Así lo consideran muchas de las personas que saben que de aprobarse lo negociado con las Farc en La Habana se necesitarán importantes recursos, con los que actualmente no cuenta el Gobierno y los cuales tendrán que salir de la ciudadanía.   Luego de varios años exitosos, la economía colombiana no atraviesa su mejor momento. Muchos consideran incluso que será muy difícil recuperar los niveles de hace algún tiempo y se teme que se esté empeñando el futuro del país con el ánimo de cumplir lo que se viene negociando en Cuba.   El pasado lunes 22 de agosto, el Gobierno redujo de 3 % a 2,5 % el pronóstico de crecimiento de su economía para 2016, luego de la publicación de resultados financieros adversos del primer semestre. (Lea: Colombia reduce pronóstico de crecimiento de economía a 2,5 %)   "Hemos revisado nuestro pronóstico de crecimiento del 3 % al 2,5 %, es realista, refleja las condiciones económicas actuales que han sido adversas debido a lo que está pasando en nuestro entorno", dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.   Dentro de las negativas cifras, se destaca el hecho de que el sector agropecuario, considerado como uno de los pilares con los que se le dará un impulso a la economía nacional una vez se firmen los acuerdos con la guerrilla de las Farc, decreció un 0,1 %, algo que de acuerdo con los entendidos en la materia no tiene justificación.   La cifra además se hace aún más inexplicable si se tiene en cuenta el presupuesto de inversión asignado para esta vigencia para el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, liderado por Aurelio Iragorri Valencia.   La tan anunciada reforma rural integral de la que hablan el presidente Juan Manuel Santos y las Farc parece quedarse sin sustento a la luz de estos resultados, por lo que existe incertidumbre del origen de los recursos con los que se pretende darle cumplimiento a todo lo acordado en relación al tema de tierras.   Diversos analistas coinciden en que será el bolsillo de los colombianos, especialmente en los de estrato medio, en quienes recaerá asumir el costo de lo que se pacte en los acuerdos de La Habana.   La gente vota con el bolsillo y el estómago, así el tema y la pregunta del 2 de octubre sea la paz, saben que una vez se salga de ese “trámite” comenzará el debate relacionado con una reforma tributaria que ha sido postergada para que sus discusiones no incidan en el ánimo electoral.   A la alta carga tributaria actual hay que sumarle recursos para poder responder por lo que será la manutención de todos los insurgentes que hagan parte del proceso de desmovilización, para los proyectos de infraestructura e incluso, según afirman algunos, para lo referente a la reparación de las víctimas.   De las finanzas de las Farc no se habla en ningún punto de lo que en días pasados dio a conocer el Gobierno dentro del acuerdo alcanzado, por ninguna parte se ha escuchado o leído declaración alguna en el sentido de disponer de sus recursos para ayudar en puntos como los anteriormente enunciados, lo que hace prever que serán los ciudadanos los encargados de asumir los costos, todo en nombre de la paz. (Lea: 3 aspectos económicos que preocupan a los ganaderos del país)   Según las cifras reveladas oficialmente, la economía colombiana creció 2 % en el segundo trimestre de 2016, registrando 1,1 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo del año anterior.   La tendencia muestra que difícilmente se lograrán obtener resultados positivos en materia económica en este año que entra en su recta final; ahora, el temor es que una vez pase el plebiscito y en caso de su eventual aprobación comiencen a conocerse las medidas que afectarán sensiblemente el patrimonio de los ciudadanos de a pie.