La propagación del gusano barrenador del Nuevo Mundo ha obligado al gobierno norteamericano a suspender la importación de animales en pie desde su vecino del sur. La decisión podría reconfigurar el comercio ganadero regional, afectar precios internacionales y generar oportunidades inesperadas para algunos países.
Una plaga ha puesto en jaque uno de los flujos ganaderos más grandes del mundo. La reaparición del gusano barrenador en zonas inesperadas de México obligó a Estados Unidos a activas medidas drásticas para evitar un retroceso histórico en la sanidad ganadera. (Lea en CONtexto ganadero: Colombia se une al grupo global que combate el gusano barrenador del ganado)
La medida, anunciada por la secretaria de Agricultura de EE.UU., Broke L. Rollins, entró en vigor de forma inmediata y representa uno de los bloques sanitarios más severos de los últimos años entre ambas naciones. El brote, según el USDA, fue detectado incluso en zonas remotas como Oaxaca y Veracruz, a más de mil kilómetros de la línea fronteriza.
El gusano barrenador del Nuevo Mundo es una mosca parásita cuyas larvas invaden el tejido vivo de animales y humanos, causando estragos sanitarios y pérdidas millonarias. Tras décadas de erradicación, que costaron miles de millones de dólares, su regreso ha encendido las alarmas en los sistemas sanitarios del continente.
Rollins afirmó que “la protección de nuestros animales y la seguridad del suministro de alimentos de nuestra nación es un asunto de seguridad nacional”. Según explicó, la suspensión se mantendrá activa mientras no se contengan eficazmente el avance del gusano barrenador, y será evaluada mensualmente con datos revisados en conjunto con México.
¿Quién paga el precio?
Más allá del control sanitario, la medida genera incertidumbre en uno de los corredores comerciales más activos del mundo en materia ganadera. Según Óscar Cubillos, economista y jefe de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán, el impacto podría sentirse más en términos logísticos que comerciales.
“Que EE. UU. le deje de comprar ganado a México podría significar algo, pero en realidad no va a resolver nada de la situación sanitaria”, indicó el experto.
Cubillos sostuvo que, debido a la dependencia mutua, EE. UU. tendrá dificultades para suplir su demanda de animales en pie desde otros mercados.
“En Canadá el inventario de ganado les sirve para abastacerse a sí mismos, por lo que no podrían enviar más animales a Estados Unidos. Entonces, ¿de dónde más trae ganado en pie? Le queda muy complicado traer de otras partes del mundo por costos logísticos”, explicó.
Esto podría traducirse en un aumento de las compras de carne desde países como Paraguay, Brasil o Uruguay, donde los estándares sanitarios cumplen con los requisitos estadounidenses. Sin embargo, Cubillos advirtió que si el problema no se resuelve rápidamente, se podrían alterar los precios internos de la carne para los consumidores estadounidenses.
¿Colombia gana o pierde?
En el caso colombiano, los efectos podrían ser más beneficiosos que perjudiciales. “A nosotros nos favorece”, expuso Cubillos. En sus palabras, “si la carne de EE.UU. se encarece por estos problemas de abastecimiento, aquí llegaría más costosa. Pero eso significa que nuestro producto local gana competitividad”.
Actualmente, Colombia compra unas 7.000 toneladas de carne a Estados Unidos. Reemplazar esa carne más cara con producto nacional o de otros mercados puede ser una oportunidad para fortalecer la producción local.
Desde la óptica sanitaria, Yesid Lora, médico veterinario experto en salud animal, recordó que el gusano barrenador también existe en Colombia.
“Las autoridades como el ICA y el Invima ya realizan la vigilancia sobre este tipo de amenazas, por lo que la clave está en mejorar los sistemas de control de plantas de beneficio y establecimientos comerciales”, señaló.
Seguridad nacional
Más allá de los mercados, el mensaje de Washington es que la seguridad alimentaria y la sanidad animal están por encima de cualquier tratado comercial. Rollins expresó que hay separar la decisión de intereses políticos. “No se trata de castigar a México, sino de proteger a nuestros animales y a nuestra nación”, dijo.
El USDA ha desplegado medidas adicionales, como el uso de ‘Tick Riders’, personal especializado que patrulla las zonas fronterizas entre puertos de entrada en busca de focos de infestación, tanto en ganado como en fauna silvestre. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué el gusano barrenador podría elevar los precios de la carne en EE. UU.?)
Finalmente, ambos países continúan en comunicación diaria. EE.UU. ha dejado abierta la puerta al restablecimiento de las importaciones siempre que se demuestren mejoras en vigilancia, tratamiento y erradicación del gusano barrenador en México.