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¿Por qué la materia orgánica es el "oro" que nutre suelos y engorda el negocio ganadero?

Melanny Orozco 24 de Junio 2025
Ganaderos triplican su producción de carne y lecheFoto: Fedegán FNGNo basta con sembrar, hay que preparar el suelo, entender sus necesidades y nutrirlo correctamente.

La salud del suelo es el motor oculto de la ganadería sostenible en Colombia. Con prácticas que equilibran ciencia, tradición y conciencia ambiental, los productores están descubriendo que la clave no solo está en el ganado, sino en la tierra que está bajo sus patas. Aprenda cuáles son con el Profesional Amigo Ganadero.


Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario y autor – presentador del Manual Práctico Ganadero de Fedegán, explicó que “la materia orgánica es la base de la productividad de nuestras praderas. Sin suelos vivos, no hay carne ni leche que valgan”.

En un contexto donde la sostenibilidad ya no es una opción sino una obligación, este mensaje cobra cada vez más fuerza en el campo colombiano. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué tanto conoce sobre el suelo? Aquí podrá profundizar en términos importantes)

La producción de pastos y forrajes es la base del crecimiento de la ganadería bovina. Por lo tanto, en un modelo predominantemente pastoril como el colombiano, la calidad de la alimentación se traduce directamente en litros y kilos, es decir, en ingresos.

Pero no basta con sembrar, hay que preparar el suelo, entender sus necesidades y nutrirlo correctamente, convirtiendo una hectárea común en una fuente de eficiencia de biomasa.


¿Por dónde comenzar?


El primer paso está en el diagnóstico. Por eso, el manual práctico insistió en que “para ser ganadero, primero debemos ser agricultores”. Esto implica reconocer la importancia de la preparación física, química y biológica del suelo.

Una labranza bien hecha mejora la aireación y filtración del agua, factores que impactan en el desarrollo de raíces y, en consecuencia, en la productividad del forraje. Sin embargo, excesos como el uso intensivo de maquinaria pesada, pueden dañar la infraestructura del suelo y perder la materia orgánica existente.

La materia orgánica, que proviene de compost, estiércol o abonos verdes, no solo alimenta el suelo, sino que mejora su retención de agua y promueve la actividad biológica para que funcione como un sistema vivo, es decir, es el alma de la fertilidad.

En paralelo se debe distinguir entre abonamiento y fertilización. Mientras el primero se enfoca en enriquecer el suelo con materia natural, la fertilización busca suplir nutrientes específicos como nitrógeno, fósforo y potasio.

Ambos son necesarios, pero deben aplicarse de forma estratégica, basándose en análisis del suelo y del forraje. Solo así se evita el deterioro del ecosistema y se mejora el rendimiento sin inflar la huella de carbono.


Sostenibilidad: estrategia integral


Arenas advirtió sobre los riesgos del uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos. Si bien son de acción rápida, pueden liberar gases de efecto invernadero como el óxido nitroso o generar contaminación de aguas y suelos. En cambio, los fertilizantes minerales naturales, aunque menos concentrados, ofrecen una liberación lenta y menor impacto ambiental a largo plazo.

Este enfoque responde a la necesidad de proteger los recursos naturales que hacen posible la producción ganadera. Además, evita la deforestación, conserva la cobertura vegetal y previene la degradación del ecosistema, pensando en la rentabilidad futura. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Quiere tomar una muestra de su suelo? Siga estos pasos)

Finalmente, la sostenibilidad ganadera no es solo un eslogan, es una estrategia integral. Como afirmó Arenas Ovalle, “la preparación del suelo, el abonamiento y la fertilización no son tareas aisladas. Son eslabones de una cadena que garantiza forraje abundante, animales bien alimentados y, en consecuencia, un negocio rentable y respetuoso con el medio ambiente”.



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