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El abogado que dejó todo para pintar aves y promover la sostenibilidad

Melanny Orozco 11 de Diciembre 2025
Carlos Antonio Coronel, un ilustrador apasionado por las avesFoto: coronelca.comPara él, no hay contradicción entre producir y conservar; al contrario, la ganadería puede, y debe, convivir con la fauna.

Carlos Coronel Hernández incursionó en el sector público y reinventó su vida tras la jubilación para dedicarse a ilustrar aves colombianas, fusionando arte, conservación ambiental y sostenibilidad rural. Su libro de ilustraciones ya genera admiración en círculos de ornitología, arte y ganadería, donde representa una apuesta concreta por educar y sensibilizar sobre la biodiversidad y su preservación.


Cuando en 1983 Carlos Coronel Hernández terminó sus estudios de Derecho en Popayán, presagió un sinnúmero de opciones bajo el marco del éxito. Sin embargo, décadas después, su destino lo llevaría a empuñar pinceles en lugar de esferos, no fue una de ellas.

Hoy, quien fuera abogado del Estado, se ha convertido en uno de los ilustradores de aves más singulares de Colombia, uniendo su pasión artística con la causa de visibilizar la riqueza natural del país y promover una ganadería armónica con el medio ambiente.

De niño dibujaba con afinidad natural. Durante la primaria y bachillerato su trazo le acompañó, y ya en la universidad logró su primera exposición figurativa: ‘Expresión humana’, en la sala inaugurada por la desaparecida Fundación del Banco del Estado en Popayán.

Pero luego, vino la profesión, el derecho, cargos públicos: lo propio de la vida del jurista. Aun así, nunca dejó el arte del todo. (Lea en CONtexto ganadero: Las aves en Colombia, una riqueza natural incomparable que debe protegerse)

Fue hace unos tres años y medio, al pensionarse, que tomó la decisión definitiva de renunciar a la nómina para dedicar su tiempo y corazón a la pintura.

Decidido a recuperar aquel impulso creativo, retomó su estudio autodidacta, se sumergió en las grandes tradiciones artísticas del Renacimiento italiano, español, alemán, y, al mismo tiempo, despertó su amor de siempre por la naturaleza.

Un primer dibujo de ave reactivó algo dormido y un conocedor le comentó: “Si esta está tan bien ilustrada, ¿cómo serán las siguientes?”, y ese fue el detonante. Con determinación, decidió enfocarse en las aves de Colombia, ese tesoro natural de miles de especies.


Paraíso de plumas


Colombia ostenta una riqueza natural incomparable, con alrededor de 1.950 especies según los últimos conteos, y se consolida como el país con mayor diversidad de aves en el mundo.

Ese esplendor natural no solo ha sido objeto de observación científica o turística, sino que hoy también se convierte en materia artística para quienes, como él, buscan sensibilizar a través del color, el movimiento y la expresión.

El ilustrador, empírico, pero exigente, ha usado acuarela, óleo, acrílico, pastel, lápiz de color, carboncillo y técnicas mixtas para dar vida a aves que han captado su admiración. En colaboración con fotógrafos colombianos, transforma referencias fotográficas en piezas pictóricas únicas, con identidad propia, capturando la mirada, el vuelo, el comportamiento. Hasta ahora ha ilustrado unas 350 especies, con la mira en al menos 2.000.

Pero su esfuerzo no quedó solo en tinta, ya que, a través de una alianza con una editorial especializada, logró materializar su trabajo en un libro ilustrado llamado “Alas de Colombia, arte y color en vuelo”, un compendio artístico que recoge aves colombianas con sus nombres científicos, nombres comunes, inglés, y acompaña cada ilustración con un código QR que enlaza a información científica actualizada sobre su hábitat, distribución y comportamiento.

Este libro, publicado en formato manejable y pensado como herramienta de consulta, no sólo es un homenaje a la biodiversidad, sino una propuesta pedagógica. Está orientado tanto a ornitólogos, fotógrafos y observadores de aves, como a aficionados, ganaderos, estudiantes y público general, con la intención de tender puentes entre naturaleza, arte y conciencia colectiva.

El proyecto ha tenido muy buena acogida, pues ya se encuentra en preventa, con lanzamiento previsto en ferias nacionales, y ha llamado la atención de quienes estudian el vínculo entre producción agropecuaria y conservación.


Ecosistema productivo


Para él, no hay contradicción entre producir y conservar; al contrario, la ganadería puede, y debe, convivir con la fauna. En su visión, el arte es una herramienta para transmitir sensibilidad, formar conciencia y despertar responsabilidad.

Por ello, decidió regalar una de sus acuarelas a José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), quien impulsa programas de ganadería sostenible. Ese gesto simbólico apunta a que la actividad agropecuaria puede ir de la mano con la conservación de hábitats y especies.

Sus ilustraciones muestran a las aves en su entorno natural, en vuelo, en descanso, en acción, como parte de un paisaje vivo. Esa representación, argumenta, genera empatía, educación y admiración. En un país donde la ganadería es un motor económico, su propuesta impulsa una reflexión: producir sin destruir, conservar sin renunciar al desarrollo.

Este un llamado a reconocer lo que aún conservamos: bosques, aves, ecosistemas, a conectarnos con respeto, admiración y responsabilidad. Su invitación a jóvenes artistas, observadores de la naturaleza, ganaderos, educadores, es a tomar el pincel, la cámara, la semilla, y contribuir a preservar lo que somos como nación.

Las personas interesadas en adquirir el libro pueden presionar este enlace y disfrutar de un descuento de preventa. (Lea en CONtexto ganadero: Acciones para atraer a las aves a su finca)

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