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Del establo al lienzo

Por - 10 de Marzo 2014

En un país tan machista como Colombia, a muchos les resulta extraño pensar en una mujer dedicada a la ganadería, y si además tiene un extraordinario don para el arte, especialmente para la pintura, ya suena a exageración, pero Natalia Tamayo es una demostración de que es posible hacer ambas cosas y muy bien.


En un país tan machista como Colombia, a muchos les resulta extraño pensar en una mujer dedicada a la ganadería, y si además tiene un extraordinario don para el arte, especialmente para la pintura, ya suena a exageración, pero Natalia Tamayo es una demostración de que es posible hacer ambas cosas y muy bien.

No a todos se les facilita bailar, cantar, ser bueno en matemáticas, practicar un deporte, tocar un instrumento musical; para ello se necesita destreza, pasión y un talento especial que permita sobresalir entre todos aquellos que se inclinan por alguna de estas actividades. Este es el caso de Natalia Tamayo, una joven mujer que desde pequeña se dio cuenta de sus habilidades para la pintura y el dibujo, talento con el paso del tiempo ha ido dejando rastros de la excelencia para hacerlo en cada trazo que ha dado.

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