En Colombia, llevar un bovino al sacrificio puede tardar hasta 48 meses, el doble que en otros países. Cada tiempo extra que tarda un bovino en llegar al sacrificio es un peso muerto para el productor, el suelo y el medio ambiente. Sin embargo, hay numerosos ganaderos ya están demostrando que es posible revertir este modelo improductivo.
El país sigue tardando hasta 48 meses en llevar un animal al sacrificio. En otras regiones del mundo, esa espera no pasa de los 24 meses. ¿Qué explica esa brecha y quiénes están acortando el camino? (Lea en CONtexto ganadero: Cómo hacer que el ganado aumente su peso diario)
Colombia alberga realidades ganaderas que poco tienen en común entre sí. Por un lado, explotaciones tecnificadas logran buenos indicadores zootécnicos, incluso bajo condiciones tropicales adversas. Por otro lado, sistemas extensivos funcionan con mínimos insumos, baja planificación y pobres resultados productivos muy pobres.
La diferencia no es solo tecnológica, también es logística, ambiental y cultural. Algunas fincas están cerca de centros de transformación y mercados, con acceso a vías y servicios. Otras, en cambio, operan en regiones apartadas, dependen de vías terciarias deterioradas o incluso del transporte fluvial. Esto no solo significa pérdidas de peso en el traslado, sino una dramática reducción de eficiencia.
Más tiempo, menos carne
La edad promedio al sacrificio en Colombia es una señal de limitaciones: de 30 a 48 meses según el tipo de finca. Esto significa más costos operativos, mayor presión sobre la tierra, y más emisiones de gases de efecto invernadero por kilo de carne producida.
Juan Carlos Rojas, zootecnista colombiano radicado en Canadá y consultor en nutrición de rumiantes en BeefSmart, estudió la situación y, para él, la solución existe.
“Sí, definitivamente es posible mejorar las ganancias diarias de peso (GDP) en los bovinos colombianos, y como profesionales del sector, nuestra labor debe orientarse precisamente hacia esa meta”, argumentó.
Las fincas que han dado el salto hacia una producción más eficiente lo han hecho a través de un enfoque empresarial. Allí, se lleva control del peso de los animales, se registran datos reproductivos, se ajustan dietas y se planifican las suplementaciones con precisión técnica
Esto permite detectar cuellos de botella, tomar decisiones con información real y, en consecuencia, reducir la edad al sacrificio. Para Rojas, “estos sistemas empresariales evidencian el valor de la información como herramienta clave para el mejoramiento productivo”.
Mejorar la ganancia de peso de los bovinos depende de varios factores, entre ellos, el manejo.
Claves para mejorar
Las herramientas para mejorar ya están identificadas. El profesional propuso las más efectivas:
- Forraje de calidad: mejoramiento de praderas, sistema de riego, agrosilvopastoreo y conservación de alimento.
- Alimentación estratégica: uso de subproductos agroindustriales, granos y suplementos minerales.
- Mejor genética: razas adaptadas, cruces funcionales y biotecnologías reproductivas.
- Manejo integral: destete programado, protocolos sanitarios, reducción de estrés y bienestar animal.
Pero, ¿por qué no todos lo hacen? La respuesta es compleja, pues no se trata solo de falta de conocimiento técnico. Los expertos aseguraron que la estructura agraria fragmentada, el escaso acceso a crédito, las barreras logísticas y la resistencia cultural al cambio siguen siendo grandes obstáculos para muchos productores.
Esfuerzo articulado
Mejorar la productividad ganadera no será posible sin una acción colectiva. Instituciones, productores, técnicos, academia y gobierno deben trabajar juntos, con planes de extensión rural adaptados a cada región. (Lea en CONtexto ganadero: Reducir el estrés calórico en sus bovinos aumenta la ganancia media en 15 %)
Como concluyó Rojas, “alcanzar mejoras sostenidas y generalizadas requiere de un esfuerzo articulado y continuo. Solo así será posible construir una ganadería más productiva, rentable y sostenible para el país”.