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Foto: diariodelhuila.com

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(GD Revisar) Ganadero que no se prepare para el verano está destinado a sufrir en el negocio

Por - 16 de Diciembre 2020

El 2020 ha sido un año atípico para el mundo debido a que gran parte del año la población estuvo confinada para prevenir el contagio de la COVID-19. A diferencia del resto de personas, el campo siguió trabajando bajo condiciones distintas que marcan un precedente para los productores.


El 2020 ha sido un año atípico para el mundo debido a que gran parte del año la población estuvo confinada para prevenir el contagio de la COVID-19. A diferencia del resto de personas, el campo siguió trabajando bajo condiciones distintas que marcan un precedente para los productores.

A diferencia de los años anteriores, el 2020 ha sido un año que ha generado muchos beneficios para el campo en materia de reconocimiento y clima, pues durante los meses de cuarentena la sociedad resaltó la labor que cumplen los productores en la seguridad alimentaria del mundo, teniendo en cuenta que batallan día a día con las condiciones climáticas. (Lea: ¿Cómo afecta la sequía a un pequeño, mediano y gran ganadero?

Ese mismo clima que en épocas pasadas ha causado estragos, esta vez ha traído enormes ventajas alegrías en los ganaderos colombianos debido a que durante varios meses los campos estuvieron reverdecidos y llenos de pasturas, que son la principal fuente de alimento para los semovientes de Colombia.

Sin embargo esas temporadas atípicas de lluvias han causado un poco de preocupación en los productores, quienes no se quieren confiar del buen momento en que se encuentran y están aprovechando para prepararse y sembrar pastos que sirvan como base para sus reservas de alimentos en la temporada seca que está por venir, de la cual no tienen ninguna idea de cómo pueda llegar.

Normalmente lo que hacen los productores durante las épocas de buenas lluvias es que preparan sus pastos para sembrar y después cortarlos, de tal forma que con este material se puedan producir ensilajes ya sea con pastos o con rutas, henolajes o bloques nutricionales que les permitan a los animales estar abastecidos para las épocas críticas extremas y al productor optimizar los recursos existentes en la explotación.

El objetivo de estas herramientas es aprovechar el excedente de forraje producido en la época de abundancia para alimentar al ganado en temporadas donde hay escasez de agua o exceso de la misma que pudre los pastos.

A partir de las distintas crisis alimentarias por las que han tenido que atravesar los ganaderos colombianos como consecuencia de la extensión de los meses de sequía, en algunas regiones del país se han realizado capacitaciones para los trabajadores del campo, de tal forma que se fomente e interiorice la cultura de preparación de alimentos, de tal forma que se puedan contrarrestar estas crisis con alternativas nutricionales para los animales.

Actualmente en gran parte de las zonas de Colombia está entrando a los campos lo llaman verano o temporada seca, luego de haber gozado de varios meses de constantes y prolongadas lluvias que han permitido a los productores recuperar las pasturas.

Interiorizando una cultura a pasos cortos

En el Oriente de Colombia, Jenny Consuelo Caroprese Hoyos, presidenta del Comité de Ganaderos de Arauca indica que normalmente en estos momentos ya es periodo de verano y empieza la sequía, pero a pesar que “estamos en diciembre han caído dos aguaceros duros y en este instante las sabanas de las región están muy verdes y bonitas, es decir que hay comida suficiente para el ganado y este se encuentra en muy buenas condiciones corporales”, explica.

La dirigente asegura que este buen momento por el que están atravesando les ha permitido a los productores de la región de Arauca prepararse con reserva de alimentos para la temporada venidera que puede ser atípica, como la que acaba de terminar.

“Muchos ganaderos han estado haciendo silo y desde el comité también se tuvo la oportunidad de elaborar y entregar un silo a los productores con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR). Algunos de estos trabajadores las tienen almacenadas para el verano que viene y otros ya las han utilizado”, detalla Caroprese Hoyos.

Esta líder gremial añade que se ha insistido mucho en la región en el almacenamiento de alimentos, por lo cual se han hecho capacitaciones durante varios años acerca de esta importante cultura que debe practicar el ganadero bajo estricto compromiso.

“En este momento debemos agradecer a la naturaleza porque este fenómeno de La Niña nos ha hecho bastante bien porque ha habido lluvias dispersas que han mantenido la sabana con comida abundante”, señala Caroprese Hoyos.

Por el lado noroccidental del país, Alejandro Peláez, presidente del Comité de Ganaderos del San Jorge, expone que esta práctica ha ido adentrándola cada productor, quien es autónomo de preparar sus pastos y sus reservas de alimentos.

“Para nosotros diciembre había sido época de comienzos de veranos pero hemos tenido lluvias sectorizadas, por lo cual creemos que el verano no será tan extenso como en los otros años, es decir que al paso que vamos tendremos unas sequía de 3 meses más o menos, que es lo normal para nosotros”, comenta Peláez.

