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Foto: Cosmolac

cronica

Cosmolac: El sueño de tres personas de pulverizar 270 000 litros de leche al día

por: - 31 de Diciembre 1969


Camila Serrano, su padre y su esposo constituyeron la empresa en 2013 con el objetivo de comercializar leche en polvo. Hace dos años, iniciaron operación con una pulverizadora propia de 30 000 litros. Ahora, se embarcaron en un nuevo proyecto para tratar 240 000 litros, el doble de la capacidad de la que construirá Alpina.

A finales de los 90, Camila viajó a Estados Unidos para estudiar Administración de Empresas. Allí conoció a su esposo, que había llegado de Grecia. En 2000, resolvieron radicarse en este país pero, debido a la crisis económica que inició en 2009, se trasladaron a Colombia junto con sus tres hijas.

“Llegamos en 2012 a hacer una empresa importadora de aceite de oliva, pero en el proceso de arrancar y empezar a importar, nos fue muy mal. Decidimos explorar otras opciones y mi papá, que había trabajado muchos años en Nestlé, nos dio la idea de vender leche en polvo”, contó.

Tras analizar el mercado, decidieron comprar una mezcladora de leche, para preparar alimentos lácteos y leches azucaradas en una bodega de 90 m2 en Bogotá. Ellos mismos mezclaban, empacaban y distribuían el producto, en tanto que su padre se encargaba de las ventas.

Así nació Cosmolac S. A. S. Camila atribuye gran parte del éxito de este negocio a su padre, dado que era conocido y apreciado en el sector. A medida que crecían, se trasladaron al sector de La Paz en Zipaquirá (Cundinamarca), donde adquirieron una bodega de mayor tamaño.

“Nos dimos cuenta de que hacia el futuro, el negocio no era comprar y reempacar leche en polvo, sino que estaba en el producto origen, la leche líquida, por lo cual decidimos instalar una pulverizadora”, dijo. (Lea: Pulverización láctea, una apuesta en el norte de Antioquia)

La decisión de transformar leche líquida por su propia cuenta era algo impensable, pues si los costos de construir, adquirir, instalar y poner en marcha una máquina de este tipo son elevados para una empresa de larga tradición, lo eran mucho más para una que apenas llevaba 5 años.

No obstante, la gerente de Cosmolac reveló que lo más complicado no fue comprar o instalar la pulverizadora, lo cual tampoco fue una tarea sencilla ni expedita. Según ella, lo más difícil fue buscar productores que le vendieran la leche a una empresa desconocida.

Relató cómo el primer año tuvieron que persuadir a muchos, especialmente a los pequeños ganaderos, para que les vendieran un excedente del líquido. Cuando la productora Hacienda Santa Ana se sumó a este proyecto, esto abrió la puerta para que más ganaderos lo hicieran.

“En este momento, vemos la necesidad de crecer porque hay mucha leche en Colombia. Durante la pandemia vimos cómo hacían fila decenas de personas a vendernos leche y uno quería comprar, pero no podíamos porque nuestra capacidad llegó al máximo”, develó.

Por esta razón, en el segundo semestre de 2020 tomaron la decisión de instalar una planta mucho más grande, con una capacidad total de 240 000 litros por día, el doble de la que Alpina construirá y en la cual anunció que hará una inversión de 17 000 millones de pesos.

Un poco de historia

En Grecia, Camila y su esposo trabajaban en un área de negocio totalmente diferente. Cuando la crisis económica comenzó a agravarse, llegaron a una encrucijada: continuar en medio de la incertidumbre o ir a Colombia con sus tres hijas de 2, 8 y 10 años para empezar de nuevo.

A su regreso, decidió crear Cosmolac, la que califica como una empresa familiar, pues si bien ya cuenta con 54 colaboradores, en su origen eran ella, su padre y su esposo. De hecho, el nombre se les ocurrió en una sesión de lluvia de ideas donde participaron sus hijas.

