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Conozca la fórmula para aumentar los partos en su finca a pesar del clima extremo

Melanny Orozco 03 de Julio 2025
Nuevas reglas para preñar vacasFoto: lanacion.com.arLa reproducción bovina es un proceso complejo que abarca desde la inseminación o servicio hasta el parto.

En el trópico colombiano, los ganaderos enfrentan un verdadero desafío para equilibrar la estacionalidad de los partos y la demanda del mercado. El experto César Gómez reveló cómo la sincronización de celos, el monitoreo temprano y el uso de tecnologías biotecnológicas buscan reducir intervalos reproductivos y responder exigencias internacionales.


En medio del nuevo clima incierto, los ganaderos colombianos tienen el objetivo de que sus vacas sigan pariendo a tiempo.

Con ciclos reproductivos más desfasados, la planificación estratégica y la biotecnología se convierten en herramientas vitales para sostener la producción en las fincas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué se necesita para la eficiencia reproductiva en bovinos?)

La reproducción bovina es un proceso complejo que abarca desde la inseminación o servicio natural hasta el parto, y el tiempo de recuperación entre nacimientos sucesivos.

César Gómez, médico veterinario y magíster en ciencia animal con énfasis en reproducción, explicó que para alcanzar un intervalo entre partos cercanos a los 12 meses, las vacas deben quedar preñadas en torno al día 90 tras el parto.

Sin embargo, el entorno conformado por nutrición, clima y manejo afecta esta etapa, especialmente en ganadería extensiva.

Gómez detalló que las razas lecheras logran un pico de producción alrededor de los días 45 a 50 de lactancia y mantienen niveles altos hasta los 90 – 130 días. En ese periodo, el animal debe reiniciar su ciclo reproductivo. Si se retrasa el celo o la preñez, se extiende el intervalo de partos, generando pérdidas económicas por cada vaca que no se reincorpora al ciclo en ese periodo de tiempo.

El cambio climático agrava este panorama al alterar períodos de pasto abundante. De acuerdo con Gómez, en zonas como los Llanos Orientales o Vichada, los partos se concentran tras las épocas con mejor pastura, pero esa estacionalidad impide una producción constante de leche.


Biotecnología


Por esto, profesionales como Gómez han adoptado estrategias como delimitar épocas precisas de monta de entre 60 y 90 días, promoviendo dos o tres ciclos de parto al año. En ganaderías lecheras, se busca incluso diseñar tres temporadas de monta para sostener el flujo diario de leche y cumplir con contratos de venta.

Entre las herramientas más destacadas en la adaptación al clima están la sincronización hormonal de celos, la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) y el diagnóstico temprano de preñez mediante ecografía.

Gómez indicó que, en condiciones de estrés térmico o escasez de forraje, estas tecnologías ayudan a agrupar los flujos reproductivos y mantener la productividad.

La selección de animales juega un papel clave ya que se apuesta por vacas y toros más resilientes, capaces de sobrellevar condiciones adversas y retomar rápidamente su capacidad reproductiva cuando mejora el entorno.

“Se trata de comprender la fisiología energética del animal y aplicarla en el momento justo”, precisó. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuándo es momento de entrar las vacas a reproducción?)


Caso exitoso


Un ejemplo práctico mencionado y atendido por el experto es en una finca en el Magdalena Medio, en donde se estableció una época de servicio en junio. Diez días antes se seleccionaron las vacas aptas, se sincronizaron por protocolo hormonal y se inseminaron el día 0.

Diez días después se detectaron los celos repetidos, se aplicó inseminación de refuerzo o se incorporaron toros.

Con este sistema, se logró preñar el 50% en el primer ciclo y un 70-85% tras 63 días. La ganadería repite este proceso dos veces al año, logrando mejorar notablemente el flujo de partos.

Para Gómez, este modelo demuestra que con programación y biotecnología se puede incrementar el número de vacas en ciclo reproductivo, elevar la producción animal de leche y mejorar la eficiencia por hectárea. Además, se reducen los costos asociados al mantenimiento de vacas improductivas.


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