El nuevo capítulo de El Consultor Agropecuario alerta sobre uno de los errores más comunes en el manejo de potreros: dejar al ganado más de 48 horas en el mismo sitio. El especialista Hernando Barahona explica por qué esta práctica afecta la calidad del forraje, reduce la rentabilidad y pone en riesgo la sostenibilidad de la finca.
En muchas fincas de Colombia, los errores en el manejo del pasto no se notan de inmediato. A simple vista, el ganado se ve pastando y los potreros parecen saludables. Sin embargo, detrás de esa aparente normalidad, se esconden decisiones tardías, pérdida de nutrientes y un desgaste en la rentabilidad de la finca. Para el Consultor Agropecuario de CONtexto Ganadero, Hernando Barahona, médico veterinario zootecnista, este es uno de los puntos más críticos y descuidados en la ganadería nacional. (Lea en CONtexto ganadero: El Consultor Agropecuario le cuenta cómo producir con 10 vacas lo que hacía antes con 50)
Desde la sección El Consultor Agropecuario de CONtexto ganadero, Barahona hizo un llamado a tomar decisiones técnicas, informadas y a tiempo, porque cuando se trata del pasto, el reloj no perdona.
Uno de los problemas más frecuentes que enfrentan los productores es dejar que el pasto crezca hasta la floración o la semilla. Aunque muchos creen que más altura significa más alimento, la realidad es opuesta, pues a mayor desarrollo fenológico, menor calidad nutricional.
De acuerdo con Barahona, “la planta entra en un proceso de reproducción y toda la proteína se va en sostener esa nueva etapa, no en alimentar al animal”. El resultado es un pasto más fibroso, menos digestible y con menor aporte de proteína y carbohidratos estructurales. En otras palabras: alimento de baja calidad, mayor consumo y menos productividad.
Por eso, la decisión de cuándo meter al ganado al potrero debe tomarse con precisión. Depende del tipo de pasto, pero en la mayoría de los casos, el momento óptimo es antes de los 40 cm de altura.
Pastoreos cortos
Una vez dentro del potrero, el tiempo también es clave, ya que “no podemos tener animales más de dos días pastoreando en el mismo lugar”, afirmó el especialista. Superar ese límite provoca que los animales dañen los rebrotes, comprometiendo la recuperación del forraje y generando una cadena de impactos negativos en toda la finca.
La solución está en implementar pastoreos rotacionales eficientes, donde herramientas como la cinta eléctrica o el ajuste de carga ganadera permiten controlar el consumo y evitar el sobrepastoreo. Esto no sólo protege la pradera, sino que optimiza el uso del forraje disponible y mejora el retorno económico por hectárea.
Toma de decisiones y sostenibilidad
La salud del potrero se puede analizar a través de señales visibles como el color del pasto, su vigor, la densidad del rebrote, todo indica algo. Un verde intenso puede reflejar buena disponibilidad de nitrógeno y materia orgánica; un color opaco, deficiencias o mal manejo.
Para Barahona, el problema está en que muchos productores delegan esta observación a trabajadores que no están capacitados. “La persona que toma decisiones debe conocer el pasto. No se puede improvisar. Hay que actuar rápido y con base en el conocimiento técnico”, insistió.
Además, para el profesional es fundamental el manejo ambiental, pues una pastura trabajada de forma adecuada, contribuye a una finca más equilibrada ecológicamente.
Las decisiones sobre sombra, uso de árboles, acueducto ganadero y conservación de fuentes hídricas son parte de un modelo de ganadería sostenible que ya no es opción, sino necesidad.
Desde la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), se ha promovido este enfoque con programas que impulsan el cuidado del medio ambiente y el uso de sistemas silvopastoriles. Por eso, Barahona concluyó que “cuidar el pasto es cuidar el suelo, el agua, la finca”.
Para ver el capítulo completo del Consultor Agropecuario, presione el siguiente enlace. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Tiene una finca y no sabe por dónde empezar? Aprenda a hacer ganadería desde cero)