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El grano de caupí, clave en alimentación porcina y bovina

Foto: CONtexto Ganadero.

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Grano de caupí, ¿sustituto rentable en dieta de porcinos y bovinos?

por: - 31 de Diciembre 1969

Una reciente investigación de la Universidad Nacional, en Palmira, se encontró que es posible reemplazar hasta un 30% la costosa torta de soya (fuente principal de proteína) en la alimentación de los cerdos y daría pautas también para alimentar bovinos.

Una reciente investigación de la Universidad Nacional, en Palmira, se encontró que es posible reemplazar hasta un 30% la costosa torta de soya (fuente principal de proteína) en la alimentación de los cerdos y daría pautas también para alimentar bovinos.

Nombres como caupí, también conocido en otros lugares del mundo como judía de careta, chícharo salvaje, fríjol chino o frijol castilla; no dicen mucho en el argot popular. Pero esta semilla comestible, que en los supermercados se vende como “frijol blanco”, se podría convertir en una alternativa de nutrición pecuaria.

Esta variedad de frijol, que apenas llega a un centímetro y es de color blanco o blanco amarillento, es el eje del análisis que lleva a cabo el grupo de investigación en nutrición animal de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, que con el apoyo del Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, busca reemplazar o reducir los altos costos que genera la torta de soya que emplean los productores para los concentrados.

En este orden de ideas, la colombiana Paola Andrea Aguirre, zootecnista y magíster en producción animal, realizó una primera investigación en ratas para evaluar si era posible alimentar a los animales con esta leguminosa. “Trabajamos con el grano de caupí buscando un nivel óptimo para reemplazar la torta de soya, que es una fuente de proteína principal para los cerdos. Quisimos estudiar diferentes tipos de tratamiento y porcentajes de inclusión evaluando siete dietas en ratas, que tienen un organismo similar al de los humanos”, afirma la zootecnista. (Lea: Científicos en Palmira analizan nuevas alternativas de nutrición animal)

Los investigadores probaron con inclusiones del 10% 15% y 30% del grano en la dietas de los animales, para después hacer una prueba de digestibilidad que permitiera evaluar el comportamiento de esta leguminosa en el sistema digestivo de los mismos. “En esta primera fase observamos el porcentaje de asimilación, que en este caso tuvo una digestibilidad del 80%. Por lo que el animal aprovechó casi la totalidad de la harina de caupí. Además logramos que el grano pudiera reemplazar hasta el 50% la torta de soya en los animales; sin embargo, debíamos ensayarlo en cerdos in vivo”, asevera Aguirre, de la U.N. de Palmira.

Estas pruebas fueron complementadas por otras inspecciones que llevó a cabo el CIAT, lideradas por Gloria López, magister en producción animal tropical, con el objetivo de  identificar el valor nutricional del caupí de testa roja con harina cocida y cruda con el fin de indagar si había alguna diferencia. “Hicimos pruebas bromatológicas (contenido nutricional) y de palatabilidad (aceptabilidad del producto) para conocer los valores parciales del reemplazo de la torta de soya. También evaluamos cómo se comportaba el grano en el tracto gastrointestinal de los animales y encontramos que el tracto gastrointestinal no sufrió ningún tipo de daño”, indica López.

Al final de las pruebas, los investigadores determinaron que el porcentaje ideal de inclusión del caupí en la dieta de los animales es del 30% inicialmente. Sin importar si el grano está crudo o cocido. A su vez, el ahorro en los costos de producción podría estar entre el 25% y 30% dependiendo del nivel de sustitución o presencia del caupí que puede ser del 10%, 20% o 30%. (Lea: Sena fomenta la actividad porcícola en Caquetá)

Por su parte, José Fernando Naranjo, director del área técnica de la Asociación Nacional de Porcicultores, le dijo recientemente al diario La República que más allá de este tipo de avances, es claro que una alimentación con la composición nutricional balanceada para cada etapa productiva, hace que los cerdos crezcan y se desarrollen de manera adecuada y en los tiempos esperados, para sacar animales entre los 95 y los 105 kilos, peso ideal para el sacrificio.

“Las dieta con probióticos o aditivos alimentarios han ganado terreno en el país, debido a que al estimular el crecimiento de forma selectiva de ciertos microorganismos beneficiosos presentes en el tracto digestivo del cerdo, permite el aumento acelerado del peso del animal y por ende mejora los rendimientos”, concluyo José Fernando Naranjo, de Asoporcicol.