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Ganaderos de Caparrapí y Yacopí pueden estar tranquilos

Por - 30 de Noviembre 2018

Cuando al Comité de Ganaderos de La Dorada le pidieron hacerse cargo de la vacunación en la zona en que se presentó el foco de fiebre afosa, aceptó gustoso porque sabía que la experiencia acumulada por más de 20 años en la campaña de erradicación de la fiebre aftosa y la brucelosis bovina, le permitirían jugar un papel importante en la reingeniería del desarrollo del ciclo que era necesaria para esta zona, en la que diferentes factores se unieron para que se presentara la emergencia sanitaria que todos conocemos.


Cuando al Comité de Ganaderos de La Dorada le pidieron hacerse cargo de la vacunación en la zona en que se presentó el foco de fiebre afosa, aceptó gustoso porque sabía que la experiencia acumulada por más de 20 años en la campaña de erradicación de la fiebre aftosa y la brucelosis bovina, le permitirían jugar un papel importante en la reingeniería del desarrollo del ciclo que era necesaria para esta zona, en la que diferentes factores se unieron para que se presentara la emergencia sanitaria que todos conocemos.   Lo primero fue hacer un cambio total de vacunadores y programadores, para erradicar antiguos vicios como la venta de registros de vacunación a ganaderos inescrupulosos que compraban el documento solo para tener un cupo para la movilización o para que les compraran la leche, vacunadores que subcontrataban la labor de aplicación del biológico con familiares y amigos, entrega de la vacuna a ganaderos sin las mínimas condiciones de preservación de la cadena de frío y permitir que se realizaran vacunaciones parciales en algunos predios; todos estos factores se conjugaron para que una población desprotegida inmunológicamente, sufriera el ataque de un agresivo virus de la Fiebre Aftosa con las consecuencias económicas para la zona y el país.   De la mano del ICA y la CNCL, se realizaron antes de cada ciclo de vacunación capacitaciones del nuevo personal, se les instruyó sobre la detección de la presencia de la enfermedad (sensores epidemiológicos), manejo del biológico y la importancia de la conservación de la cadena de frío, se les entregó la dotación para el desarrollo de su trabajo de las mismas características que se utiliza en todo el país y durante tres ciclos se ha hecho una estricta supervisión a la labor de campo, al manejo dado a los biológicos de campaña, a la higiene de los elementos de trabajo, al trato respetuoso hacia los ganaderos y velar por el bienestar de los animales vacunados; mientras que el cumplimiento de la visita finca a finca se ha mejorado ciclo a ciclo.   La distribución de las vacunas desde nuestra sede principal hacia los puntos de frío autorizados y en general hasta el destino final en cada una de las veredas que comprenden nuestra jurisdicción, logrando un alto nivel de satisfacción de los ganaderos por el servicio prestado por todos los que de una u otra forma intervenimos en este proceso.   Y dentro de ese plan de mejora en la distribución del biológico, el Comité de Ganaderos de La Dorada junto a los funcionarios del ICA y la CNCL, han realizado visitas a Caparrapí y Yacopí, buscando sitios que cumplan con los requisitos mínimos exigidos para el establecimiento de puntos de frío de distribución de biológico, han encontrado entre los ganaderos la mejor disposición para colaborar con el tema, pero desafortunadamente la infraestructura de la región no cuenta con los espacios necesarios para cumplir con la normatividad.   Además los tiempos de desplazamiento de los vacunadores desde sus zonas de trabajo a los centros poblados, son de dos a tres horas, muchas veces a pie o a lomo de mula, lo que dificulta que la distribución de la vacuna se haga diariamente como ocurre en la sede principal; es por esta razón, que cada dos a tres días se realizan envíos de biológico a las veredas más apartadas, con suficiente material refrigerante para garantizar la cadena de frío durante el transporte y la aplicación.   Las permanentes visitas de supervisión a vacunadores realizadas por el ICA y la CNCL, han demostrado que se cuenta con los materiales necesarios para la conservación de la vacuna, que se respeta la cadena de frío y que la aplicación se hace de manera correcta, garantizando que la inmunización de los bovinos y bufalinos vacunados, generen niveles de anticuerpos suficientes para evitar la presencia de la enfermedad.   Pablo Londoño Aristizabal, presidente del Comité de Ganaderos de La Dorada.