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Finca San Pablo de Sardinata ha capturado más de mil toneladas de carbono

Foto: Cortesía

La finca San Pablo combina productividad, bienestar animal y sostenibilidad ambiental en el Catatumbo.

cronica

Ganadero egresado del SENA logra capturar más de mil toneladas de carbono en su predio

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Durante más de una década, la finca San Pablo ha implementado prácticas regenerativas que fortalecen los suelos, mejoran el bienestar animal y permiten generar créditos de carbono. Su experiencia demuestra cómo la ganadería puede ser rentable, sostenible y aliada de la conservación ambiental.

Durante más de una década, la finca San Pablo ha implementado prácticas regenerativas que fortalecen los suelos, mejoran el bienestar animal y permiten generar créditos de carbono. Su experiencia demuestra cómo la ganadería puede ser rentable, sostenible y aliada de la conservación ambiental.


La finca San Pablo, ubicada en Sardinata (Norte de Santander), se ha consolidado como una unidad productiva carbono positiva al capturar en promedio 358 toneladas de CO₂ al año. Esto ha sido posible gracias a la implementación de prácticas de ganadería sostenible y regenerativa, enfocadas en el mejoramiento de suelos, el aumento de la productividad, la regeneración de la naturaleza y el bienestar animal.

En 13 años de trabajo continuo, esta finca ha logrado duplicar el número de bovinos que alberga sin ampliar el área destinada a la producción. En el mismo espacio donde antes tenía 50 animales, hoy maneja el doble, con resultados positivos: en tres años alcanzó la captura de cerca de 1.100 toneladas de carbono, validadas a través de mediciones técnicas.

“Hace dos años Tecnigán de Fedegán, en una brigada tecnológica con la Universidad Francisco de Paula Santander, nos propuso participar en el proyecto de medición y venta de carbono liderado por la empresa Carbono Vivo”, manifestó Henry Eduardo Yáñez Meza, ganadero y propietario de la finca San Pablo.

Este proyecto mide de manera permanente la captura de carbono en los predios y genera créditos equivalentes a una tonelada cada uno, que luego pueden ser comercializados. (Lea en CONtexto ganadero: Esta ganadería produce 4 veces más que el promedio nacional y captura más carbono del que emite)


Transformación y resultados


“San Pablo ha obtenido 358 créditos de carbono positivo al año y le han evaluado tres años, del 2020 al 2023. En total ha logrado 1.074 créditos, que cada uno equivale a una tonelada capturada. El proyecto tiene una gran ventaja, todo lo cuantifican”, afirmó Anais Cristina Hernández Villamizar, secretaria técnica de Fedegán-FNG en Norte de Santander.

“Al visitar la finca y realizar el recorrido, es impresionante la buena vibra que se siente. Ver el esfuerzo y dedicación que Henry Eduardo Yáñez Meza tiene por su predio y el orgullo de mostrar lo que ha venido realizando en él”, agregó.

Meza, tecnólogo en producción ganadera egresado del SENA, ha liderado un proceso de transformación en el que reemplazó prácticas tradicionales por otras centradas en la sostenibilidad. Su enfoque principal ha sido el bienestar animal y la protección de los suelos, eliminando el uso de químicos e impulsando un modelo netamente orgánico.

Entre las prácticas que lo han llevado a ser carbono positivo destacan:

  • División de potreros pequeños para optimizar el pasto.
  • Implementación del sistema Voisin con rotación planificada.
  • Siembra de árboles y creación de callejuelas para brindar sombra y frescura al ganado.
  • Uso de cercas vivas y árboles dispersos para aumentar el bienestar animal.
  • Instalación de tanquillas para asegurar agua limpia a los bovinos.


Un contrato a 40 años


Yáñez Meza explicó que “solo dos predios dedicados a la ganadería bovina del Norte de Santander nos mantenemos en el proyecto de Carbono Vivo, producto de los resultados positivos, uno del municipio de Ragonvalia y el otro es San Pablo. Se hizo un contrato a 40 años, es decir, que tiene vigencia desde el 2020 hasta el 2060”.

Hasta la fecha ya fueron validados los créditos de 2020 a 2023. “El año pasado -2024- logramos una preventa y este año -2025- espero hacer la venta definitiva”, añadió el ganadero.

Más allá de la remuneración económica, para él lo más valioso es el conocimiento adquirido y la capacidad de demostrar que la ganadería sostenible es posible y rentable.


La medición del carbono


El proyecto realiza dos tipos de mediciones: una satelital, que analiza el estado de los pastos a través del tiempo, y otra de suelos, en la que se toman muestras de distintas zonas del predio para determinar la cantidad de carbono retenido.

Este proceso se basa en la fotosíntesis: mientras las plantas absorben energía y CO₂, fijan el carbono en el suelo y liberan oxígeno. (Lea en CONtexto ganadero: Así se puede tener acceso al mercado de créditos de carbono)

“El resultado de la sostenibilidad es definitivamente la retención de carbono en la unidad productiva y este último es un ejercicio de la naturaleza en el cual el ganadero no invierte nada y, por hacer eso, y hacerlo bien, vamos a tener una bonificación. Qué bien sentirse orgulloso de decir: mi finca es carbono positiva”, resaltó Yáñez Meza.