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Ariel Fernando Galvis

columna

Un insulto más

por: Ariel Fernando Galvis- 31 de Diciembre 1969


Hace pocos días, en una más, de sus desafortunadas intervenciones, el señor presidente Gustavo Petro, durante un consejo de ministros, dijo en menos de dos minutos, una serie de frases que para quienes vivimos de la ganadería van más allá de un simple desconocimiento, fueron un insulto directo a las más de 600 mil familias que en Colombia nos dedicamos con compromiso a esta noble labor. Sus palabras no solo evidencian una visión equivocada del sector, sino que están cargadas de prejuicio, desprecio y una profunda irresponsabilidad institucional.

Por si no lo escucharon, estas fueron algunas de sus afirmaciones el pasado 28 de mayo en reunión de consejo de ministros transmitida por televisión. Mientras se dirigía al director de la Agencia Nacional de Tierras Felipe Harman y su equipo de ministros dijo: “(…) logren que el campesinado, cuando reciba tierra no la use para ganadería, porque la ganadería solo es sostenible en grandes extensiones de tierra, malversando el uso de la tierra, pero tirándose a Colombia”.

Más adelante mientras se dirigía al presidente del Banco Agrario agregó: “El crédito, si se entrega para ganadería en tierras fértiles, pues, el mismo banco está ayudando a tirarse la tierra, es un crédito destructivo”.

Y continuó: “si es tierra muy fértil, no es para ganadería”. Incluso, refiriéndose a la ganadería silvopastoril —una de las grandes apuestas por la sostenibilidad que promueve la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán)—, afirmó una vez más, asumiendo que esto solo aplica para las grandes extensiones de tierra: “si lleva al campesino a hacer ganadería silvopastoril, pues lo mato de hambre”

Yo me pregunto: ¿A los demás ganaderos del país les genera el mismo sentimiento de indignación y desolación escuchar que un mandatario se exprese de esta manera sobre la actividad que hacemos con tanto amor y sacrificio?

¿Como puede afirmar que la ganadería solo es viable en grandes extensiones de tierra? ¿Que entiende el presidente por “gran extensión”? ¿Cree, acaso, que las fincas de 10, 20, 30 o 50 hectáreas entran en esta categoría? Porque la ganadería en Colombia está compuesta por pequeños ganaderos, que contrario a lo que sostiene en su desafortunado discurso, no solo sobreviven de la ganadería, si no que la viven con dignidad y orgullo, dan estudio a sus hijos, sostienen sus familias y hasta generan empleo con sus pequeños predios.

En Colombia, alrededor del 55 % de nuestro inventario ganadero se encuentra en fincas de menos de 50 hectáreas, cerca de 490.000 fincas que son el 80 % de los predios del país tienen menos de 50 hectáreas; entonces yo me pregunto: ¿creerá el señor presidente que estos ganaderos llevan décadas siendo insostenibles? ¿Que pierden plata porque no son rentables por ser predios pequeños? ¿O creerá que una finca de menos de 50 hectáreas es una gran extensión de tierra?

No señor, la ganadería es rentable de acuerdo con su escala de producción y su grado de tecnificación, y los ganaderos colombianos llevamos décadas mejorando nuestras fincas, haciendo grandes esfuerzos por ser rentables, a pesar de la falta de compromiso del estado colombiano, a pesar del abuso en el precio de los insumos, a pesar de la falta de seguridad jurídica, a pesar de inseguridad que vivimos en el campo.

El ganadero colombiano no es el de la imagen que quieren vender: rico, terrateniente, deforestador y paramilitar; el ganadero colombiano es campesino, humilde, trabajador, defensor de la tierra, y es víctima del conflicto armado en Colombia y del abandono del estado.

¿Que nos espera con un gobierno que no ha sido capaz de ver la importancia que tiene este sector para la economía del país? La ganadería genera el 25 % del PIB agrícola y el 1,5 % del PIB nacional y genera más de un millón de empleos que es mas del 6 % del empleo nacional.

Que no valora la importancia en la seguridad alimentaria, la importancia cultural -estamos presentes en todos los rincones de Colombia- y que no valora los grandes esfuerzos que hacemos a diario por ser eficientes, ambientalmente sostenibles y competitivos.

¿De verdad el gobierno cree que los ganaderos no tenemos derecho a producir en tierras fértiles? ¿Estamos condenados a producir en las zonas marginales? ¿No podemos complementar o competir con la agricultura en igualdad de condiciones? ¿Acaso no somos parte fundamental de la seguridad alimentaria del país?

Necesitamos un gobierno que entienda la ruralidad con sus matices, que escuche a los productores, que fomente la tecnificación y la sostenibilidad, en lugar de estigmatizar a un sector que ha hecho patria desde las sabanas, los valles, las montañas y los llanos.

Ojalá superemos pronto este mal momento, no solo los ganaderos, sino todos los colombianos que creemos en el campo como motor de desarrollo, inclusión y esperanza y que no aguantamos un insulto más.