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Foto: Fernando Uribe, CIPAV. Agosto de 2012.

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Cómo manejar la sucesión vegetal con ganadería productiva

Por - 23 de Noviembre 2017

Es posible restablecer la productividad ganadera en las laderas degradadas mediante el manejo del proceso natural de sucesión ecológica.


Es posible restablecer la productividad ganadera en las laderas degradadas mediante el manejo del proceso natural de sucesión ecológica.   Se llama sucesión ecológica a la evolución que se da de manera natural, produciendo que un ecosistema por su propia dinámica interna sustituya a los organismos que lo integran. (Ver: Wikipedia)   Nos dice CIPAV, que  la hacienda Las Cañas, situada en el corregimiento de Guachinte (Jamundí, Valle del Cauca), tiene una experiencia de más de 30 años en el manejo de la sucesión vegetal en potreros de la vertiente oriental de la Cordillera Occidental. (Lea: Por qué es urgente recuperar las laderas y colinas degradadas)   Los propietarios de dos generaciones han entendido que la gran mayoría de los arbustos y árboles nativos que regeneran espontáneamente en estos terrenos, no solo no interfieren con la producción de los pastos, sino que proporcionan beneficios al sistema ganadero.   En esta empresa se ha aplicado, desde 1974, un método de manejo de la regeneración de estas especies que ha permitido la arborización gradual de los potreros con una variedad importante de árboles y arbustos nativos.    Los pastos de origen americano como las gramas (Paspalum notatum, Paspalum spp.) y muchas leguminosas herbáceas (géneros Desmodium, Centrosema, Dioclea y Stylosanthes, entre otras), se adaptan bien a este tipo de sistema silvopastoril extensivo, que tiene beneficios adicionales tales como el suministro de madera, la presencia de fauna silvestre y la provisión de alimento complementario para el ganado.    En los potreros se conservan especies tales como los mortiños o nigüitos (varios árboles de la familia Melastomataceae), moquito (Hernriettela hipidula); arrayanes (Myrcianthes spp., Eugenia spp.), guayabo (Psidium guajaba), espadero o chagualo (Myrsine guianensis), gaque o copey (Clusia multiflora) y tumbamaco (Shefflera morototoni).     En otras regiones la palma real o corozo de puerco (Attalea butyracea, ver artículo en Carta Ganadera 107) regenera en los potreros, donde juega un papel muy importante.   El manejo de los potreros consiste en un raleo de los árboles que regeneran en forma espontánea, con el fin de mantener una densidad que no afecte la producción de las gramíneas.   Adicionalmente, se eliminan en forma selectiva las especies agresivas y de bajo valor para el sistema ganadero, tales como las ciperáceas y los helechos. Se practica una poda de formación de los árboles que tienen maderas valiosas, con el fin de promover la formación de un solo fuste grueso, y evitar que las ramas se abran demasiado.   En resumen los elementos esenciales para la recuperación y el buen manejo de las laderas ganaderas son:   1-Abolir el uso del fuego en los montes, rastrojos y pastos. Además de ser nocivo para el suelo, la flora y la fauna, en épocas de sequía el fuego pone en riesgo las viviendas y la infraestructura.   2-Proteger los nacimientos de agua. Todos los nacimientos deben ser cercados para evitar la entrada del ganado y promover la recuperación de la vegetación protectora.

3-Cercar las laderas pendientes y las cárcavas incipientes. Estos sectores, que ofrecen poco alimento para el ganado y son particularmente susceptibles a la erosión, deben ser cercados para evitar la entrada del ganado en forma definitiva. Es muy importante evitar el pastoreo en terrenos con erosión en surcos o en pequeñas cárcavas, con el fin de evitar deslizamientos, o la pérdida de grandes volúmenes de suelo por erosión.   4-Subdividir las áreas con cerca eléctrica fija. Es muy importante permitir que los potreros de ladera tengan períodos de descanso de 60 a 90 días con el fin de estimular el crecimiento de las leguminosas nativas, las arvenses comestibles y los frutos de los árboles. En algunos sectores se pueden sembrar plantas forrajeras como la veranera (Cratylia argentea).   5-Combinar bajas cargas y elevada respuesta animal. El complemento ideal para este tipo de manejo son los animales con buena respuesta individual: ¡menos bocas pero mejores vacas! Por lo tanto, la selección de los animales es fundamental. Es importante que no sean muy pesados para evitar la erosión del terreno. Los cruces de criollos y cebuínos se adaptan bien a este tipo de manejo y tienen una capacidad natural para aprovechar los forrajes complementarios de las especies leñosas nativas. Para reducir la presión sobre las lomas es indispensable seleccionar y vender los animales de baja producción, viejos o con problemas reproductivos, antes de que empiecen las épocas de sequía.   6-Reservar agua para los períodos de sequía. La cosecha de agua en pequeños jagüeyes y reservorios es fundamental para evitar que el ganado tenga que desplazarse grandes distancias en busca de agua.   7-Almacenar y conducir el agua. Las inversiones en obras complementarias como tanques de reserva ligados a acueductos para abrevadero de ganado permiten reducir las cargas de parásitos internos de los terneros y llevar agua fresca.   8-Cultivos forrajeros de reserva. Los bancos forrajeros mixtos en áreas cercanas a los corrales y establos son necesarios como reserva de alimentos verdes. Más allá de los conocidos pastos de corte, que tienen abundante biomasa pero de pobre calidad en la época seca, una combinación de áreas con caña de azúcar forrajera (30%) rica en energía soluble y arbustos forrajeros (70%) ricos en proteína, vitaminas y minerales puede ser determinante para atravesar la sequía sin pérdidas mayores y sin caídas en reproducción. La estrategia exitosa de la Hacienda Las Cañas consiste en tener 5 hectáreas de caña y 2 ha de veranera (Craytilia argentea) para corte, que permiten suplementar cerca de 130 bovinos de todas las edades y 30 equinos en las áreas de silvopastoreo. Así mismo, en la Hacienda Guachicono, situada en el valle del Patía, donde la sequía es fuertísima, un banco de matarratón (Gliricidia sepium) de 3,5 ha para corte y acarreo y 5 ha de caña de azúcar con riego, complementan los potreros con abundante guácimo y permiten mantener en buen estado más de 100 vacas lactantes con sus crías.   9-Almacenar comida para los períodos secos. En las zonas menos pendientes y más bajas de las fincas, se deben establecer bancos forrajeros mixtos de corte y acarreo con especies como caña forrajera, botón de oro y cratylia, o sistemas silvopastoriles intensivos.   Por: Zoraida Calle Díaz, Coordinadora del Área de Restauración Ecológica de CIPAV, [email protected]. Enrique Murgueitio R., Director Ejecutivo de CIPAV. Walter Galindo, Investigador del Área de Ganadería Sostenible CIPAV. Luis Fernando Castro, Hacienda Las Cañas, Jamundí (Valle del Cauca). Publicado en Carta Fedegán 132 (Lea: Recuperar laderas andinas y colinas tropicales degradadas).

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