Aun así, no deja de agradecer al equipo de trabajo que los ha acompañado durante este tiempo y que ha puesto todo su empeño en conducir la empresa a donde está actualmente. (Lea: Alpina inicia la construcción de planta pulverizada para 120.000 litros de leche)

En sus inicios, adquirían la materia prima (la leche en polvo) de una empresa más grande y la transformaban en leches azucaradas y alimentos lácteos. Con el tiempo, y como mencionó más arriba, advirtieron que había más oportunidad con la leche líquida.

Sin embargo, por más de que su padre conocía del sector, desconocían cómo era el proceso de la leche en polvo. Aunque el principio es básico (extraer el agua de la leche para el polvo), el proceso no lo es en absoluto, y la gerente de Cosmolac no tiene reservas en reconocerlo.

“Era un terreno totalmente desconocido pero todos los días estoy aprendiendo algo nuevo. Estos dos años han sido la mejor universidad, porque de no saber nada de leche cruda, ahora tenemos el conocimiento, aunque nos asesoramos constantemente”, admitió.

Como administradores de empresas, los tres no conocían conceptos sobre calidad de leche o los diferentes componentes que integran la máquina, pero eso no le ha impedido a la empresaria preguntar hasta el más mínimo detalle para cerciorarse de saber sobre lo que se está hablando.

Por ejemplo, comentó que participa en reuniones para discutir temas técnicos como la compra de una válvula, y aunque se apoya totalmente en un equipo de ingenieros y especialistas que la asesoran, ella pregunta hasta tener claridad, a sabiendas de que a veces puede ser repetitiva.

Serrano reconoció que la magnitud de la obra es abrumadora, pero al mismo tiempo es posible percibir en su voz el entusiasmo de emprender un proyecto de esta envergadura, no solo por el reto que supone para su familia sino por las oportunidades que traería para la región.

“La cantidad de leche que vamos a poder recibir a diario es leche que no se está procesando en la sabana, que muchas veces se está botando. Nuestra idea es trabajar con los ganaderos de la región, tener su apoyo, porque ya nos reconocen y saben cómo pagamos”, aseguró.

Mientras que Alpina anunció que construirán una pulverizadora de 120 000 litros diarios de leche, Cosmolac, le apostó al doble.

Según la gerente, la idea es adquirir la última tecnología en secado a nivel mundial, con el propósito de reducir los costos energéticos, que son significativamente inferiores a los de tecnologías similares. (Lea: Productores lácteos de Antioquia reclaman una pulverizadora)

El proveedor es una empresa argentina que utiliza un motor de diseño alemán para producir vapor con mayor eficiencia y menor consumo de energía. Esta misma empresa es la que proporcionó la primera máquina para 30 000 litros y ahora la segunda, de 240 000.

Formar un lazo de confianza

Desde hace dos años, la pulverizadora de 30 000 litros trabaja 24 horas los 7 días de la semana, con la leche que han aportado los productores que se atrevieron a venderle a una empresa desconocida. Como mencionó más arriba, convencerlos fue una de las tareas de mayor trabajo.

“Cuando comenzamos, yo rogaba que me vendieran 500 litros. Me tocaba repagar la leche, los ganaderos me decían que no podían dejar un acuerdo de años por ofrecer la leche a mí. Ahora los entiendo, porque si se llegan a salir, luego no tienen cómo venderla”, manifestó.

A medida que se relacionó con más productores del sector primario, comprendió que no son reacios a dar su producto por capricho, sino por el temor de que su leche no tenga salida, como ocurrió con la pandemia cuando dejaron de comprarles por el cierre de tiendas y restaurantes.

De hecho, la gerente de Cosmolac, que antes agotaba sus fuerzas persuadiendo a los ganaderos, ha tenido que rechazarlos cuando la caldera se ha apagado, lo que afortunadamente ha sucedido pocas veces pero no deja de ser angustiante cuando debe comunicar la mala noticia.

Otro lazo de confianza que ha tejido ha sido con el banco, que le tendió la mano en el momento más crítico. Sin historial crediticio en su país natal, no le hacían ningún préstamo a ella y mucho menos a su esposo, a quien ni siquiera le daban cupo para una tarjeta de crédito.

