Conozca la estrategia de cero costo aplicada

El Ing. Agr. Alejandro Brancato, responsable del departamento de producción de Everdem, una empresa paraguaya de apoyo a los ganaderos, señala que después de entender funcionamiento, cualquier cosa que se haga genera un valor agregado adicional, capital humano, inversiones, ganadería, todo suma más.   Explica que el modelo de producción al que apunta Everdem, es trabajar de una manera en la que podamos “convivir” todos en armonía con el ambiente. De esta manera, es imprescindible que el personal esté cómodo y motivado, el suelo siempre con cobertura y los animales en buen estado y bienestar.   Refiriéndose a un proyecto que tiene en Paraguay, dice que el objetivo es sacar la mayor producción por hectárea, bajando los costos y utilizando varias estrategias de manejo.   El modelo se basa en la utilización de pasturas muy productivas, que están adaptadas al ambiente y responden muy bien a los altos niveles de fertilidad del suelo y manejo.   Para esto, según Brancato, es fundamental valerse de varias estrategias. “Nosotros nos desafiamos todos los años a producir más con los mismos recursos. Con medidas de cero costo como es el manejo animal, la rotación y el pastoreo. Por otro lado, trabajamos con los costos operativos, con un buen diseño y sobre todo buena gente”, apuntó.   Otra medida muy utilizada por el equipo es manejar la carga del campo con estrategias de compra y venta de ganado según época y necesidades. “Sabemos qué ganado hay que comprar en cada mes para poder llegar a tener la máxima carga en el momento que se precisa y viceversa”, expresó.   Lograr un uso bien eficiente de la pastura, antes de pasar a otras etapas   La estrategia de cero costo, se basa en el manejo animal y el pastoreo. Si se es cuidadoso en el tiempo de ocupación, descanso de las parcelas y en las rotaciones, la pastura produce y persiste más. “Estamos convencidos que hay un margen enorme para crecer utilizando solamente las pasturas: siendo más eficientes en su uso”, aseguró el ingeniero.   Consideró que hoy en día no pueden sustituir un gramo de pasto por nada; “el día en el que nos estanquemos en producción y hayamos llegado a nuestro techo, pasaremos a otra técnica más costosa, como por ejemplo, los fardos, los silos, la suplementación o los encierres a corral”, señaló.   En el sistema de Everdem el objetivo siempre es “sacar la mayor producción por hectárea, bajando los costos y utilizando estrategias de producción”.   En Paraguay, a diferencia de otros países, las vacas “están gordas siempre”, porque según el responsable, siempre tienen pasto abundante. “Ojo con esto, no se pueden comer todo: hay que dejar un remanente importante para lograr la máxima producción, evitar falta de cobertura, enmalezamiento, erosión eólica, mantener la persistencia de la pastura y que siga el ciclo con el ambiente”, dijo.   “Se maneja un concepto diferente al de Uruguay, no es que si sobra forraje el sistema no es eficiente, al contrario, al sustituir parte del monte por pasturas, éstas deben cumplir en parte con el rol que cumplía el monte (cobertura, permeabilidad de los suelos, etc.). El sistema y el ambiente lo piden, sin este concepto, el sistema no es sostenible en el tiempo” concluyó.   En este sentido entienden que hay que “cambiar el chip”. Producir en estas tierras es sinónimo de manejar la abundancia y no la escasez: suelos de una fertilidad extrema (niveles de fósforo: de hasta 90 ppm vs 3ppm en Uruguay) y producciones de forraje de 16.000 kg de materia seca. “Es por esto que la vaca esta gorda siempre, se preña sin problemas, pare sin problemas y el ternero se desteta con 240kg”, resaltó.   Sin embargo, para producir correctamente también es necesario contar con una buena infraestructura.   Brancato agregó que “un campo bien hecho es un campo bien planificado”. Es aquel que tiene una casa con buenas instalaciones (luz, agua potable, conexión a internet), una correcta distribución, callejones, parcelas chicas y agua en los potreros. Todo eso hace a la calidad de la infraestructura y al manejo: “a que se pueda trabajar con menor personal y obtener mayores ganancias. El resultado está en que, más allá de que los campos valen más y producen más, se trabaja mejor”.   Tras su larga experiencia, por la pasión que tiene por esta actividad y por el Paraguay, el responsable no duda en afirmar que “en el Chaco una sola persona es capaz de controlar hasta 1.200 hectáreas sin ayuda. Maneja hasta 5 lotes de ganado de 250 cabezas tranquilo”.   Por otra parte, agregó que al ganado no se le grita y no se utilizan los perros. “El Cebú se arrea de adelante, nunca lo echan de atrás: las vacas te siguen al estilo del tambo”, expresó.   Para Brancato “es impactante” ver cómo de donde no había nada se instaló una pastura y se armó un rotativo con muchas parcelas, agua y lo maneja una persona sola. “Eso es lo agradable de las vivencias que tenemos ahí todos los días”, subrayó.   El tiempo como aliado de la producción   En el Chaco paraguayo, el clima brinda la oportunidad de tener las condiciones claras. “Una época de lluvia y una de seca, es siempre así”.   Según el responsable, es cuestión de organizarse de acuerdo a eso y no se tendrá “ningún problema ni sorpresas”.   Destacó también que en tierras chaqueñas no hay temporales de invierno, con fuertes vientos del sur y abundantes lluvias. En este sentido, el confort del animal es mayor y el ambiente seco también ayuda a que el animal esté sano.   En Paraguay “la clave es ir con la naturaleza, no a contrapelo”: cuando las pasturas empiezan a producir menos, debe bajarse la carga y cuando se produce más, se aumenta la misma.   Esto “es el ejemplo más claro de estar alineado y en armonía con las condiciones de la naturaleza”.   “Las pasturas, los animales, la gente…vas junto con la naturaleza. Ahí no solamente no cometes errores, sino que haces todo con felicidad, con satisfacción”, finalizó.   Tomado de: ForoRural