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Foto: Fausto Moreno - Agencia de Noticias UN.

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Técnica mide gases de efecto invernadero en ganadería

por: - 31 de Diciembre 1969

Con la implementación de la técnica Eddy covariance es posible medir, a través de sensores, la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en una área determinada, para establecer el balance del ecosistema.

Con la implementación de la técnica Eddy covariance es posible medir, a través de sensores, la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en una área determinada, para establecer el balance del ecosistema.   Los profesores Fausto Camilo Moreno Vásquez y Yolanda Rubiano Sanabria, de las facultades de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, y de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional sede Bogotá, analizaron la concentración y el flujo de CO2 en las instalaciones para bovinos del Centro de Investigación La Libertad, de Agrosavia (antes Corpoica), en Villavicencio (Meta). (Lea: Pastos mejorados reducirían emisiones de GEI)   Para capturar la información, trabajaron en la instalación de una torre (primera en el país) según los estándares de la metodología Eddy covariance, que consta de un anemómetro sónico, que mide la velocidad de viento en tres direcciones; un analizador de gases infrarrojo del tipo Open Path, que mide las fluctuaciones de la densidad de CO2y de vapor de agua; un sensor de radiación solar neta; un sensor de flujo de calor en el suelo y tres sensores de CO2 a 5, 10 y 25 cm de profundidad en el suelo, con tres geotermómetros a las mismas profundidades.    El profesor Moreno explica que además cuenta con una estación meteorológica y un equipo para humedad del suelo a distintas profundidades. Con esta se analiza en el agroecosistema ganadero la generación de dióxido de carbono, al evaluar la interacción entre el GEI del bovino y su pastura.    “La metodología de basa en la información de las emisiones de gases de un ecosistema. Recoge el balance total de carbono al registrar 20 datos por segundo de información para diferentes variables”, señala el docente. (Lea: Técnicas para mitigar la emisión de GEI en fincas ganaderas)   Con la información recolectada se propone crear un laboratorio de analítica en la U.N. Sede Bogotá, en el que esta se pueda procesar, para generar una línea base sobre las emisiones que son responsabilidad de la ganadería.    Este sería un esfuerzo entre facultades con el que se pretende responder cuál es la contribución real de la ganadería bovina al calentamiento global y la línea base de emisiones de este subsector.    “Se obtuvo información representativa para 450 mil hectáreas del piedemonte de los Llanos Orientales de Colombia, lo cual podría permitir desarrollos futuros, generación de políticas públicas para el manejo de las emisiones y un mejor conocimiento sobre la realidad del efecto que tiene la produccion bovina en el cambio climático”, manifiesta el investigador. (Lea: Estudio evidencia que ganadería colombiana emite menos GEI)   En el estudio se implementó además la metodología de “Conocimiento profundo”, enfocada en el manejo de grandes volúmenes de información con Machine Learning y Big Data, debido a que recolectar 20 datos por segundo en 19 variables, en un año se tenían más de 250 millones de datos en información que se debía aterrizar y poner al servicio de la ganadería del país.    La culpa no es de la vaca    La investigación concluyó que en pasturas de Brachiaria decumbens con una carga animal inferior a dos Unidades de Gran Ganado (UGG) no existe diferencia alguna derivada de la presencia o no de los animales en el balance total de emisiones. La UGG es una medida que representa los requerimientos nutritivos de una vaca de 450 kg de peso vivo, o de un novillo de 500 kg de peso vivo, que consumen alrededor de 13,5 kg diarios de forraje seco.    Con respecto al uso adecuado del territorio agropecuario, se infirió que la primera buena práctica agrícola ganadera es ubicar las reses en los sitios adecuados. (Lea: Estudio demuestra que buena gestión del pastoreo captura más carbono)   En dichos terrenos se puede obtener, por ejemplo, un balance entre las emisiones de CO2de las vacas y la captura que de estos alcanzan a hacer las pasturas durante el día. Es por esto que el investigador hace énfasis en que “satanizar” a estos animales como responsables del cambio climático es incorrecto y es una situación que se debe analizar a la luz de un contexto económico, social y ambiental en el que la producción ganadera sea manejada por el ser humano.   Fuente: Agencia de Noticias UN.