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Alfonso Santana Díaz

columna

La clave para tener sistemas productivos ganaderos sostenibles, rentables y bajos en carbono

por: Alfonso Santana Díaz- 31 de Diciembre 1969


¿Es posible darle un revolcón a la ganadería colombiana? Este es el tema de la columna publicada el pasado 22 de agosto de 2025 para destacar las ventajas de aplicar un modelo productivo desarrollado por AGROSAVIA, sobre Productividad de carne bovina en sistemas sostenibles de pastoreo intensivo para pequeños productores de la Orinoquia colombiana. En ese texto prometí tratar el Proyecto Biocarbono: Paisajes sostenibles bajos en carbono, también referido a la Orinoquía, porque son investigaciones pensadas con visión de futuro que le ofrecen al ganadero y a la ganadería de la Orinoquía, posibilidades ciertas de sostenibilidad con un sistema de producción bajo en carbono y con opciones para su escalabilidad.

Este proyecto recoge la experiencia de Fedegán en ganadería sostenible, la del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), junto con la de The Nature Conservancy (TNC), la Alianza Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Desde Fedegan el área de sostenibilidad lideró este proceso con los aliados por espacio de tres años de cocreación de conocimiento para los productores ganaderos de carne y leche y su cadena de valor, con soluciones basadas en la naturaleza y fortalecimiento de los servicios ecosistémicos como la captura de carbono y cuidado del recurso hídrico con enfoque de paisaje. Se ejecutó en 5 municipios priorizados, en Sabana inundable, Piedemonte, Altillanura plana, Altillanura disectada y en la Serranía de la Macarena, que incluyó 500 fincas participantes y 25 fincas demostrativas.

La investigación desarrolló dos enfoques que, integrados, responden al qué hacer tanto de productores como de hacedores de política —es un gana-gana para el país como para todas las actividades productivas y agroindustriales de esta región—.

Sus resultados permiten iniciar procesos de transformación en esta región, que es una de las despensas alimentarias del país y del mundo. Sobra resaltar la importancia de este trabajo para la ganadería, pues el hato bovino de la Orinoquia, según los resultados del 1er ciclo de vacunación de 2025 contra la fiebre aftosa, supera los 7 millones de bovinos, y suministra animales para ceba en el piedemonte llanero, a partir de las zonas de cría de la llanura inundable y la altillanura, y productos finales de carne y leche.

Allí tiene se localizan importantes industrias como la Hacienda San José (Vichada), que se caracteriza por la innovación de su esquema productivo cuyo éxito es terminar la producción de sus bovinos en tiempo inferior a los logrados en el resto del país. En esta Hacienda se combina ganadería con conservación de bosques, logrando una huella de carbono negativa. Mejorar los suelos todos los años es su consigna, junto con la producción de forrajes mejorados y la captura de carbono en suelos ácidos (El secreto del éxito de la Hacienda San José: edad de primera preñez y el índice de preñez).

También se encuentra La Fazenda que, según IA, representa un modelo de eficiencia agroindustrial con enfoque en seguridad alimentaria, cultiva más de 50.000 hectáreas de maíz y soya para alimentar cerca de 880.000 cerdos al año, y está incursionando en ganadería bovina con prácticas sostenibles.

Pero volvamos al tema de las Guías. Este instrumento proporciona aspectos relevantes que deben ser considerados para aplicar cada práctica y cuáles de éstas son complementarias o pueden ser establecidas de forma conjunta para alcanzar mayores beneficios ambientales, productivos y socio-económicos.

Estas prácticas se refieren al manejo del pastoreo, manejo de pastizales nativos en la sabana inundable, manejo de praderas introducidas y la incorporación de árboles a los potreros a través de arreglos silvopastoriles, manejo del recurso hídrico, manejo animal, conservación y restauración de ecosistemas estratégicos y condiciones habilitantes claves como la extensión rural, el turismo y la toma de registros, entre otros.

También contiene las guías de Planificación Predial Participativa (PPP) -una creación de CIPAV- que es una herramienta propuesta para la elaboración de planes de finca y carta de navegación para lograr la adopción de las prácticas de sistemas de producción ganadera baja en carbono. La PPP busca, además, impulsar y fortalecer a la familia rural como gestora y sujeto de su propio desarrollo.

Las recomendaciones para los hacedores de política giran en tono a instrumentos de planificación y ordenamiento territorial, y a los determinantes ambientales y del ordenamiento territorial.

Esta apretada síntesis demuestra que los ganaderos disponen de herramientas para promover un revolcón en la ganadería colombiana. No hay que dejar que, como muchos estudios contratados por el mismo Ministerio de Agricultura, se queden en los anaqueles o que por falta de difusión se queden en el olvido para repetir la historia de volver a estudiar lo estudiado, y sigamos en más mesas de trabajo que se convirtieron en un deporte favorito de la política pública actual.

Los productores pueden encontrar el tema práctico en el documento Guías para la implementación de sistemas ganaderos sostenibles bajos en carbono en paisajes de la Orinoquia (cuyo documento se puede descargar en este link ; y para los responsables de política, en Recomendaciones para hacedores de política producción ganadera sostenible baja en carbono en paisajes de la Orinoquia, en el siguiente link.