El manual técnico que regula la movilización de reses en Colombia establece parámetros de sanidad y seguridad, pero su impacto depende del cumplimiento y la modernización de los vehículos. ¿está usted al día con todo lo exigido?
En Colombia, transportar ganado no es un simple trámite logístico, pues desde la resolución 6915 de 2022 del Ministerio de Transporte, se adoptó un manual de procedimientos que establece cómo deben movilizarse los animales en pie por las carreteras del país.
Aunque la norma es clara y contempla desde documentación hasta condiciones de los vehículos, el gran reto sigue siendo su cumplimiento en un contexto en el que la modernización avanza lentamente. (Lea en CONtexto ganadero: El 11 de febrero entra a regir el manual de transporte y manejo de animales en pie)
El manual establece que, para trasladar animales, los remitentes, destinatarios, propietarios, transportadores y conductores deben cumplir con requisitos técnicos, de seguridad vial, sanitarios y de bienestar animal.
La responsabilidad no recae en un solo actor, sino que toda la cadena de movilización está obligada a garantizar condiciones dignas para los semovientes.
Los ganaderos, por ejemplo, deben registrar la marca o hierro ante la entidad gremial delegada o, en su ausencia, en la alcaldía o secretaría de agricultura departamental.
Según el tipo de viaje, se requiere bono de venta, guía de transporte ganadero, manifiesto de carga, guía sanitaria de movilización y certificado de embarque. Incluso, el horario está restringido, entre 6:00 a.m. y 6:00 p. m., por razones de seguridad.
Vehículos, bajo lupa
El manual es estricto sobre cómo deben acondicionarse los camiones. Para ser más exactos, el área de carga no puede tener aristas que lastimen a los animales, los camiones de estacas deben llevar carpa en buen estado para protegerlos del sol o la lluvia, y los pisos deben ser antideslizantes y fáciles de limpiar.
También se exige ventilación adecuada, mecanismos de separación física para evitar amontonamientos y agresiones, y puertas amplias para facilitar el cargue y descargue. Antes de cada viaje, los vehículos deben lavarse y desinfectarse, y estar registrados ante el ICA.
Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario y presentador del Manual Práctico Ganadero advirtió que, “los transportes fluviales y marítimos, por la lupa mediática que han tenido, cuentan con mejores condiciones.
Sin embargo, es urgente mejorar el transporte terrestre en nuestro parque automotor, para dejarlo en sintonía con los estándares internacionales”.
Buenas prácticas en el manejo
El manual también regula la forma en que se deben tratar los animales durante el viaje. Está prohibido el uso de elementos traumáticos como palos o tábanos, y el conductor debe manejar con suavidad para reducir movimientos bruscos.
Transportar diferentes especies en un mismo viaje o mezclar animales con insumos también está vetado.
Además, el tiempo máximo de viaje para bovinos adultos es de 10 horas, y de 6 horas para terneros y bucéfalos. En recorridos más largos, deben garantizarse descansos con agua y alimento. La densidad de carga varía según el peso: desde 0,23 m² para animales recién nacidos hasta 1,75 m² para adultos de 700 kilos.
En ese sentido, más allá de la norma, el incumplimiento tiene un costo oculto, ya que el estrés y los golpes reducen la calidad de la carne y afectan la producción de leche en hembras en ordeño.
Además, los mercados internacionales cada vez son más exigentes con la trazabilidad y el bienestar animal.
Es por esto que en el Manual Práctico Ganadero se explica que Fedegán ha promovido certificaciones, incluso en conjunto con el SENA, para formar transportadores en estas competencias.
Sin embargo, la realidad muestra que el país aún necesita modernizar su flota de vehículos y sensibilizar a los actores de la cadena.
La resolución 6915 de 2022 expone que transportar ganado implica responsabilidad compartida y cumplimiento estricto. Pero entre la letra de la norma y la práctica diaria persiste un vacío que compromete tanto la salud animal como la competitividad de Colombia.
Finalmente, el desafío no está en la falta de reglas, sino en aplicarlas. Y ahí radica el próximo gran paso para la ganadería nacional: asegurar que cada viaje en carretera sea una muestra de bienestar animal y de un sector capaz de responder a los retos globales. (Lea en CONtexto ganadero: Siga las buenas prácticas para el transporte de ganado en Colombia)