Con más de dos mil años de historia, esta raza bovina italiana se distingue por su imponente tamaño, calidad cárnica y temperamento. En Umbría, los hermanos Daniele y Dario Mecarelli gestionan una finca familiar con 70 ejemplares, integrando tradición, manejo sostenible y turismo rural de forma exitosa.
El ganado chianina, conocido como “el gigante blanco”, se ha ganado una reputación única en el mundo ganadero por su tamaño y fuerza. Originaria de Italia, esta raza fue criada inicialmente hace más de 2.200 años para labores de tiro, aprovechando su gran estructura y resistencia para trabajar la tierra. Hoy, el chianina es famoso tanto por su carne de alta calidad como por su imponente tamaño.
En un artículo para The Fence, el periodista Chris McCullough explicó que los toros chianina pueden alcanzar hasta dos metros de altura y un peso superior a 1.600 kg, mientras que las hembras alcanzan los 1.6 metros y un peso aproximado de 1.140 kg. Estas impresionantes cifras colocan a esta raza como una de las más grandes del mundo. Además, el chianina es conocido por su carácter agresivo, lo que lo hace también uno de los ganados más difíciles de manejar.
Su carne es tan apreciada que recibe la certificación de “Carne Bovina Pregiata delle Razze Italiane,” destacándose como un producto bajo el sello Denominación de Origen Protegida (DOP). McCullough explica que “cada uno de los 18 cortes principales lleva el símbolo 5R del consorcio productor de carne bovina de calidad de razas italianas”. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca las 10 razas de ganado más grandes del mundo)
Modelo diversificado
En la región de Umbría, Italia, los hermanos Daniele y Dario Mecarelli gestionan la finca Agricola Collivecchi, dedicada a la cría de chianina. Cerca de la localidad de Morre en la región de Umbría, tienen una extensión de 440 hectáreas, de las cuales 270 son bosques, 10 están dedicadas a olivos, 10 a trufas, 5 a un huerto, y el resto a la producción de forraje para el ganado.
De este modo, los Mecarelli mantienen un modelo productivo diversificado. “Parte de nuestras tierras son rocosas y montañosas, por lo que se aprovechan mejor para el pastoreo libre de las vacas”, explicó Daniele. La finca también cuenta con una casa de huéspedes y un restaurante, que representa el 50 % de los ingresos de la familia.
Actualmente, la finca cuenta con 70 cabezas de ganado, incluyendo 31 vacas, 12 novillas, 24 animales de engorde, dos vaquillas jóvenes y un toro. El ganado se cría al aire libre durante casi todo el año, suplementando su alimentación con heno cuando es necesario.
Para el engorde de los animales, Daniele utiliza una ración balanceada que se produce en su mayoría en la propia finca o en fincas vecinas. La dieta incluye 40 % de maíz, 20 % de cebada, 20 % de triticale, 5 % de soya y el resto en minerales y otros ingredientes.
El ganado también recibe atención sanitaria. “Vacunamos a las vacas aproximadamente tres meses antes del parto, y los terneros permanecen con sus madres hasta los seis meses antes de ser destetados”, reveló. Además, la finca recibe una subvención de la Unión Europea de 150 euros por hectárea, lo que ayuda a cubrir los costos de producción, especialmente en años de sequía en los que deben comprar heno adicional.
Para minimizar la agresividad de los ejemplares, Daniele y su hermano seleccionan cuidadosamente a los toros reproductores. “Escogemos los mejores reemplazos y seleccionamos un toro basado en su escala de agresividad. Usamos toros en lugar de inseminación artificial, por lo que debemos asegurarnos de que sean tranquilos y de temperamento dócil”.
También comentó que los toros de la raza chianina pueden llegar a costar entre 4.000 y 8.000 euros, lo que hace que la selección de un buen ejemplar sea una decisión importante.
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Ventajas y desafíos de la raza chianina
Daniele destaca que el chianina es excelente para el pastoreo, posee alta tolerancia al calor y al sol, y muestra resistencia a enfermedades y plagas en comparación con otras razas. Sin embargo, no es una raza fácil de manejar.
“El chianina es un buen forrajero y tienen buena habilidad materna, pero también puede ser bastante agresivo”, apuntó. Otro aspecto que menciona es el tiempo de espera para la reproducción, ya que las hembras de esta raza tienen su primer parto a los tres años de edad.
A pesar de estos desafíos, el chianina es muy apreciado por su carne. Con un alto nivel de marmoleo y valor nutricional, la carne de Chianina cuenta con la denominación de origen protegida. Cada uno de los 18 cortes principales de esta carne está marcado con el símbolo 5R del Consorcio de Productores de Carne Bovina de las Razas Italianas Preciadas (Consorzio Produttori Carne Bovina Pregiata delle Razze Italiane), que garantiza su calidad.
“Hace mucho tiempo que criamos ganado chianina y producimos carne para vender de forma privada y a través de la asociación rural local. (…) La carne se madura durante al menos 15 días. Nos pagan alrededor de 6.2 euros por kilogramo para los machos y 7.1 euros para las hembras”, menciona Daniele, aunque aclaró que los precios eran más altos hace dos años.
Por ello, están vendiendo más carne directamente a los consumidores a través de la asociación, “eliminando así a más intermediarios y dejando más ganancias para nosotros como productores primarios”.
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