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Foto: directoalpaladar.comRusia es el principal destino de la carne de res colombiana, seguido de Chile, Líbano, Egipto y Libia. FOTO EL COLOMBIANO

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Tras 10 años de negociación, China al fin acepta la carne colombiana

Por CONtexto ganadero - 05 de Octubre 2023

Rusia es el principal destino de la carne de res colombiana, seguido de Chile, Líbano, Egipto y Libia. FOTO EL COLOMBIANO

Este nuevo mercado representa una gran oportunidad, pero el país debe mejorar su productividad y competitividad.


Luego de 10 años de negociaciones y de recuperar el estatus libre de aftosa a través de la vacunación, Colombia por fin logró que China aprobara el protocolo de exportación de carne de res. Con esto, que significa que los chinos ya confían en el Invima y las plantas de sacrificio autorizadas por la entidad, el país se prepara para enviar su primer cargamento en el primer semestre de 2024.

“Después de esto viene la formalización de los certificados zoosanitarios que llevan el visto bueno de los veterinarios para la salida de los cargamentos, y el registro ante el Invima por parte de las empresas exportadoras que deseen participar”, explicó Juan Fernando Roa, gerente general del ICA.

Esta nueva puerta que se abre representa una gran oportunidad para el sector cárnico colombiano pero también grandes desafíos, pues se trata de atender un mercado de más de 1.400 millones de habitantes.


Lo que se viene

China es el primer importador del mundo de carne bovina congelada, con una participación en el mercado mundial del 43%. Y aunque su consumo per cápita anual de carne de res (8 kilos) es menor que el de Colombia (17,1 kilos), el acelerado proceso de urbanización de su población rural, el crecimiento de la clase media y la occidentalización de sus hábitos alimentarios harían que en los platos asiáticos se reemplace cada vez más la proteína de cerdo por la de res.

Estos datos, sumado a que el precio interno de la carne de res en China es de US$17,88 el kilo, mientras que en Colombia es de US$9,68, significan una gran oportunidad de negocio; sin embargo, también generan dudas alrededor de la disponibilidad de la oferta interna y los precios de la proteína, que a agosto de este año aumentaron 6,13% en su variación anual.

Sobre esto, Óscar Cubillos, jefe de planeación y asuntos económicos de Fedegán, recordó que 2008 fue el año de mayor registro de exportaciones de carne colombiana, con el envío de 148.000 toneladas, cuyo destino principal fue Venezuela. Tal dinámica, dijo, se logró con un hato ganadero de 23 millones de bovinos y un sacrificio interno formal de 3,9 millones de animales.

“Actualmente Colombia está enviando al exterior apenas unas 42.000 toneladas anuales, pero hoy tenemos un hato más grande y el consumo interno ha disminuido por lo cual el sacrificio es menor. No toda la carne que se produce en Colombia se vende aquí. Por eso nos toca buscar mercados en donde el ingreso sea mejor, aunque esto no significa que la podamos vender a cualquier precio, porque hay otros grandes competidores como Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, que son ‘tigres’ de la ganadería”, comentó Cubillos.

Respecto a la oferta exportadora, indicó que se requerirían 140.000 toneladas de carne adicionales en el supuesto de que cada ciudadano chino consumiera al año 100 gramos de carne bovina. Por esta razón, el país debe revisar las posibilidades de aumentar la producción de carne de res.

“Una primera meta respecto al hato es regresar a la cantidad de ganado que tenía por habitante a mediados del siglo pasado, es decir, un bovino por habitante. Volver a esa equivalencia (que sería de 50 millones de bovinos), es posible de lograr y superar preservando la naturaleza, a partir de sistemas silvopastoriles intensivos, con mayor captura de carbono y menores emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo el experto.

En cuanto a la oferta interna, Cubillos aclaró que el consumo de carne en China y Colombia es diferente, pues mientras en el país se consumen cortes de mediano y bajo valor, el mercado asiático demanda cortes más finos, que tienen precios mucho más elevados.

De hecho, Augusto Beltrán, secretario técnico del Fondo de Estabilización de Precios (FEP) de la carne, explicó que “en China se manejan cortes distintos, y también podríamos llevar una cantidad mayor a la que nos compran otros países, lo que resolvería un problema logístico para las plantas que tienen que buscar vender la carne que sobra”.

Según Beltrán, este problema lo tienen varios frigoríficos nacionales, a los cuales, por ejemplo, les queda toda la parte trasera del animal, un producto que es apetecido por los chinos.


Tareas pendientes

Si bien esta es una oportunidad “inmensa” de negocio, Colombia requerirá más innovación para ser más productivo y competitivo, y dar respuesta a esta nueva demanda.

“Se requerirá mayor eficiencia en ganancia diaria de peso, menor peso al sacrificio, mejores tasas de natalidad y de reposición, y crecimiento del hato”, agregó Cubillos.

Desde la óptica de la Asociación de Frigoríficos de Colombia (Asofricol), el mercado de exportación de carne con valor agregado a China debe ser un proceso gradual y organizado, en el cual se evite, precisamente, que se afecte ya sea la oferta interna o los precios de la carne.

“Es un ejercicio que hay que hacer articuladamente entre los sectores productores, transformadores y comercializadores para evitar un comportamiento desbocado del negocio”, anotó.

Así las cosas, los gremios coincidieron en que este nuevo mercado será un catalizador para mejorar en productividad, pero también serán requeridas políticas públicas que impulsen al sector, tales como sistemas silvopastoriles, modelos sostenibles, y trazabilidad e identificación animal a lo largo de la cadena agroalimentaria.


Impulso a otros productos

Más allá de ser una buena noticia para el negocio ganadero, esto abriría las puertas para que sea más expedito un acuerdo sobre otros productos del portafolio exportador colombiano, como el aguacate Hass, por ejemplo.

Así, para Jhon Fredy Escobar, director de agronegocios de Bancolombia, “es bastante complejo y demorado un proceso en el cual las autoridades sanitarias de dos países tan diferentes se sientan a homologar normas y procedimientos en lo relacionado a productos alimenticios. El reto ahora estará en la logística (disponibilidad de navieras) y la capacidad de oferta, ya que los chinos no compran de a poquito”.

Tomado de El Colombiano

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