En el Día Internacional de la Mujer Rural, las voces se alzan para recordar que el liderazgo femenino está impulsando la ganadería, el desarrollo, la innovación y la cohesión social en las regiones. Historias como la de Amaura Martínez demuestran que ellas están transformando la producción y la organización en el sector agropecuario.
Cada 15 de octubre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, una fecha proclamada por la ONU en 2007 para visibilizar la contribución de millones de mujeres que producen la mitad de los alimentos del planeta, pero siguen enfrentando desigualdad, pobreza y falta de reconocimiento.
En Colombia, esa brecha se siente con fuerza: las mujeres rurales ganan hasta 30 % menos que los hombres, y pocas tienen títulos sobre las tierras que trabajan, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas. (Lea en CONtexto ganadero: El 30 por ciento de la ganadería es liderada por mujeres)
Según el DANE, el 89,5 % del trabajo no remunerado en el campo lo realizan mujeres, muchas con jornadas que superan las ocho horas diarias. Aun así, sostienen la producción, los hogares y la seguridad alimentaria nacional.
El contraste es evidente: mientras el 76 % de los colombianos vive hoy en zonas urbanas, el 24 % restante habita el campo, y dentro de ese porcentaje, las mujeres representan solo el 22 % de la población rural. Una minoría numérica, pero con una influencia decisiva en cada etapa de la cadena agroalimentaria.
La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) confirma que el trabajo de cuidado no remunerado recae casi por completo sobre ellas. Sin embargo, lejos de resignarse, muchas mujeres han convertido esa carga en una fuente de liderazgo. En distintos rincones del país, son ellas quienes encabezan asociaciones agrícolas, impulsan emprendimientos sostenibles y fortalecen procesos comunitarios.
Liderazgo de las mujeres avanza
La encuesta sobre la caracterización ganadera realizada por Fedegán-FNG señala que el 30 % de los productores ganaderos en Colombia son mujeres. Una participación que se ha mantenido estable en los últimos 4 años.
Amaura Martínez, presidenta de la junta directiva del Comité de Ganaderos de Tame, Arauca, conoce de primera mano los desafíos de ser mujer en un gremio tradicionalmente masculino.
“El liderazgo de las mujeres está avanzando de manera exitosa, yo creo que tenemos un rol que es ser organizadoras, si nosotras damos ese apoyo al liderazgo que tienen los hombres, hacemos un gran equipo”, explicó en entrevista con CONtexto ganadero.
Amaura se ha ganado su espacio en la región. Su presencia en la dirigencia gremial es símbolo de cambio. “Me he sentido bien representando al gremio, a pesar de ser machista, pero ha habido mucha fraternidad, me he sentido muy acogida”, afirmó con orgullo.
La dirigente reconoce que la conciliación entre el trabajo productivo, el liderazgo y la familia sigue siendo un desafío enorme. “Los retos en el liderazgo de las mujeres que tienen hijos son grandes. No descuidar la familia, siendo mujeres cabeza de familia es el reto”, señaló.
Aun así, el mensaje de Amaura es de esperanza y fortaleza. “Dios nos ha dado la capacidad de hacer varias cosas a la vez. El otro reto es lanzarse, que tenemos mucho por dar, muchas capacidades... no tener miedo de que no vamos a ser capaces”, afirmó.
De exclusión al liderazgo colectivo
En los últimos años, las mujeres ganaderas han logrado romper paradigmas. “En años anteriores la mujer se sentía muy relegada, ahora las mujeres se han ganado ese espacio”, reflexionó Martínez. (Lea en CONtexto ganadero: Mujeres ganaderas: la fuerza que marca la diferencia en el campo colombiano)
Ese cambio no ha sido casual. Ha surgido de la organización y la articulación entre productoras, gremios y entidades locales. En Arauca, por ejemplo, varias mujeres lideran proyectos de genética e innovación ganadera, contribuyendo a la modernización del sector.
Amaura lo resume con una fórmula sencilla pero poderosa: “El secreto es articularse, uno no tiene que saberlo todo, pero sí buscar quiénes son los expertos, trabajar haciendo equipo de la mano de la gremialidad”.
El liderazgo femenino en el campo colombiano no es una excepción: es una realidad que redefine la ganadería. Detrás de cada hato, cada emprendimiento o asociación hay mujeres que combinan la fuerza de la tierra con la visión del cambio.



/?w=256&q=100)
/?w=256&q=100)
/?w=256&q=100)
/?w=256&q=100)
/?w=256&q=100)