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De la cadena láctea: Buenos diagnósticos, regulares tratamientos, y pésima implementación

Por Ricardo Arenas Ovalle - 22 de Abril 2024

Frente a la infinidad de diagnósticos sobre la cadena láctea colombiana, pasando por el acuerdo de competitividad de los 90, hasta los millonarios CONPES lácteos, la situación no mejora. Las crisis cíclicas se hacen cada vez más agudas y permanentes. ¿Qué ha faltado? Coherencia en las políticas públicas y verdadera unión dentro del sector, parecen ser las claves.


Por al menos 27 de los 31 años que llevo en el sector, he oído y hasta he sido parte de la infinidad de diagnósticos muy completos y excelentes documentos fruto de estudios criollos y foráneos, sobre la cadena láctea colombiana. Los 4 primeros me hablaban del 70/30 y la ineficiencia solo de los ganaderos.

Todos, unos más claros y acertados, otros quizá muy teóricos; han sido consistentes en permitir la radiografía nítida de la realidad nacional:

  • Mucha leche, poco consumo.

  • Mediano consumo en estratos altos, muy bajo consumo en estratos bajos.

  • Altos costos al consumidor, bajos (aunque altos comparados internacionalmente) precios al productor.

  • Mucho productor, poco comprador

  • Muchos pequeños ganaderos “ineficientes”, pocos grandes industriales.

  • Mucha informalidad, poca formalidad.

  • Mucha leche fresca, poca infraestructura de procesamiento.

  • Buena genética, mala nutrición.

  • Altos intereses, poca inversión.

  • Buena oferta tecnológica, poca implementación.

  • Baja productividad, poca asistencia técnica.

  • Baja calidad de la leche, mala imagen ante el consumidor.

Y una larga lista de etcéteras, que incluyen temas de radicalismos ambientalistas y animalistas, adulteración de leche con lactosueros, hasta el incremento del consumo de bebidas vegetales y gaseosas en fatal sustitución de nuestro preciado líquido que inobjetablemente es el mejor alimento del mundo.

Como respuesta, hemos intentado desde el acuerdo de competitividad de los 90, hasta los millonarios CONPES lácteos tal vez dilapidados. pues la situación no mejora. Continúan las crisis cíclicas que se hacen cada vez más agudas y permanentes.

Dicen desde la industria que los altos inventarios son por causa de importaciones y previsión hechas desde comienzos del 2023 porque nos dijeron que habría un fenómeno del niño que nunca llegó hasta finales de año y en este 2024. Si así fuera, luego de un largo fenómeno del niño los inventarios habrían disminuido y la crisis se estaría superando, pero no es así. Dicen también que el consumo se ha bajado muchísimo, pero poco hacen por mejorar la oferta en estratos bajos para mejorar el consumo, o en corregir la grave pérdida de imagen por los escándalos de adición de sueros en leche.

Quisiera, una vez, mas intentar definir un mejor tratamiento y dejar unas ideas para quienes son los encargados de la implementación, para que esta sea más favorable:

A los problemas de consumo se les combate con la fe del carbonero, así los resultados sean generalmente de mediano y largo plazo. Para estos, las soluciones como la modernización con visión de país en los programas de compras públicas que favorezcan las compras locales, son de resultados a corto plazo. Las campañas de fomento al consumo costosas pero necesarias a mediano plazo, deben ser diseñadas estratégicamente por verdaderos expertos. Aquí la imagen de calidad al consumidor debe estar muy sólida y ésta solidez solo se conseguirá con medidas estructurales como la implementación del sistema nacional de trazabilidad de leche en polvo y lactosueros que tanto he cacareado y que pocas bolas me han parado al igual que la implementación de un sello de 100% Pura leche colombiana.

Otro insumo fundamental para estas campañas ha de ser la ciencia ambiental, zootécnica y nutricional, que derribe mitos sobre el papel de la ganadería en el cambio climático, el bienestar animal y la sana nutrición humana.

Para problemas de costos, precios y eficiencia la solución pasa por impulsar decididamente la asociatividad y los encadenamientos y, de su mano, los programas de asistencia técnica y extensión con experimentados profesionales y técnicos más que con buenos políticos y filósofos teoristas. Lo anterior para el sector todo y sus actores, y para el gobierno particularmente aquello de las red vial terciaria, servicios públicos rurales y conectividad.

Renglón aparte y muy valioso es la implementación de los proyectos de plantas regionales de procesamiento como la pulverización, que también hemos cacareado por años y que enhorabuena el presidente de FEDEGAN, José Félix Lafaurie puso sobre la mesa o mejor, en el escritorio de la señora ministra de agricultura. Aquí solo anotar que la ubicación, diseño y operación es mas compleja que girar un cheque estatal y que deberán implementarse estratégicamente en algunas zonas lecheras del país. Podríamos desempolvar la focalización y perfil de operabilidad que presentamos hace más de una década de 5 a 7 plantas mixtas y los estudios de factibilidad -aprobados en su momento por DNP- que realizamos para la gran cuenca lechera del Caquetá y para el departamento de Boyacá y su cordón lechero hasta la provincia norte.

Recuerden que la red vial, la calidad física y microbiológica de la leche producida, los volúmenes de producción y obviamente los mercados objetivo, son fundamentales a la hora de determinar la mejor ubicación de una planta de procesamiento de leche en Polvo, UHT o de quesos.

De la implementación dan buena idea los documentos mencionados, que tienen como principio fundamental el manejo ético técnico y gerencial y no el político. Aquí, en la implementación está gran parte del éxito de cualquier proyecto lácteo y el conocimiento técnico y de la cadena de quienes los lideren es determinante si queremos realmente algún día salir de esta crisis permanente, aprovechar las fortalezas del sector, corregir las debilidades y ser una potencia láctea que brinde seguridad alimentaria al país y al mundo entero.

Por último, un llamado a la coherencia y a la verdadera unión. Desde el gobierno y sus dependencias no pueden seguir diciendo que se apoyan los campesinos ganaderos cuando se permiten mensajes gaseosos y vagos sobre la verdadera relación de la ganadería y el medio ambiente, o permitiendo y casi que apoyando “días sin carne” o frenando la exportación de ganado en pie, pues la ganadería es una sola, y los vasos comunicantes entre la leche y la carne son válvulas de salvamento para uno u otro subsector cuando haya lugar a usarse.

Para quienes me hayan sabido leer entre líneas y para los interesados en estos temas, no es mi trabajo, es mi pasión.

Ricardo Arenas Ovalle. Médico Veterinario, Especialista en Finanzas y Negocios Internacionales, Especialista en Gerencia de empresas agropecuarias, Consultor agroindustrial. Experto en producción y calidad de leche.

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