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¿Cómo era la ganadería en la época en que nació Jesus?

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Las fuentes bíblicas y los registros históricos coinciden en que, en tiempos de Jesús, los animales no solo tenían un valor productivo.

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¿Cómo era la ganadería cuando nació Jesús? Los valores siguen vigentes después de 2025 años

por: Angie Barbosa- 31 de Diciembre 1969

La Biblia, la investigación histórica y los hallazgos científicos coinciden en que la ganadería, en tiempos de Jesús, era una actividad esencial para la vida económica, social y espiritual. Más de 2.000 años después, muchas de las cualidades de aquellos pastores siguen presentes en el oficio ganadero.

La Biblia, la investigación histórica y los hallazgos científicos coinciden en que la ganadería, en tiempos de Jesús, era una actividad esencial para la vida económica, social y espiritual. Más de 2.000 años después, muchas de las cualidades de aquellos pastores siguen presentes en el oficio ganadero.


Los relatos bíblicos y los documentos históricos de la época muestran que la ganadería estaba profundamente integrada a la vida cotidiana. En aquel tiempo no existía la figura del ganadero moderno, sino la del pastor, un oficio que implicaba recorrer campos, valles y laderas guiando rebaños.

Estas labores garantizaban alimento, abrigo y sustento para las familias, y exigían un conocimiento preciso del entorno y del comportamiento animal, basado en la responsabilidad diaria y la observación constante. (Lea en CONtexto ganadero: ¿No sabe qué dar en Navidad? Regale formación en ganadería sostenible y apadrine el futuro del campo)


El origen del ganado y su valor


La literatura zootécnica y los estudios históricos señalan que el antepasado salvaje del ganado bovino fue el uro, un animal grande y fuerte que habitó principalmente Europa. Este bovino, hoy extinto, pesaba entre 800 y 1.200 kilogramos, tenía cuernos muy desarrollados y un pelaje oscuro.

A partir de él surgieron dos grandes linajes: el uro europeo, antecesor de las razas europeas, y el uro asiático, del cual proceden las razas asiáticas. Esta diferenciación dio origen a los grupos Bos taurus y Bos indicus, una división que aún estructura la ganadería mundial y evidencia la larga relación entre el ser humano y el ganado.

Las fuentes bíblicas y los registros históricos coinciden en que, en tiempos de Jesús, los animales no solo tenían un valor productivo. El ganado representaba riqueza, estabilidad familiar y un componente central de la vida espiritual, ya que formaba parte de rituales y prácticas religiosas que marcaban el ritmo de la sociedad.


Pastores y sacrificios


La investigación “Sacrificios judíos de animales en el período 100 a. C.-200 d. C.”, liderada por la experta de la Universidad de Oxford María-Zoe Petropoulou, documenta que el sacrificio de animales en el templo de Jerusalén fue una práctica extendida y determinante para la economía y el pensamiento religioso de Israel. Este trabajo, basado en escritos de Filón, Josefo y la Mishná, describe el uso ritual de toros, corderos, cabras, aves y otros animales. (Lea en CONtexto ganadero: Qué cuidados debe tener en cuenta el ganadero durante las fiestas decembrinas)

El libro de Levítico (1:10-12) detalla que los animales ofrecidos debían ser machos sin defecto, lo que refleja una exigencia clara de cuidado previo y selección adecuada del ganado. A esta información se suman hallazgos arqueológicos de huesos de animales bajo Jerusalén, que refuerzan la veracidad de los relatos bíblicos. En el documental Christspiracy, el teólogo y profesor de Oxford Andrew Linzey afirma que el templo funcionaba como “un matadero masivo”, una expresión que da cuenta de la magnitud de esta práctica en la época.


Valores que no pasan de moda


La Biblia presenta al pastor como una figura central desde Génesis hasta el Apocalipsis. Personajes como Abrahán, Moisés y el rey David ejercieron este oficio, y Jesús se identificó como “el buen pastor” para transmitir enseñanzas sobre guía, protección y entrega. Textos como el Salmo 23 e Isaías 40:11 comparan incluso a Dios con un pastor, resaltando la protección constante del rebaño.

Los relatos históricos describen que los pastores del antiguo Israel cuidaban principalmente ovejas de cola ancha y cabras. Su trabajo variaba según la estación: en primavera buscaban pastos frescos y esquilaban; en verano se trasladaban a zonas más altas y vigilaban durante la noche; en invierno protegían a los animales del frío y las lluvias. El pastor conocía a cada animal, los llamaba por su nombre y los guiaba con paciencia, demostrando un compromiso permanente.

Las descripciones de la vida pastoral en tiempos bíblicos señalan que el equipo del pastor incluía un zurrón con alimentos básicos, un cayado, una vara, un cuchillo, un odre para el agua y, en ocasiones, una flauta para tranquilizar al rebaño. Todo estaba orientado a una misión clara: cuidar la vida de los animales.

A más de dos mil años del nacimiento de Jesús, la ganadería moderna sigue sosteniéndose sobre principios similares. Aunque hoy existan tecnologías avanzadas y sistemas productivos más complejos, persisten valores esenciales como la dedicación diaria, el respeto por los animales y la responsabilidad de quien los cuida. Virtudes heredadas de aquellos antiguos pastores que aún hoy mantienen vivo el espíritu del campo.