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vaca calambrosa

Foto: Jairo Medina.

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La importancia de atender a tiempo a la “vaca calambrosa”

por: - 31 de Diciembre 1969

Este tipo de patologías se presentan en el tren posterior de los bovinos y equinos. Entre las razones por las que empiezan a cojear están los golpes, la edad o la luxación accidental del ligamento, perjudicando el normal caminar de los animales, su desarrollo y evolución.

Este tipo de patologías se presentan en el tren posterior de los bovinos y equinos. Entre las razones por las que empiezan a cojear están los golpes, la edad o la luxación accidental del ligamento, perjudicando el normal caminar de los animales, su desarrollo y evolución.   Un factor que puede generar una desaceleración en la evolución y crecimiento de los bovinos y equinos son las lesiones en su tren trasero. Una de ellas es la conocida popularmente como la “vaca calambrosa”, generada por problemas en el enganche rotuliano. (Lea: 70 enfermedades pueden afectar las patas del bovino)   Esa patología se presenta cuando la rótula de los semovientes no se puede desenganchar del labio medial de la troclea femoral. El miembro en hiperextensión queda hacia atrás, lo que genera un nudo en la zona de semiflexión y cara anterior de la muralla apoyada en el suelo.   Según explicó Jairo Medina Sánchez, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, en Trinidad, Casanare, factores como la edad, la luxación accidental del ligamento (tropiezo o trauma indirecto que es la más frecuente), la raza en algunos caballos, la hipoplasia rotuliana, factores cacquectizantes y en menor proporción los de orden neurológico, inciden para que los ejemplares sufran de los denominados “calambres”. (Lea: Podología bovina, más que un manicure para rumiantes)   “En los bovinos es más notorio porque al tener la pata rígida y encalambrada se les dificulta más ir a comer y hacer algunos desplazamientos, por lo que empiezan a notarse las pérdidas de peso por cuenta del trauma que vienen sufriendo”, sostuvo Medina Sánchez.   La buenan noticia es que este mal tiene un sencillo tratamiento que consiste en una pequeña cirugía. El procedimiento no tarda más de 30 minutos y 6 días después del mismo, el semoviente o equino estará en perfectas condiciones. Lo más importante es vigilar el posoperatorio. (Lea: No deje que su ganado ‘salga de la cancha’ productiva por lesiones)   “Se hace un bloqueo epidural medio y bloqueo del ligamento rotuliano medial. Teniendo listos ambos lugares, se procede a preparar el área de la incisión. Posterior a eso se hace una desmotomía del ligamento, se coge sutura y se adelanta un tratamiento posterior a la cirugía”, explicó.   Una vez esté listo el procedimiento quirúrgico, el bovino debe ser sometido a un posoperatorio a base de oxitetraciclina L.A. 200 mg 1 aplicación al día por medio durante 3 días. Flunixin meglumine cada 24 horas durante 5 días. Adicional a los medicamentos, la herida debe ser limpiada y desinfectada 2 veces al día durante 5 días. Cumplir el proceso ayudará a que los animales mejoren sus condiciones y recuperen su peso. (Lea: Los ganaderos pueden prevenir la tenencia de vacas improductivas)