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Lecciones de un año atípico

por: Maria Helena Latorre- 31 de Diciembre 1969

Ha llegado el momento de hacer el balance de este año que finaliza, un año atípico que nos obligó a todos –tanto a las comunidades, como a los individuos– a replantear nuestras relaciones y nos retó en las actividades del día a día.

Y aunque la pandemia generada por la Covid-19 no ha terminado, es cierto que ya podemos identificar algunas lecciones que nos dejó. Dentro de todas las dificultades que hemos encontrado, podemos destacar un aspecto muy positivo: el reconocimiento generalizado de la importancia del campo y sus productores.

Las nuevas generaciones, sobre todo, comprendieron con mayor claridad que los alimentos no salen de un supermercado a nuestras mesas y que, por el contrario, están en nuestra mesa gracias a la tarea de los agricultores que cada día trabajan por alimentar al mundo.

Contar con alimentos suficientes y seguros es un objetivo mundial para erradicar el hambre en el planeta, por lo que la adecuada protección de los cultivos, así como su nutrición inteligente, son definitivas para cumplir con esta tarea.

La pandemia también nos confirmó la necesidad del trabajo conjunto y de la solidaridad como una práctica habitual y no una expresión esporádica. Desde su inicio, la singular coyuntura que nos tocó enfrentar desnudó la necesidad de trabajar de la mano con los otros, de apoyar a quienes están en dificultades y de reconocer que la unión hace la fuerza.

En el campo, los productores comprendieron con mayor claridad que la asociatividad con sus pares es un imperativo, que los réditos si se trabaja de manera individual son de menor impacto que si se unen esfuerzos. Ese reconocimiento del otro y valorar su trabajo debe ser una lección que no podemos olvidar cuando doblemos la esquina de esta pandemia.

En suma, por todo lo forjado en este 2020, vamos a tener un año 2021 lleno de conquistas en manos del trabajo conjunto y colaborativo del sector privado y público.

No puedo irme sin agradecer a todos nuestros lectores de este espacio, una ventana a la que llegamos en medio de esta pandemia y que los seguirá acompañando de ahora en adelante.

Les deseo unas muy felices fiestas, eso sí, sin bajar la guardia y siguiendo los protocolos para evitar los contagios. Se va un año atípico del que debemos salir fortalecidos gracias a sus lecciones y aprendizajes.