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Lafaurie: no es la economía ni el desempleo, las que no van bien son las dinámicas de violencia en las regiones

por: APNnoticias- 31 de Diciembre 1969

El presidente ejecutivo de Fedegán afirmó que, para que “esto vaya mejor”, es necesario lograr un acuerdo posible de cese al fuego y de hostilidades al término del actual ciclo de La Habana.

“Estas líneas son insuficientes para retratar el clima de violencia que azota a los territorios”. Con esta frase, José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán y negociador de paz con el ELN, describió la situación actual de orden público por la que está pasando el país por cuenta de los grupos irregulares y sus economías ilícitas.

El dirigente gremial tituló su columna semanal “Esto no va bien” y agregó que en cualquier otra coyuntura el título necesitaría explicación: ¿qué es lo que no va bien?, pero en la actual, definitivamente, no se requiere.

“No es la economía ni el desempleo y tampoco la pobreza, que disminuyó. Lo que no va bien son las dinámicas de violencia en las regiones, que a diario empeoran y se atraviesan a los anhelos de paz”, dijo.


¿Qué cosas no van bien?


De acuerdo con Lafaurie Rivera:

– El ataque terrorista en Tibú perpetrado por el ELN. El video dramático de la explosión, los cuerpos de policías a borde de carretera y el hilo de sangre brotando de la cabeza de una mujer que, simplemente, pasaba por ahí.

– Los cuatro menores asesinados por el “Estado Mayor Central de las Farc” (EMC) -demasiado nombre-, que para alias Iván Mordisco fueron “ajusticiados” por querer desertar y, además, reclutados de “manera voluntaria”.

– El EMC, en lo corrido del año, suma 226 acciones violentas y, aun así, acusa al Gobierno de incumplir el cese al fuego y reitera su “férreo compromiso de lucha por la paz”.

– Según registros de las Fuerzas Militares, el ELN ha cometido 148 acciones violentas y 91 las Autodefensas Gaitanistas de Colombia -otro nombre equívoco y ostentoso- sin contar el caos de violencia del microtráfico en las ciudades, convertidas en “Ciudades Góticas” asediadas por el crimen, pero sin un “Batman” que las defienda.


¿Por qué esto no va bien?


El alto ejecutivo manifestó que el gran antecedente es la paz de Santos, que se prometió “estable y duradera” y, sencillamente, nunca fue. El Acuerdo con las Farc violentó la democracia, sembró el odio dividiendo el país entre amigos y enemigos de la paz, desarmó a medias, contó verdades a medias, no reparó a las víctimas, consagró la impunidad y, de contera, nos encimó las disidencias y la neutralización de la lucha contra el narcotráfico, con la herencia maldita de 300.000 hectáreas de cultivos ilícitos.

“Hoy el país enfrenta una dolorosa realidad. Una vez más, en su tormentosa historia de violencia, lo importante: la construcción colectiva de la paz como valor supremo, es desplazado por lo urgente: la protección de los ciudadanos, la seguridad como derecho fundamental, sin la que trabajar y emprender es una aventura, expresarse y disentir es un riesgo, y vivir, que nunca ha sido fácil, se torna peligroso. Sí, la seguridad como condición y a la vez resultado de la paz verdadera”, agregó el dirigente gremial.

El presidente ejecutivo de Fedegán expresó que, no obstante, en una sociedad que convirtió la indisciplina social en norma de conducta y refundió el principio de autoridad, el mandato constitucional de la Fuerza Pública de proteger a la población a partir del uso legítimo de la fuerza se torna imposible y empieza a ser delegado en guardias indígenas, cimarronas y campesinas, cuando no copado por una violencia dispersa y multiforme, o suplantado por la dominación efectiva de los grupos ilegales en los territorios.


El proceso con el ELN debe mostrar acciones transformadoras


Sin embargo, en su columna José Félix Lafaurie considera que en medio de este escenario violento, las negociaciones con el ELN, a pesar de sus crisis y dificultades, se erigen como el único proceso formal, el único que muestra avances y tiene oportunidades.

“¿De qué? De generar acciones transformadoras en los territorios, derivadas de los acuerdos de la Mesa, y de mandar mensajes positivos al país en medio de la desesperanza”, explicó.

Anotó que “para que ‘esto vaya mejor’, hago votos porque logremos un acuerdo posible de cese al fuego y de hostilidades al término del actual ciclo de La Habana. No será fácil, pero la tranquilidad de quienes hoy sufren la violencia bien merece el esfuerzo”.

Lea la columna completa en CONtexto ganadero
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