El agro volvió a tomar fuerza en el tercer trimestre de 2025 y aportó nuevamente al crecimiento de la economía, gracias al mayor consumo de productos como carne y leche. Pero otros sectores, como la construcción, el comercio y algunas líneas agrícolas, especialmente el cultivo de arroz, tuvieron fuertes caídas, lo que evidencia que la recuperación aún es desigual y muy frágil.
El tercer trimestre de 2025 dejó un mensaje claro: el PIB agropecuario volvió a empujar la economía, pero no pudo compensar los retrocesos de otras actividades con mayor peso en la economía nacional. El crecimiento trimestral del 3,6 % parece positivo a primera vista, pero se apoya en una base comparativa débil.
“El tercer trimestre de 2024 no fue el mejor, y cuando se compara con una base baja, pues crece más”, explicó Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG. (Lea en CONtexto ganadero: La economía no despega y el potencial ganadero se frena por falta de políticas públicas claras)
Aun así, la economía mantiene una tendencia preocupante. “Nos seguimos moviendo en una dinámica muy pobre, por debajo del 3 %, y esa ha sido la tendencia desde finales de 2022”, señaló el analista. En lo corrido del año, el crecimiento acumulado apenas llega al 2,8 %, lo que refleja un avance limitado y presiones estructurales que el país no ha logrado resolver.
Ganadería con buenas cifras
En contraste, el sector agropecuario mostró un comportamiento más favorable. El buen desempeño de la ganadería bovina y la producción de leche se explica, en gran parte, por un mayor consumo.
Cubillos señaló que el sacrificio de bovinos —que creció 7,1 % en el tercer trimestre— responde a dos factores claves: más consumo interno y mayor actividad exportadora. Aunque el primer trimestre de exportaciones fue excepcional, los siguientes dos registraron un comportamiento aceptable que también contribuyó al incremento en la faena.
En el caso de la leche cruda, el crecimiento trimestral fue del 7,8 %, impulsado por un clima más estable que favoreció la producción. “Este ha sido un año mucho más normal en términos climáticos: días de sol, días de lluvia y menos extremos. Eso se traduce rápidamente en más litros de leche”, agregó.
“El consumo de carne de res ha mejorado, a pesar de que los precios siguen subiendo un poco”, indicó Cubillos. La normalización del clima también incidió en la lechería: “Ha sido un año con un clima más normalizado, lo que mejora la producción lechera”.
Graves caídas
Sin embargo, no todas las líneas agrícolas avanzaron. El economista advirtió que arroz y frutas registraron cifras negativas, mientras otros cultivos compensaron parcialmente esas caídas. El cultivo del cereal tuvo la mayor declinación, con una diferencia de -21,7 % entre el 3er trimestre de 2024 y el 3º. de 2025, en tanto que las frutas cítricas cayeron 4,1 % y la caña panelera, 2,2 %.
“Como el agro participa apenas con el 7 u 8 % dentro del PIB, ese crecimiento no alcanza a mover toda la economía”, precisó. El contraste con el comercio es evidente: “El problema del comercio es que es un sector no transable, es decir, todo lo que hace el comercio lo hace dentro de la economía interna”.
En cuanto al sector de la construcción, advirtió que las políticas gubernamentales han tenido falencias, como es el caso de Mi Casa Ya u otros apoyos que no han tenido los rendimientos esperados. De este modo, este renglón cayó 1,5 % en el trimestre y 2,7 % interanual.
“Han fallado políticas gubernamentales para la construcción, por ejemplo, el tema de Mi Casa Ya, el tema de no seguir dando algún tipo de ayuda o subsidio en las tasas de interés de los compradores de vivienda. Y el acabar con diferentes programas, pues ha echado para atrás la construcción”, anotó.
Pero la disminución más fuerte se presentó en el sector minero, que no solo declinó 5,7 % en el 3er trimestre, sino que además lleva varios periodos en caídas continuas: el primer trimestre bajó 5 %, y el segundo 10,2 %, para un total anual de 7,2 % en retroceso.
Más allá del comportamiento sectorial, Cubillos insistió en que los desequilibrios macroeconómicos están frenando la recuperación. “El crecimiento del salario nominal en gran parte se lo ha llevado la inflación”, afirmó, señalando que los hogares mantienen un poder adquisitivo limitado.
A esto se suma un problema estructural: “El costo del dinero es demasiado alto; las tasas de interés llevan mucho tiempo en 9,25 %, y con tasas altas no se dinamiza el consumo”. (Lea en CONtexto ganadero: Banco de la República mantiene estable la tasa de interés en 9,25%)
La situación fiscal también preocupa. “Hay mucho gasto ineficiente, mucho gasto en burocracia y no en infraestructura. Los presupuestos no se ejecutan como deberían”, advirtió. Para el analista, esto, junto con la volatilidad del dólar, afecta especialmente a las actividades exportadoras, incluidas las agropecuarias.
“El sector agro quiere dar unos saltos importantes en exportaciones, pero necesita reglas claras, disciplina fiscal y un entorno estable”, concluyó Cubillos.



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