Daniel Suárez, ingeniero agrónomo y productor ganadero, lanzó una advertencia directa sobre algunas prácticas tradicionales que están vaciando los bolsillos sin aportar beneficios reales. Con argumentos sólidos, propone repensar lo que se da por hecho y adoptar decisiones más inteligentes para el bienestar del ganado y la rentabilidad del negocio.

Desde su experiencia directa en el campo, Daniel Suárez ha identificado patrones repetidos que, lejos de ayudar, están generando pérdidas silenciosas en la ganadería. Según el ingeniero agrónomo, no se trata de cambiar por cambiar, sino de entender a fondo por qué hacemos lo que hacemos.

Su objetivo es usar el conocimiento técnico para dejar de repetir errores por costumbre y comenzar a tomar decisiones que realmente sumen. Por eso expone una serie de 3 mitos ganaderos que deben ser desmontados:

La ceguera forrajera

Muchos ganaderos enfrentan las temporadas secas almacenando silo o pacas de heno, lo que implica uso de maquinaria, combustible y tiempo. Para Suárez, esto tiene sentido solo si no hay otra opción, pero en realidad sí la hay, el pasto viejo.

A lo que él llama “ceguera forrajera” se refiere a ignorar el forraje seco, fibroso y de baja calidad que suele dejarse en el potrero. “Ese pasto también tiene valor”, insistió. En lugar de procesarlo, propone dejar que las vacas lo aprovechen directamente, con un suplemento proteico que lo haga más digestible. Es una alternativa más barata y funcional, especialmente en sistemas de leche y cría. (Lea en CONtexto ganadero: Así se pierde dinero y energía a la hora de ensilar maíz sin que usted se dé cuenta)

Suárez reconoció que el pasto en su punto óptimo de reposo es ideal, pero también afirmó que se alcanza durante poco tiempo en el año. “No podemos depender de ese momento perfecto. Tenemos que aprender a usar lo que tenemos, en la condición en la que está", explicó.

¿Desparasitar por calendario?

Otro de los mitos que Suárez cuestionó es la desparasitación sistemática dos veces al año. Esta práctica, muy difundida, se basa en la creencia de que las cargas parasitarias aumentan con la temporada de lluvias, y por tanto se deben combatir preventivamente.

“¿Por qué tratar a un animal sano? ¿Para qué aplicar un producto si no hay necesidad?”, se preguntó.

La crítica va más allá del desperdicio económico, por lo que Suárez advirtió que estos productos alteran la homeostasis del animal y pueden generar resistencia, como ocurre con los antibióticos.

La recomendación es solo usar antiparasitarios en animales que realmente lo requieran, después de un diagnóstico.

Malezas, ¿enemigas o resultado del manejo?

Finalmente, Suárez abordó otro tema polémico, las malezas. Contrario a la creencia general, no son simplemente “plantas malas”. Según reveló, su presencia es un síntoma de cambios en el suelo provocados por prácticas inadecuadas.

Describió el proceso de sucesión ecológica como una evolución natural del suelo hacia ecosistemas más complejos y fértiles. Al aplicar herbicidas y fertilizantes químicos, interrumpimos ese proceso y “retrocedemos” el suelo. Por eso, insistió, el control de malezas debe empezar por un manejo correcto del suelo, no por eliminar plantas sin entender su origen.

Más que criticar, Suárez invitó a reflexionar, diciendo que “retemos nuestros paradigmas y nuestras formas de hacer las cosas”.

Su llamado es a ser más racionales, técnicos y abiertos a nuevas formas de producir que, además de ser más baratas, son más sostenibles y respetuosas con los recursos naturales. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo lograr una desparasitación bovina libre de errores)