“Esto fue posible porque Bancolombia nos ha ayudado, ha creído en nosotros, y te lo nombro porque también ha sido una apuesta para ellos. Con la primera pulverizadora, nos apoyaron porque la región tiene toda la capacidad y este banco también quiere aprovecharla”, aseveró.

No obstante, sin duda alguna este negocio se ha fortalecido gracias a la estrecha relación que han construido con los productores, que al principio les reservaban el poco excedente y que ahora no hallan la forma de tratar de que Cosmolac les compre la mayoría del producto.

Para Cundinamarca es algo increíble y ojalá los ganaderos crean en nosotros y sigan depositando toda la confianza. Con los que trabajamos nos ha ido muy bien y ha sido un apoyo increíble y poquito a poco como que nos van soltando más”, declaró Serrano.

Una pulverizadora de 240 000 litros

Debido a las dimensiones de la nueva pulverizadora, la obra arrancó de cero en un parque industrial para que quepan los equipos. Por ejemplo, el área de la tolva por donde desciende el producto requiere de 200 m2, mientras que la altura de la máquina son 30 m.

Camila aclaró que la apuesta por una pulverizadora con el doble de la capacidad de Alpina no se debe al afán de competir directamente con ellos, sino que vieron una oportunidad de negocio que muchos industriales quizá ya habían visto pero ninguno se atrevió a dar este paso.

“Nosotros vemos ahí nuestro futuro empresarial. A diferencia de Alpina, nuestro negocio es la leche en polvo, lo conocemos y vemos las posibilidades que hay. Analizamos todos los factores, todas las variables, y nos enfocamos en tecnología porque así vamos a poder competir”, dijo.

A juicio de la gerente de Cosmolac, precisamente esta ausencia de tecnología y de nivel de tecnificación hace que el sector lácteo sea menos competitivo, por lo cual las industrias nacionales apelan a importar grandes cantidades de leche en polvo de Estados Unidos y Europa.

En medio de los retos y las dificultades que han atravesado a lo largo de los últimos 8 años, estos empresarios sienten un gran optimismo por el camino adelante, aun cuando reconocen que ha sido difícil construir empresa en Colombia y en un sector en crisis. 

“Uno necesita que alguien lo conozca para que le suelten un peso. Yo me fui a los 19 de años de Colombia y volví con tres hijas, entonces nadie me conocía. (…) Fue muy duro arrancar, muchas veces pensamos cerrar, el primer año especialmente. La carga impositiva es muy alta”, afirmó.

Y añadió enseguida: “Pero Colombia tiene mucho por hacer y tiene gente trabajadora, tenemos colaboradores que nos han ayudado en la evolución. No ha sido fácil, pero con ganas y con apoyo es posible. Nosotros arrancamos de cero y se la hemos metido con toda”.

Serrano no se ha desanimado por factores como vías en mal estado o falta de apoyo estatal, si bien recalcó que sacar adelante al sector lechero debe ser un trabajo conjunto entre el gobierno y los empresarios. (Lea: Experto argentino inventó una planta para deshidratar leche en fincas)

Con el caso de las importaciones, indicó que no se deberían perseguir estas compras sino tratar de entender por qué se están haciendo: “¿Por qué no le damos al ganadero el beneficio de poder procesar su leche? Es frustrante que queremos ser un país agrícola pero no se invierte en el agro”.

Finalmente, reiteró que Cosmolac necesita del apoyo de los ganaderos de la región para trabajar de la mano y crecer unidos. Esperan que el 2022 sea un “año de alianzas”, enfatizando que los más beneficiados con este proyecto serán los productores.

“En este orden de ideas con dos empresas fuertes secando leche, pues van a tener opciones primero de no perder la leche, de que si estamos enlechados vamos a secarla y ver maneras de que nadie pierda”, expresó la gerente de esta empresa.

Y remató: “Las empresas de la sabana llegaron a su tope, y muchos ganaderos han dejado el negocio. Pero tiene que volver a la cría de ganado, si algo nos ha enseñado esta crisis es que tenemos que volver a ser un país agrícola y seguir produciendo alimentos”.