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columna

¿Vuelven el 89 y el asesinato selectivo?

por: José Félix Lafaurie Rivera- 31 de Diciembre 1969


El 9 de julio el presidente Petro le retiró el reconocimiento como negociador a alias “Zarco Aldinever”, por serios indicios de haber ordenado el asesinato de Miguel Uribe; muy serios para que Petro rompa con un delincuente matriculado en la “Paz Total”.

Con la muerte de Santrich y El Paisa, y la no comprobada de Iván Márquez, hoy el Zarco es el líder de la Segunda Marquetalia, disidencia a la que se vinculó después de desmovilizarse en 2016, por lo que fue expulsado de la JEP. Sin embargo, en febrero de 2024, Petro inicia diálogos con esta disidencia y la Fiscalía levanta las órdenes de captura.

Aunque se recibe con alivio el regreso del Zarco a la justicia ordinaria, para el país era claro que la Segunda Marquetalia, al incumplir el Acuerdo, cerró la puerta a una nueva negociación y a la justicia transicional, por eso, otra oportunidad para ese bandido me generó doble indignación por lo que relato a continuación.

En noviembre de 2021, en medio de una sesión de Junta de Fedegán, encontré varias llamadas del presidente Duque y, cuando le respondí, me dijo que tenía problemas de seguridad y que el general Vargas, director de la Policía, se comunicaría conmigo. Así fue y me pidió esperar una llamada del general Mujica, director de Inteligencia de la Policía, quien me habló de una información crítica que involucraba a mi familia y que prefería darme personalmente.

Ese mismo día la familia estaba reunida con el general en nuestra casa. La historia era esta: A raíz del asesinato de dos agentes encubiertos se inició otra operación en Venezuela para dar con los culpables y averiguar por la condición de Iván Márquez, uno de cuyos resultados “marginales” fue la información sobre el ofrecimiento de 1.000 millones a quienes habían asesinado a los agentes, para que también asesinarán a algún miembro de nuestra familia, para lo cual ya conocían nuestras vulnerabilidades.

Aunque no es fácil reaccionar ante semejante noticia, a mediados del año siguiente nuestros hijos salieron del país y mi esposa, la senadora María Fernanda Cabal, para entonces también precandidata presidencial, dio algunas declaraciones muy generales sobre las amenazas, siguiendo la recomendación del general Mujica.

A finales de agosto de 2022, el presidente Petro nos sorprendió con una invitación a su despacho para hablar de nuestra seguridad y ofrecernos protección, lo cual agradecimos, pero también nos dejó claro que había sido informado de lo que hoy relato, que no fue relevante en ese momento, pero indignante en 2024, cuando supimos de la gabela otorgada a quien quería asesinarnos, y doblemente indignante cuando el gobierno mismo informa de “indicios serios” sobre la autoría intelectual de El Zarco en el atentado a Miguel Uribe.

El gobierno conocía la peligrosidad del criminal; sabía de una operación contra nuestra familia con móviles políticos; entendía que podría volver a atentar contra candidatos de la oposición y, aun así, le otorgó la condición de negociador, desató sus manos y pasó el lamentable atentado a Miguel Uribe.

El asesinato político es selectivo por definición, pues la víctima es seleccionada para desestabilizar y generar perturbación colectiva. El país lo vivió entre agosto de 1989 y abril de 1990, cuando el narcotráfico asesinó, entre muchos colombianos, a los candidatos Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro.

¿Vuelve acaso el asesinato selectivo como arma política? Nuestro corazón sigue con Miguel y su familia, pero el Zarco está libre y el peligro es latente para otros candidatos.

Que el Estado nos proteja; es su obligación, o si no…, que Dios nos guarde, pero no dejaremos de luchar por un mejor país.

@jflafaurie