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Blanco orejinegro, tesoro criollo con 500 años de historia en Colombia

Neife Castro 12 de Junio 2025
Raza BonFoto: Fedegán FNGEl BON es un bovino multipropósito que ha sobrevivido a través de los siglos gracias a su rusticidad, resistencia a parásitos y capacidad de aprovechar pasturas de baja calidad, lo que lo convierte en una opción estratégica para sistemas ganaderos sostenibles.

Con alrededor de 5 siglos de historia genética en Colombia, el BON se ha consolidado como una de las razas bovinas más representativas del país, destacándose por su fertilidad, mansedumbre y resistencia. Su versatilidad lo convierte en una alternativa clave para sistemas sostenibles y de doble propósito.


Adaptado a las condiciones del trópico colombiano, el BON es un bovino multipropósito que ha sobrevivido a través de los siglos gracias a su rusticidad, resistencia a parásitos y capacidad de aprovechar pasturas de baja calidad, lo que lo convierte en una opción estratégica para sistemas ganaderos sostenibles.


Una historia de 500 años


El blanco orejinegro (BON) forma parte del valioso grupo de ocho razas criollas colombianas que, según el médico veterinario y experto, Ricardo Arenas, “tienen 500 años de historia genética, porque todas provienen de los ganados españoles que llegaron a Colombia durante la época de la conquista y la colonia”. Estas razas, afirma, “se adaptaron naturalmente a los diferentes ecosistemas del país, desde la costa Caribe hasta el sur del Valle del Cauca”.

La raza BON, originaria de la región antioqueña, fue históricamente utilizada como animal de carga en las montañas por su docilidad y fuerza. Aún hoy, esta raza se destaca por su mansedumbre, facilidad de manejo y temperamento tranquilo, lo que la hace ideal tanto para producción como para trabajos en el campo.


Rusticidad y adaptabilidad


El BON es un bovino de tamaño medio, cuerpo robusto, patas cortas y color blanco con mucosas, orejas y contornos oculares negros, de ahí su nombre. Pertenece al grupo de razas Bos taurus, con gran capacidad de adaptación al medio tropical.

“Es un animal muy rústico y resistente a las condiciones adversas del trópico bajo”, explica Arenas. “Su piel gruesa y pigmentada le confiere una alta resistencia a ectoparásitos, como garrapatas y el ‘muchi’”. Esta ventaja sanitaria reduce los costos en tratamientos veterinarios y lo posiciona como una raza estratégica en la ganadería sostenible.

Además, es una raza con altos índices de fertilidad, tanto en machos como en hembras. “La adaptación se traduce en fertilidad”, enfatiza el veterinario. “La hembra BON ovula fácilmente, se preña sin dificultad y tiene partos sin complicaciones. El macho, por su parte, es precoz y con alta libido”.

La raza BON, originaria de la región antioqueña, fue históricamente utilizada como animal de carga en las montañas por su docilidad y fuerza.


Raza multipropósito


El BON se considera una raza bovina multipropósito. Existen líneas especializadas en producción de carne, de leche e incluso de trabajo. Esta versatilidad lo convierte en una excelente opción para los sistemas de doble propósito.

Otra de sus virtudes es su capacidad para aprovechar pasturas de baja calidad, gracias a su origen en ecosistemas con suelos pobres. Sin embargo, como advierte Arenas, esto ha generado un problema: “Al ser criollos, muchos ganaderos los mandan a los peores potreros y luego los comparan con razas europeas bien alimentadas. Claro que no producen igual, pero si se les da buena comida, producen muchísimo más”.

El BON también es muy valorado para cruzamientos, especialmente con razas lecheras como holstein o ayrshire, donde “los resultados en lechería de trópico bajo son muy buenos”, afirma Arenas.

El blanco orejinegro representa la riqueza genética criolla de Colombia y su potencial para sistemas productivos sostenibles, resilientes y adaptados al trópico. Rescatar y promover esta raza no solo es un acto de conservación, sino también una estrategia inteligente para el futuro de la ganadería nacional.



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