alimentación del ganado bovino
Foto: actualidadganadera.com.

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Beneficios de las grasas protegidas en la alimentación de vacas lecheras

Por - 28 de Agosto 2015

Cuando una res da a luz, es importante buscar una dieta balanceada para que su energía no decaiga y su producción no disminuya. El uso de este suplemento será de gran ayuda en los predios lácteos.


Cuando una res da a luz, es importante buscar una dieta balanceada para que su energía no decaiga y su producción no disminuya. El uso de este suplemento será de gran ayuda en los predios lácteos.   El periodo más crítico para una vaca es el inicio de la lactación, denominado postparto, ya que es allí cuando se presenta una diferencia entre la cantidad de energía que consume y la que requiere el animal.                 De acuerdo con un estudio realizado por Carlos Gómez, médico veterinario de la Universidad Nacional Agraria La Molina, en Perú, si en este periodo la res no logra cubrir sus exigencias nutricionales, se generará una movilización de sus reservas corporales, lo que genera efectos negativos sobre la producción de leche, la salud y el desempeño reproductivo. (Lea: ¿Cómo mantener los componentes de la leche para recibir un buen pago?)   “Frente a esto, incrementar la concentración energética es la única vía para aumentar el consumo en este aspecto del animal, por lo que es importante estimular el acrecentamiento del consumo de materia seca y el aumento de la densidad energética de la ración en la dieta”, señaló Gómez.     En ese sentido, existen en el mercado desde hace unos 15 años la disponibilidad de grasas protegidas, suplementos alimenticios que contrarrestan el déficit de energía producida en los semovientes al inicio de la lactación. (Lea: Grasas vegetales suben producción de leche en vacas paridas)   Juan Manuel Ospina, médico veterinario y zootecnista de la empresa Ganasal, compañía encargada de la venta de sales mineralizadas para el sector bovino, manifestó que los productores pueden usar productos cálcicos de ácidos grasos o saturados.   “Ambos son inertes en el rumen y poseen baja solubilidad debido a que sus propiedades físico-químicas limitan su utilización por los microorganismos ruminales, permitiéndoles llegar al intestino delgado para su utilización como fuente de energía y ácidos grasos”, añadió Ospina.   Juan Esteban Restrepo, productor lácteo en Antioquia y experto en alimentación bovina, informó que al otorgarle a los semovientes estas grasas protegidas, que son altas en energía, la vaca lo asimila inmediatamente, pues aportan más de 5.000 kilocalorías. (Lea: Energía, proteína, azúcar, grasa y calcio, todo en un solo producto: la leche)   “Nosotros acostumbramos a implementar estas grasas protegidas desde el momento que la vaca está en crianza. Con este suplemento buscamos que la vaca no pierda condición corporal. Esto repercutirá en calores postpartos más rápidos y una preñez más ágil”, argumentó Restrepo.   Los expertos señalaron que además de manejar los tiempos en los cuales se les debe otorgar y suprimir el suplemento, también es elemental que el productor se asesore en un experto en alimentación para coordinar una dieta balanceada que beneficie la productividad, reproductividad y rentabilidad de la explotación.