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Así se forma una súper vaca donadora desde el vientre

Melanny Orozco 14 de Diciembre 2025
Principios básicos para escoger una donadorFoto: La Finca de HoyDesde la selección del toro con el que se va a aparear la madre, hasta el entorno nutricional y de manejo de la receptora, cada decisión influye en el resultado reproductivo y productivo de los animales.

La selección va mucho más allá de tener buena genética. Factores epigenéticos, el entorno nutricional desde la etapa fetal y el desempeño real del animal en condiciones productivas están redefiniendo los criterios en los programas de biotecnología reproductiva. Diego Sabogal, especialista en reproducción animal, expuso los elementos clave que los ganaderos no pueden pasar por alto.


La elección de una vaca donante ya no es una cuestión meramente genética, pues según Diego Sabogal, médico veterinario zootecnista de la Universidad de Caldas y especialista en Biotecnología de la Reproducción de la Universidad de Córdoba (Argentina), el proceso comienza incluso antes de que la futura donante nazca.

Desde la selección del toro con el que se va a aparear la madre, hasta el entorno nutricional y de manejo de la receptora, cada decisión influye en el resultado reproductivo y productivo de los animales.

Sabogal explicó que actualmente existen estudios que demuestran cómo el desarrollo embrionario de una receptora puede tener un impacto decisivo en el comportamiento futuro de la vaca que se forme a partir de ese embrión.

“Tenemos que buscar animales que nos proporcionen unas excelentes condiciones para ayudar a desarrollar ese embrión. Desde ahí comienza todo”, explicó. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca las características principales en la selección de receptoras)

La base del éxito está en comprender que el desarrollo reproductivo de una futura donante depende, en gran medida, de la nutrición desde la etapa fetal. Una dieta balanceada, sin caer en extremos de deficiencia ni obesidad, es vital para que el aparato reproductivo se forme adecuadamente en los primeros 11 o 12 meses de vida.

El experto afirmó que “eso determinará su rendimiento como donante en el futuro”.

Este enfoque preventivo implica un manejo más técnico y planeado de la reproducción bovina, ya que se trata de invertir desde temprano en las condiciones óptimas para que el potencial genético se exprese completamente. De lo contrario, se puede presentar pérdida de eficiencia reproductiva, baja fertilidad y descarte prematuro de animales valiosos.


¿Cuándo empieza a ser donante?


Uno de los temas más discutidos en el sector es el momento ideal para comenzar a aspirar ovocitos a una vaca. Para algunos, la elección se hace luego del tercer parto, evaluando parámetros como productividad, fertilidad y conformación, mientras que para otros, el enfoque es más agresivo, iniciando con terneras o novillas jóvenes.

Sabogal reconoció que, aunque hay quienes aspiran animales desde etapas muy tempranas, esta práctica conlleva riesgos. “Es cierto que las terneras dan una gran cantidad de ovocitos, pero ¿cuál es su tasa de fertilización? ¿Y la tasa de preñez? Hay mucha variabilidad. Además, se arriesga a lesionar un animal joven que aún no ha alcanzado madurez”, advirtió.

Uno de los factores más relevantes, y a menudo subestimado, en la selección de donantes es la epigenética. Aunque un animal tenga el mejor material genético, su entorno puede inhibir o potenciar esa expresión.

De acuerdo con Sabogal, “el animal puede tener la mejor genética del mundo, pero no se va a comportar igual si las condiciones no son las adecuadas”. (Lea en CONtexto ganadero: Aprenda cómo escoger o descartar una receptora)

Por eso, más allá del pedigrí o del valor genómico, el especialista insistió en observar el desempeño real del animal en el predio. “Para mí, una donante es aquella que se desempeña a pleno en mis condiciones: es la que más leche da, se preña todos los años y presenta las características anatómicas ideales de la raza”, puntualizó.

En resumen, el concepto de la vaca donante perfecta es más complejo de lo que parece. No se trata solo de genética ni de cantidad de ovocitos, sino del resultado integral en el que un animal cumpla con las exigencias productivas, sanitarias y fenotípicas, adaptado al entorno en el que vivirá su descendencia.


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