logoHeader
asado argentino

Foto: daytours4u.com

internacional

Conozca por qué proponen que argentinos bajen consumo de carne

por: - 31 de Diciembre 1969

La propuesta fue dada a conocer por el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien manifestó que el precio del cárnico disminuyó, pero no lo suficiente, por lo que invitó a la población a comprar otro tipo de proteína. La propuesta busca que los comercializadores bajen el costo de los cortes al consumidor.

La propuesta fue dada a conocer por el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien manifestó que el precio del cárnico disminuyó, pero no lo suficiente, por lo que invitó a la población a comprar otro tipo de proteína. La propuesta busca que los comercializadores bajen el costo de los cortes al consumidor.   Argentina es uno de los países que más consume carne de res en el mundo. En los últimos años, según explicó Martín García Fernández, vicepresidente de la Asociación Argentina de Brangus, la ingesta del producto en este país estuvo por encima de los 100 kilos por persona al año. (Lea: Se estima que consumo de carne aumentará en diciembre)   Sin embargo, ese aumento en el consumo del cárnico generó una serie de inconvenientes políticos en el país gaucho, entre ellos el impacto de la inflación en los sectores de escasos recursos.   Ante tal fenómeno, durante las últimas 3 décadas, los diversos Gobiernos de turno impusieron una serie de mecanismos para mitigar el incremento en el costo del cárnico rojo. Algunos de ellos fueron vetos al consumo hasta la prohibición de exportar por privilegiar la mesa de los argentinos.   Tras el cambio presidencial y la llegada al cargo de Mauricio Macri, el tema de la carne no ha estado alejado del debate. El pasado martes, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, en diálogo con una cadena radial local, aseguró que el precio de la proteína roja, aunque había bajado a $26.059, (peso argentino) la idea es que estuviera en $21.321.  (Lea: Consumo mundial de carne aumentará 2,2 millones de toneladas a 2023: USDA)   Ante esos precios, Buryaile también habló con un diario internacional y aseguró que es complejo controlar los costos del cárnico en los expendios, por lo que deben ser los consumidores quienes se deban adaptar.   "Se hace difícil controlar carnicería por carnicería y queda hacer concientización y trabajar sobre el consumidor. Si se tiene que abstener de consumir, que lo haga", apuntó el Ministro de Agroindustria de la Argentina.   Un análisis más profundo hizo Martín García Fernández, quien en diálogo con este diario, aseguró que la dinámica tarifaria de la carne ha venido siendo cíclica. Es decir, hubo momentos del año en los que se abarataba el precio de la carne, seguidos de ciclos de retención con valores altos, por más que se intentara frenarlos. (Lea: Panorama del consumo de carnes en Colombia en la última década)   Por cuenta de esa problemática, añadió, en 2015 se presentó una propuesta en toda la cadena de la carne, incluida la de pollo y porcino, para liberar la exportación y las regulaciones excesivas, apuntando a crecer fuertemente en esa materia, recuperando envíos históricos al exterior de 500 millones de toneladas al año y llegando a un millón en unos años.   “El problema es que hemos liquidado casi 10 millones de cabezas de ganado y hay que recuperarlas, proceso que ya se inició. Eso agrava la escasa oferta actual, ya que los productores están reteniendo las hembras. Como consecuencia de ello, cae el consumo y vuelven la presiones políticas, donde cada parte le echa la culpa al otro eslabón de la cadena, volviéndose un tema muy sensible para la opinión pública”, sostuvo.   No obstante, para el experto en tema cárnico y quien es presidente del Foro Argentino de Genética Bovina, en Argentina es posible que el consumo de carne de bovino llegue a los 55 o 60 kilos al año, y el restante (40-45 kilos) se reemplazaría con pollo y cerdo, ante el crecimiento que vienen reportando esos sistemas productivos. (Lea: Los 5 países que más consumen carne de res en Suramérica)   “Si existen los estímulos, pasaremos a faenar animales mucho más pesados en comparación a hoy, provocando un importante aumento de oferta, pero ello va a tardar entre 2 y 3 años. Sin embargo, es necesario formalizar toda la estructura comercial que aún tiene muchos canales irregulares, caso contrario a la industria exportadora que no puede competir en igualdad de condiciones”, expuso.   Para Roberto Bianculli, gerente de la Asociación Argentina de Criadores de Limousin, el anuncio del Ministro de Agroindustria llega en buen momento, ya que los aumentos indiscriminados en los precios no son culpa de los productores, sino que es una jugada que vienen adelantando las grandes cadenas de supermercados y las principales carnicerías del país. (Lea: Argentina rompe récord en consumo de carne por habitante)   Afirmó que el objetivo de Buryaile, con tal medida, es obligar a que los comercializadores bajen los precios de los cortes bovinos, ya que los márgenes de ganancia de los grandes supermercados y los carniceros son realmente muy abultados, siendo una estafa para los consumidores.   “No será fácil disminuir el consumo de la carne bovina en el habitante de nuestro país, es algo que está muy arraigado a nuestra cultura. De todas maneras, por el bien del país, debemos hacer un esfuerzo para que los precios se retrotraigan y sean los adecuados”, remató.