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columna

En Colombia le quedará fácil al comunismo expropiar

por: Ariel Peña González- 31 de Diciembre 1969

Al comunista Hugo Chávez en Venezuela le tomaron algunos años después de su posición como presidente en 1999 para cumplir con el “exprópiese”, situación que no ocurriría en Colombia en caso de que las fuerzas totalitarias ganen las elecciones presidenciales en el 2022.

Al comunista Hugo Chávez en Venezuela le tomaron algunos años después de su posición como presidente en 1999 para cumplir con el “exprópiese”, situación que no ocurriría en Colombia en caso de que las fuerzas totalitarias ganen las elecciones presidenciales en el 2022.

Ya antes de llegar al poder han conformado la Primera Línea brotada en el Paro Nacional que se realizó este año. Dicha banda en un eventual gobierno de Gustavo Petro tendrá franquicia para invadir cualquier propiedad privada (sin importar si está habitada) con la aquiescencia del régimen, que pedirá “compresión” a las víctimas del despojo, para después reprimir a los que se opongan a semejante desmán, y así se irá consolidando la dictadura marxista-leninista.

Precisamente frente a esa situación nuevamente ha surgido la “clausula Petro” que apareció en el 2018, cuando el actual candidato del Pacto Histórico en esa oportunidad entró a la segunda vuelta, lo que ocasionó el temor a la expropiación; y ahora también contratos de compraventa sin importar el monto les colocan dicha cláusula, en el caso que Petro sea elegido presidente el próximo año, pues habría una crisis económica y, por eso negocios de casas, apartamentos y carros, entre otros, se pueden rescindir ante un triunfo del exalcalde de Bogotá.

A lo que habría que agregar que después del Paro Nacional se ha incrementado la inseguridad en diferentes partes del país de manera exponencial. La razón es que los delincuentes se han envalentonado al observar como vándalos y terroristas de la Primera Línea atacan a la policía; por lo tanto los facinerosos se sienten a sus anchas para hacer lo que les da la gana, amedrantando a la ciudadanía y sintiéndose estimulados por las acciones salvajes que realiza la Primera Línea; recalcando que todo este caos responde al programa político del comunismo totalitario, el cual considera que esta a las puertas de la toma del poder.

En un régimen comunista en Colombia como el de Gustavo Petro (así lo niegue) la propiedad raíz será igual al “cariño verdadero”, que ni se compra ni se vende, porque el país tendrá una inflación gigantesca y una caída del PIB sin parangón en la historia, y prácticamente desaparece la propiedad privada, no solo por el fracaso político, social y económico del comunismo, sino que desde la perfidia marxista también esa situación es inducida para convertir a Colombia en un país de pordioseros y que solamente puedan comer los que tienen el “carnet de la patria” o los que reciben ayuda de los CLAP como sucede en Venezuela, y los demás al igual que Ucrania durante el régimen de Stalin en los años 30 del siglo pasado, que se mueran de hambre.

Colombia no estaría lejos de esa situación si elige un gobierno de la denominada izquierda cuyos partidos hacen parte del comunista Foro de Sao Pablo.

Los pequeños y medianos propietarios en Colombia, en su gran mayoría han tenido que soportar inmensos sacrificios para conseguir un patrimonio, recordando que en los últimos 75 años ha habido migraciones de millones de personas del campo a la ciudad, debido a la violencia bipartidista de los años 50 del siglo XX o por el conflicto político-militar propiciado por el marxismo-leninismo para tomarse el poder, pero además por la situación económica del campesinado, lo que llevó a que muchos con esfuerzo se convirtieran en pequeños y medianos propietarios de finca raíz en las grandes ciudades, principalmente.

Cabe anotar que desde hace más de 7 décadas personas con trabajos humildes venidas del campo o que también pertenecían a la ciudad, lograban comprar un lote que en ocasiones era ilegal, pero mediante la dedicación acompañados por vecinos conseguían construir su casa que con el tiempo podría terminar como edificio, así fuera hechizo, posteriormente se legalizaba el barrio; sin embargo toda esa lucha se perdería con un régimen de la llamada izquierda, que copiaría a la camarilla comunista venezolano para enajenar y adocenar a las masas volviéndolas más dúctiles al gobierno del socialismo del siglo XXI, orientado por el Foro de Sao Paulo.

También es bueno recordar a los pequeños propietarios que lograron sus viviendas con el sistema UPAC, del cual se decía que con semejante financiación se llegaba a pagar varias veces la propiedad, a lo que se deben agregar el ISCREDIAL y el INURBE que fueron instituciones oficiales para facilitar la compra de vivienda a los colombianos y que en su momento se liquidaron. En la actualidad existen subsidios por parte del gobierno para la compra de vivienda a las personas de medios y bajos ingresos, de paso es bueno mencionar que un importante número de ciudadanos ha conseguido su propiedad mediante el ahorro, privándose de algunos gastos o con las cesantías.

Todo lo anterior para significar que semejante empresa de tantos compatriotas para conseguir donde vivir, se puede ir al traste al perder el valor la propiedad o al expropiarse, en un gobierno del socialismo del siglo XXI, como el que se podría elegir en el 2022.

En la propiedad raíz a través de los años se ha mencionado la valorización especialmente en las grandes ciudades, como una manera de acreditar el negocio, lo que llena de optimismo y orgullo a los pequeños propietarios por la inversión hecha, por lo cual en un futuro si la democracia imperfecta pero persistente que ha existido en el país es conculcada por un sistema marxista-leninista que usa diferentes motes para engañar, los pequeños y medianos dueños perderán su patrimonio sin formula de juicio, como lo hemos visto en la hermana república de Venezuela, pues la miseria de la población es la condición necesaria para que un régimen comunista totalitario se consolide.

Contrario a lo que decían los jefes del partido comunista chino durante la “revolución cultural” que produjo millones de asesinatos, sobre la dictadura del proletariado que se debía ejercer sobre la burguesía, la historia enseña que esa dictadura comunista totalitaria se ha materializado sobre la capas más pobres de la sociedad como son los que no tienen nada o los pequeños y medianos propietarios, visto que lo que se conoce como burguesía huye del país para hacer sus inversiones en otros lugares del mundo, por lo tanto la ciudadanía colombiana esta notificada acerca de la decisión que tome en las elecciones de 2022, para no caer en la pauperización a donde puede ir la inmensa mayoría del pueblo colombiano con un gobierno de izquierda regentado por el Foro de Sao Paulo.

Con los candidatos y precandidatos apoyados por partidos del Foro de Sao Paulo, vale preguntar ¿en un eventual gobierno de cualquiera de ellos cómo le irá a los pequeños y medianos propietarios y al pueblo en general? Pues una cosa es sembrar miedo como dicen los de la llamada izquierda, y otra muy distinta es advertir, visto que el ejemplo de Venezuela está delante de nosotros y bajo ninguna circunstancia lo podemos desconocer.

A los partidos que apoyan a Gustavo Petro en el Pacto Histórico y al Partido Verde, especialmente, también hay que preguntarles para no dejar dudas ¿cuándo se van a desafilar del Foro de Sao Paulo o en su defecto cuándo nos van hablar de las “bondades” del marxismo-leninismo que es la doctrina que abraza ese bodrio? Porque no se puede pasar de agache en un tema que tendrá profunda incidencia en la vida de los colombianos como es el de los pequeños y medianos patrimonios; dado que hay mucha tela de donde cortar en asuntos atinentes a las justas electorales en el 2022.