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columna

Lecciones gerenciales del Tour

por: - 31 de Diciembre 1969

Para ganar el Tour hubo que asumir riesgos y se podía haber perdido todo. Al que no le gusten los riesgos, que no asuma funciones gerenciales.

La administración de empresas puede nutrirse de múltiples experiencias. El Tour de Francia nos permite señalar algunas que son interesantes para el trabajo cotidiano del gerente.

“El éxito es la medida del trabajo duro”, afirma Michael Bloomberg. Esta frase cae como anillo al dedo de Egan Bernal. Bernal es un ciclista joven, pero todos sus compañeros reconocen que tiene la disciplina de un hombre muy maduro.

A medida que pasaban los días quedó en evidencia que era el mejor preparado para el Tour. En este mundo de empresarios que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana pegándole a un proyecto ganador, no sobra recordar que esos casos son fortuitos. Así no les guste a muchos, el éxito consiste en “trabajar, trabajar y trabajar”.

“El desempeño es casi todo; la eficiencia es el resto”. Esto aplica a Julian Alaphilippe, el francés que dominó el Tour durante la mayoría de las jornadas. Su desempeño fue espectacular, pero no ganó. La eficiencia es estar en el lugar y el momento adecuado.

Su inmenso esfuerzo terminó convirtiéndose en una enorme frustración por no poder rematar su trabajo. ¿Cuántas veces en las empresas se está cerca de obtener los resultados pero no se logran? Jugar bonito, pero no meter goles, no sirve de gran cosa.

Arnold Palmer, el famoso golfista, afirmaba con humor negro: “Mientras más duro practicas más suerte tienes”. Nairo no estuvo en su año, Nibali está de salida, el líder de su equipo, Geraint Thomas, tampoco tenía la energía necesaria, y Alaphilippe se quemó en el esfuerzo. A Bernal le ayudó hasta el clima.

Pero nada de ello habría sido posible sin su descomunal esfuerzo, su resistencia y la inteligencia para correr cada etapa. La suerte se necesita pero nunca basta por sí sola. Apostarle a la suerte es propio de quienes no tienen disciplina ni planeación.

“Ser líder también consiste en hacer posible que otros sean grandes”. Nada es más cierto que esto. El liderazgo requiere capacidad de sacrificio y entender que no es siempre el que asume el liderazgo el que está en la mejor posición para lograr un resultado definitivo.

En este mundo egocéntrico, los celos son frecuentes y en muchos casos inhabilitantes. Hay liderazgos que no soportan ningún tipo de competencia pues la consideran irrespetuosa.

El egoísmo es una amenaza para el talento. Geraint Thomas, el líder del equipo, ha debido manejar esa sensación a medida que Bernal iba confirmando sus condiciones. No debió ser fácil para quien había ganado el Tour el año anterior tener que aceptar que no repetiría. Pero pudo manejar la circunstancia pensando en el éxito del equipo antes que en su aspiración. Eso es liderazgo.

“Gerenciar es decidir” es una de las máximas más descuidadas de la administración. Muchos gerentes buscan evadir, postergar o ignorar decisiones que son indispensables. Nombran comités, dilapidan tiempo de forma innecesaria y buscan diluir responsabilidades. Tomar decisiones fue necesario para ganar el Tour. Hubo que asumir riesgos y se podía haber perdido todo. Al que no le gusten los riesgos que no asuma funciones gerenciales.

“Las apariencias engañan” es una frase popular que esconde mucha sabiduría. Al verlo llorar el día que obtiene el liderato, parecía débil y frágil. Pero la realidad era la de un triunfador.

Miguel Gómez Martínez

Asesor económico y empresarial

migomahu@gmail.com.

Portafolio, miércoles 31 de agosto de 2019.