En esta región del país el verano suele ser muy marcado, razón por la que los productores se ven muy afectados con disminución en la producción y hasta pérdidas de animales a causa de la falta de agua y alimentos. (Lea: 5 daños irreparables que deja la sequía en la ganadería)

“Aquí en la Costa Atlántica todos tenemos claro que el verano se presenta entre diciembre y abril o mayo, por lo cual cada ganadero se prepara de distintas formas. Hay personas que les gusta hacer silo tanto de sorgo como de maíz, hay otros que se preparan con henolaje y también están los que descargan las fincas para tener una reserva de pasto”, expresa Peláez, quien también añade que “el ganadero que hoy en día no se prepare para el verano, sabiendo en qué meses viene y cómo viene, está destinado a tener una temporada difícil en cuanto a muerte, ganancias de peso y enfermedades”, explica detalladamente Peláez.

En el centro de Colombia, Luis Eduardo Arias, presidente del Comité de Ganaderos del Meta, manifiesta que “en estos momentos hay un privilegio de la naturaleza porque tenemos disponibilidad de forraje suficiente en una época donde tradicionalmente estamos iniciando un verano”, dice.

El líder gremial de esta región expone que a pesar de la atipicidad de este año, la cultura del ganadero colombiano ha venido cambiado debido a que hoy es más consciente del cambio climático y las afectaciones que este puede dejar para sus tierras, siendo esta la razón principal por la cual se hacen reservas de alimentos.

Esa costumbre de esperar a ver qué pasa ha cambiado. Ya los ganaderos en un buen número se preparar produciendo silo y muchos otros los compran en empresas que están dedicadas al tema. O sea que podemos decir que nosotros estamos en estos momentos con silo que esperamos sea suficiente para la oferta alimentaria que el ganado va a tener en la época seca, que seguramente será dentro de un mes”, menciona Arias.

Por su parte, en el norte de Colombia, Milagro de Jesús Ojeda Britto, presidente de Asogagua y representante de La Guajira ante la junta directiva de Fedegán, indica que muchas personas están logrando prepararse para este verano que viene, pero en este contexto debo decir que ha sido menos porque con el coronavirus se vio muy afectada la economía de los productores.

“Hemos logrado prepararnos hasta donde hemos podido, sin embargo siento que ha faltado apoyo a los campesinos porque a pesar que tenemos agua prima la falta de dinero para realizar grandes inversiones. Venimos de una recesión bastante complicada que nos ha perjudicado mucho” comenta.

Para esta dirigente, el Gobierno Nacional durante este año no ha apoyado mucho a los ganaderos con el suministro de ayudas alimenticias, razón por la que invita a que se pronuncien al respecto, pues las personas de esta región han tratado de prepararse hasta donde han podido con voluntad, ganas y compromiso.

Un impulso extra de aprendizaje

En contraste con esta situación, en la parte noroccidental del país, Óscar García Llorente, representante legal del Comité de Ganaderos del Bajo Sinú expone que “está lloviendo y tenemos buen pasto por el momento, pero hay que tener claro que nos viene una temporada de 3 o 4 meses de verano que puede hacernos estragos porque nuestras represas tienen capacidad para aguantar 4 meses, pero cuando se va a 5 meses ya hay desespero entre la población”, afirma. (Lea: Solo un 5% de ganaderos en el Bajo Sinú se preparan para el verano)

El problema de esta región es que cuando la temporada de verano se prolonga a 5 meses hay consecuencias fatales debido a que las represas tienen capacidad para aguantar 4 meses de sequía, pero al extenderse este tiempo las fuentes hídricas se secan y los productores comienzan a preocuparse y desesperarse.

“Son contadas las personas que tengan silo o heno, que siembren un pasto de corte para prepararse. A pesar que desde el comité se insiste y se capacita en este aspecto, son muy pocas las personas que lo aplican”, menciona García Llorente.

Para este líder gremial el problema radica en que la iniciativa de preparación de alimentos no comienza desde los productores en esta región, razón por la que normalmente se llegan a tener consecuencias tan devastadoras para el sector.

Necesitamos una política agresiva del estado que nos ayude con ese fomento, de tal forma que las personas tengan claro cómo conservar pasturas para enfrentar esa época que tanto nos golpea. El estado debe invertir unos recursos en campañas en las que podamos llegarle a todos los productores haciendo énfasis en las maneras para combatir esta temporada, porque el enemigo nuestro se llama verano”, asegura García Llorente.

Una decisión individual

Juan Carlos Álvarez, médico veterinario menciona que durante mucho tiempo el sector agropecuario de Colombia se ha vuelto muy “dependiente de muchos factores como el cambio climático, las políticas de gobierno, los ajustes empresariales que han sido limitantes para su crecimiento en productividad y rentabilidad”, describe.

Finalmente, el país tiene una necesidad importante en la cultura debido a que hoy en día no se tiene una certeza acerca de variabilidad climática, razón por la que el mismo productor debe comenzar con la iniciativa de preparación y almacenamiento de alimentos, de tal forma que no se vea perjudicado su negocio y su fuente de ingresos.