Alfonso Santana Díaz

La minga en la Universidad Nacional

Por Alfonso Santana Díaz - 01 de Mayo 2025


No nos hagamos ilusiones. No llegó a estudiar. Creo que, por estar aferrada a su conocimiento ancestral, nunca se ha preocupado por eso. Llegó a hacer más de lo mismo con un ingrediente adicional pues, so pretexto de la celebración del Día Internacional del Trabajo en Colombia, expresó, claramente, que el Gobierno no le cumple ni a sus electores indígenas que lo ayudaron a llegar al poder.

Para el gobierno, los indígenas vinieron para apoyarlo en la presentación del texto de la consulta popular al Congreso de la República –mejor dicho, a presionar la aprobación de la reforma laboral–; para infundirle temor a esta Institución siguiendo las directrices del primer mandatario quien no se cansa de señalar que el pueblo es el que manda… que la consulta popular va porque va, porque es una decisión popular; que si el senado no toma decisiones (en los 30 días), yo puedo expedir por decreto la convocatoria a la consulta popular; y, para apoyar la movilización social.

Los indígenas, que se amontonaron en la Universidad Nacional y llegaron en caravanas de buses con sus trebejos en camiones desde el Cauca, Caquetá, Sucre, Risaralda y otros rincones del país –más de 20 mil, informaron medios de comunicación–, dicen, con actitud y acciones intimidantes, que vienen para ‘exigir respeto a nuestros derechos, la vida, la paz y la justicia social’; para protestar por incumplimientos del gobierno; por la falta de salud y educación en sus territorios y por la falta de seguridad –como lo está haciendo una inmensa mayoría de los colombianos–, a la par que expresan un propósito altruista –que más bien parece mesiánico como el que con frecuencia de oye desde la Casa de Nariño– cuando afirman que “nosotros estamos juntos trabajando como compañeros, como hermanos, para defender la vida, no sola la vida de los pueblos indígenas, sino de la humanidad, es decir de todos los colombianos y todos los que estamos en el globo; y a acompañar las movilizaciones del 1ro de mayo –por solidaridad para decirlo decentemente–, pues lo que se pide en la consulta, poco o nada los afecta.

Esto resulta, por decir lo menos, paradójico –o explicable desde el punto de vista que se le mire–, pues en rueda de prensa uno de los líderes de la minga indígena, Dwirunney Torres (arahuaco), exigió al gobierno nacional el cumplimiento de sus propuestas, porque hoy todos los pueblos indígenas que estamos aquí, confiamos y lo apoyamos durante su proceso de elección, y no nos vamos a ir de aquí hasta que cumpla con sus promesas, afirmó en City TV abril 29 de 2025, mientras que Jhoe Sauca, consejero mayor del CRIC, afirmó que “nosotros ganamos una lucha reivindicativa en el 99 con la declaración de la emergencia social, económica y cultural de los pueblos’ y, por Decreto, se pactaron con el gobierno Duque 700 mil millones de pesos, de los cuales solo se cumplió el 49 %. Afirma que con el gobierno actual se pactó 1.3 billones de pesos para el caso Cauca, y “hasta el sol de hoy solo se ha cumplido el 20 %” (RED MAS Noticias, abril 29 de 2025).

¿Están apretando a un gobierno que ya perdió apoyo importante de los maestros, de los estudiantes y de los trabajadores por temas de la salud y de financiación? ¿Cuánto más nos costará a los colombianos ese ´altruista´ apoyo de los indígenas al gobierno, no sólo en dinero, sino en manejo y empoderamiento del Estado? Su bandera es la recuperación del territorio argumentando derechos ancestrales. Hoy poseen más de 34 millones de hectáreas del territorio nacional.

A eso se suman las denuncias que ha realizado el concejal de Bogotá, Daniel Briceño, relacionados con contratos recientes que ha firmado el gobierno con los indígenas. ‘Contratos’ que tristemente nos retrotraen al escenario de sometimiento de muchos gobiernos locales por parte de guerrillas.

Como dirían los expertos, son costos de las arandelas de una elección que cada vez parece hundirnos más en el fango de la opacidad administrativa, o, como dirían nuestros abuelos, de una mentira que lleva a otra mentira hasta que se hace imposible salir de esa madeja.