a la propuesta del plan estratégico de la ganadería colombiana, elaborada por FEDEGAN hace unos años, donde se planteaba reducir el área de la ganadería bovina en Colombia de 38 a 28 millones de hectáreas y donde tuviéramos un nivel de tecnología adecuada en el uso de praderas, estaríamos hablando de captar 120 Gton de carbono año, debido a la captación de carbono por las gramíneas. Recuperando 5 millones de hectáreas a bosques nativos, se captarían 38 Gton de carbono por año.
Eso nos convertiría en una nación con producción limpia. Pero esto tan solo es una cara de la moneda que tiene en cuenta la discusión de ganadería y cambio climático.
La otra cara es la económica, los sistemas en base a pastos bien llevados aumentan de forma exponencial los indicadores de productividad comparado contra la ganadería extensiva.
Colombia cuenta con 500 mil familias que viven del negocio ganadero, mejorar la productividad y la competitividad significaría dinamizar un sector de la economía importante para el país. Estaríamos produciendo carne y leche para alimentar la creciente población mundial, a la vez de ofrecer grandes servicios ambientales para el mundo.
**Felipe Aristizábal, MVZ, Esp, MSc
Docente Universidad Autónoma de las Américas, Pereira
Facultad de MVZCONSULTA PECUARIA
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