Después de hacer una pasantía en una de las granjas más importantes de Argentina, Daniel Osorio encontró su propósito en la mejora genética bovina. Hoy lidera un proyecto que ha puesto a Colombia en el radar internacional, una muestra de visión, persistencia y transformación genética.
Daniel Osorio no nació en una familia ganadera, pero el campo lo marcó desde pequeño. Su abuelo caficultor y un par de vacas fueron su primer contacto con ese mundo que lo sedujo desde niño. Aunque muchos de sus compañeros optaron por carreras más tradicionales, él siguió los pasos de un tío zootecnista y estudió Zootecnia en la Universidad de Antioquia.
La oportunidad que cambió su vida llegó con una pasantía profesional en Argentina, en la reconocida Estancia El Bagual, gracias a un convenio académico. (Lea en CONtexto ganadero: Zootecnia: un manejo holístico desde la regeneración)
“Mi primera experiencia fue llegar a Argentina y ver el volumen de animales y de esa calidad. Eso fue lo que más me ha tocado el corazón. Ahí dije: tengo que ser el mejor en esto y contribuir a algo en Colombia”, contó
Esa práctica no solo le abrió las puertas al mundo de la ganadería de alto nivel, sino que lo convirtió en pionero. Desde entonces, una docena de estudiantes colombianos han seguido su camino hacia El Bagual. “El Bagual ha contribuido mucho en la formación de profesionales en Colombia”, añadió.
Daniel Osorio realizó sus prácticas en la ganadería argentina Estancia El Bagual donde aprendió de alta genética. Foto: Cortesía.
Nace Brangus Delta
Ya de regreso en Colombia, Osorio ingresó a la Asociación Colombiana de Angus y Brangus, donde ascendió rápidamente a director técnico.
En 2017, Osorio fundó Brangus Delta, su propio proyecto ganadero con el cual lideró la importación de genética argentina, antes inédita en el país. Al mismo tiempo, colaboró como asesor del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
La historia de esta ganadería comenzó con una sola vaca. “Yo asesoré una ganadería que años después se liquidó, y yo en vez de recibirles dinero, les recibí la mejor vaca de la ganadería. Esa vaca es a partir de la cual arrancó todo mi programa”, reveló.
Esa hembra, base de su línea genética, ya ha dado campeonas nacionales por generaciones. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Nuevo récord en Colombia! Ternera brangus fue vendida por casi 40 mil dólares)
Pero el inicio fue incierto: “Cuando yo le decía a las personas que me iba a independizar, me decían: ¿de qué va a vivir? ¿Qué va a hacer? Y mi fábrica era esa vaca que me habían dado”.
Sin infraestructura propia, recurrió a acuerdos con ganaderías que él asesoraba, compartiendo la producción de embriones. Así nació su modelo productivo.
Esta fue la primera campeona nacional de Osorio luego de independizarme. “Un solo animal en feria y gran campeona. Con ella y su madre fue que inicié la ganadería. La gente no me creía que pudiera ser posible” aseguró Osorio. Foto: Cortesía
Transformar desde la genética
Daniel Osorio importó embriones brangus argentinos a Colombia, un hecho inédito en el país, seleccionando animales adaptados al trópico. Hoy, su empresa es la mayor importadora de semen brangus del país, siempre apostando por toros de vanguardia y herramientas tecnológicas.
“Introdujimos la primera herramienta de inteligencia artificial en ganadería que sirve de ayuda para seleccionar”, cuenta con orgullo. Su compromiso va más allá de la venta: “En el servicio posventa, somos muy efectivos. Acompañamos a todos nuestros clientes. Nuestra genética impacta desde la pista hasta el plato”.
Uno de los hitos recientes fue el remate internacional más importante en la historia del brangus en Colombia, consolidando a Brangus Delta como referente nacional.
El 8 de mayo en Antioquia se realizó el Primer Remate Internacional de Delta Brangus e invitados Angus y Brangus. Foto: Cortesía.
Mensaje para nuevas generaciones
A quienes hoy se forman como zootecnistas, Daniel les deja un mensaje: “No hay que tenerle miedo al emprendimiento escalonado, porque las cosas no llegan de la noche a la mañana. En la ganaderia es muy importante el colegaje, el sentido de agremiación, la hermandad”.
La historia de Daniel Osorio no es solo la de una ganadería exitosa. Es la prueba de que con visión, disciplina y alianzas estratégicas, una vaca puede convertirse en el inicio de una revolución genética que transforma un país.