Este 4 de abril se conmemora el Día Internacional de Sensibilización contra las Minas Antipersonal. Colombia ocupó en 2013 el primer lugar con el mayor número de personas afectadas por estos artefactos explosivos, según informó el director de programas del Servicio de Acción de Minas de la ONU, Paul Heslop.
La siembra de minas es la acción predilecta que realizan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, para proteger los cultivos de coca, es una práctica terrorista que día a día victimiza a miembros de la Fuerza Pública y desplaza a la población campesina.
Las cifras son inquietantes, la Organización de Naciones Unidas, ONU, aseguró que diariamente diez personas pisan una mina en Colombia, mientras que el Programa Presidencial para la Acción Integral contra Minas Antipersonal, Paicma, señala en sus reportes que en promedio una persona es víctima de este flagelo, al día.
Nuevamente al Estado colombiano parece esconder la cabeza como el avestruz frente a este flagelo y sus miles de víctimas. Al menos es lo que se deduce del silencio y la actitud pasiva de los negociadores del Gobierno en el proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana.
Hace falta más interés por las víctimas y la ONU hace un llamado de atención a la opinión pública y a la sociedad colombiana para condenar esta práctica terrorista. Las Farc hablan de reforma agraria y de representación campesina, pero al mismo tiempo asesinan y mutilan de manera indiscriminada hombres mujeres y niños campesinos con estos artefactos, al igual que a soldados y policías en los campos de Colombia.
A Rigoberto Lesmes Rubio, un joven soldado profesional, sobreviviente a una mina antipersona, le cambió la vida cuando pisóuna mina el 9 de febrero de 2012. Afirma que no solo perdió una parte de su cuerpo, perdió todas las oportunidades laborales que hoy se cierran por estar en una condición de discapacidad. (Lea: Ganaderos le tienden la mano a víctimas de minas antipersonal)
“Hoy no encuentro trabajo, me rechazan por tener una discapacidad, es un pie el que me hace falta, no mis ganas de trabajar” asegura con voz entrecortada.
Lesmes no solo tiene que afrontar el rechazo laboral, a sus 31 años, sino también el rechazo de su esposa, quien lo abandonó, dejándole 2 hijos a su cuidado.
Hace un año La Fundación Colombia Ganadera, Fundagán, se unió a la campaña 'Remángate', que lidera la Fundación Arcángeles e invita a los colombianos a recogerse una bota del pantalón para instar a los grupos armados ilegales a dejar de usar estos artefactos.
"Reiteramos el compromiso de seguir apoyando a nuestras Fuerzas Militares, en especial a los soldados de origen campesino que han regresado al campo luego de sobrevivir a una mina antipersonal", aseguran voceros de Fundagán.
Foto: Orlando Jaimes
Una Vaca por la paz
"El 4 de abril del año pasado, con Fundagán, iniciamos la vinculación de soldados víctimas de minas al programa 'Una Vaca por la Paz', como un gesto de reconocimiento, gratitud y solidaridad con estos héroes de la Patria. Hoy 52 soldados como Rigoberto Lesmes, son beneficiarios del programa", afirmó José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán.
Lafaurie quien siempre participa en este tipo de causas sociales apuntó que "la vaca es una semilla de emprendimiento para los soldados beneficiarios en áreas rurales de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Córdoba, Cundinamarca, Huila, Meta, Santander, Sucre, Tolima, Quindío y Valle del Cauca. Es una muestra de la solidaridad de quinientas mil familias ganaderas que le dicen a Colombia y al mundo que no sembramos minas, sembramos esperanzas en el campo colombiano".
Fundagán, Fedegán y los ganaderos de Colombia, creen en la importancia de fortalecer la unión entre la Fuerza Pública y las personas que desarrollan su trabajo en el campo, porque considerans que la única forma en que se puede vivir y producir con verdadera tranquilidad y dignidad, es teniendo seguridad. (Lea: El impacto de regalar una vaca en Colombia)
"En esta fecha tan importante desde Fundagán se hace un reconocimiento a las miles de víctimas de minas que en el campo colombiano vieron nacer y morir sus ilusiones. A esa barbarie le decimos, basta ya!", puntualizaron.